lunes, 31 de marzo de 2014

CAMBIANDO LAS CIRCUNSTANCIAS



Y trato de buscar un punto objetivo a partir del cual fijar mis pensamientos y partir, entonces, mi camino.
Aquí me encuentro con una enorme dificultad, casi imposible, de no estar sujeto a elementos variables.
Lo objetivo si que existe.
Lo subjetivo es lo propio del ser humano.
El problema está servido.
Y aquel era yo, sin casi salario, con un pobre trabajo, el cual me permitía comer y poco más. Mi pensamiento sobre todos aquellos que tenían dinero era claro, nítido, concreto. Aquello es una injusticia, justificable como tal de todas formas y maneras.
Qué si el reparto ha de existir por naturaleza.
Qué si todos las personas debemos de partir del mismo punto en el camino de la realización.
Qué cualquier sistema debe de mantener las igualdades sociales.
Qué aquellos manejan mucho dinero jamás llegarán a apreciarlo.
Así, estas y otras cuestiones y conclusiones similares.
Hasta aquel día que encontré un nuevo trabajo, el cual, traía mucho dinero a mis bolsillos. Podía salir a cenar, comprarme un coche, ropa y siempre dinero encima para las pequeñeces que quisiera cursarme. El mundo cambió y me dije
Qué hay que trabajar más y el salario no es injusto.
Qué cada uno está donde la vida le ha llevado por su trabajo.
Qué los gastos superfluos no te corrompen.
Qué lo heredado es una forma que tu familia te paga.
Qué se dejen de envidias y otras acciones como estas.
Es un cambio total y real en la manera de entender la realidad objetiva según son las circunstancias. Lo visto con normalidad por unos, es un escándalo para los otros.
Esto es un claro e ilustrativo ejemplo.
Yo no estoy ni en un caso ni en el otro y en toda mi vida no he tenido ni mucho ni poco.
Ahora bien, si que he sentido como mis pensamientos primeros han cambiado en función de las circunstancias constitutivas de la vida.
En ocasiones tengo algún pensamiento o reacción consciente, de los cuales cuando me paro y los observo, veo que tienen muy poca, en ocasiones contraria, postura que mantenía unos años atrás.
¿Será la edad la que hace que maduren tus pensamientos?. Sí, pero además, también serán las circunstancias, para mi mal.
Hay que tener una gran fortaleza mental para evitar que la corriente social no te arrastre y configure tu persona introduciéndote en diferentes campos de acción, costumbres o modos de actuar.
Y fue, en aquel momento, cuando dije aquella frase, cuando me di cuenta que aquello, sentido, se alejaba bastante de lo pensado, también es cierto, hace años. Pero eso pensado ya hace muchos años, era definitorio de mi persona.
Perdido me encuentro en la solución de esta problemática.
¿Maduro hacia conclusiones más correctas?
¿Me abandono en la comodidad de la aceptación de lo que hay?
¿He perdido el valor?
¿He conseguido la consciencia?
Me es una temática interesante ver la evolución mental a la que estamos sujetos.
“Bueno, sí, cuando eres joven sí” - me dijo aquel, y yo pensé lo poco que observaba este hombre a la gente de mediana edad.
Quiero huir de esta conclusión.
Quiero creer en nuestra capacidad de mantener nuestros principios e ideas sea cual fuere el plano en el que las incline.
Pero siento en bastantes ocasiones que no es así.
Nuestro propio egoísmo natural, innato, te puede llevar a conclusiones que jamás pensabas tenerlas.
Sí, es cierto que el paso de la juventud a la madurez, esto es potencial, pero no nos equivoquemos y seamos conscientes que el cambio siempre nos va a perseguir.
Hagamos reflexiones,que después nos ayuden a tomar decisiones en un mismo camino y no cambiar de acera cada vez que así nos convenga.


miércoles, 26 de marzo de 2014

EL NIÑO INOCENTE



Y me prometí no soñar más en tratar de salvar el mundo, constantemente sufriendo por éste y en todos los lugares y me dije que debía de estar un tanto por encima de los males de campan a sus anchas por la tierra y preocuparme, que ya lo hago, sólo de la gente que me rodea. Me dijeron que así me iba a ir mejor pues si no la carga es máxima.
Bien, vale, de acuerdo. Vivamos por encima de algunos males ajenos pues si no complicado está.
El mundo así se comporta y ese el camino normal de funcionamiento.
Vivamos distantes e insensible respecto a algunas situaciones que nos son lejanas geogradficamente e incrustadas en una situaciones lejanas y diferentes.
Sí, me dije, “Alberto, es la mejor solución pues tu capacidad de solución es básicamente cero”
Así hasta que volví a ver una foto espeluznante.
Viéndola, amplié el pensamiento y me dije que quizás mi apenas sensible reacción multiplicada puede ser efectiva.
La mandó y comento una mujer en alguna página de Internet. En ella se veía a un chiquito, digamos 8 años, de cuclillas, flaco, mísero y comiendo migas de pan, tal paloma, expandidas por el suelo. Su cara de aceptación de su desgracia y pobreza era máxima. Era su vida y la vida para él.
Pienso y creo que ninguno de nosotros debemos de pasar inalterables ante estas circunstancias y participar de diferentes maneras en la solución y la eliminación de situaciones como éstas.
La ropa la tenía a girones, las piernas muy flaquitas, pero su expresión, lo mas impactante, pues no hay ningún símbolo de rabia, sino aceptación.
Jamás es justo que un niño sufra ni viva las acciones de los adultos. Los niños no tienen la culpa de nada.
Cualquier adulto sea donde fuese siempre podíamos haber participado, como culpables o como reparadores, de alguna manera u otra en los asuntos, cambiando algo, aun millonesimamente los resultados, pero un niño de 8 años es absolutamente responsable de nada. Y allí estaba, sufriendo en la incomprensión, pasando hambre en la convicción de su necesaria desgracia. Teatralmente impactante.
Habíame jurado permanecer lejos de esas fuertes impresiones venidas de otro continente.
Pero fuerame imposible hacerlo, no pasará ni un día sin que desde mi pequeñez de acción al menos lo denuncie y participe desde la lejanía en ayuda a estos pobres inocentes.
Y, lo llevo en la sangre, mi visión despectiva a aquellos que juegan con toda normalidad con el dinero o la perspectiva de vida del personal. Grandes empresas, políticos, dentro de la legalidad y todos aquellos fuera de la legalidad que provocan estos momentos y situaciones hay que luchar, sin piedad contra ellos.
La foto, por unos instantes, me devolvió a mi situación melancólica y a tratar de encontrar una explicación racional, comprensible, filosófica, al menos para mi, de como solucionarlo y por el otro lado a escribir exponiendo como sentimientos, mi pena y mi impotencia hacia esas cosas que me hunden y apoltrofan en el sillón impotente ante la normalidad con que la gente pasa al lado de aquel chiquito.
No ha hecho nada malo.
No tiene ninguna culpa.
Nació sólo, para comer migas de pan en el suelo como si no fuese nada mas que una palomita.

Su corazón lo tendrá tan bueno como una de ellas, pero su cuerpo no tiene que comer arrugado en el suelo las migitas que otros tiremos.

martes, 25 de marzo de 2014

FILOSOFÍA APLICADA




Alejemos a la filosofía del puro ámbito del divertimento y disfrute.
Apliquemos al este arte del pensamiento una utilidad.
Su placer no me llenaba al sentir que no producía, ni a mí, ni al mundo, ningún avance positivo.
El avance personal y construcción propia es un elemento inherente y formador de cualquier acción intelectiva y cultural, y más, si es filosofía o historia que te lleva a la reflexión sobre tu naturaleza y la de los demás.
Sí, pero la vida no se puede observar desde la ventana y quedarte en ella viendo pasar los acontecimientos.
La filosofía no sólo tiene que formarte personalmente, sino que además debe de tener una aplicación práctica respecto a la construcción de estructuras o entidades que proporcionen una mayor y mejor relación humana, ya sea en formas de gobierno, en educación y otras actividades similares vinculadas al estudio de nuestra propia esencia, variables, componente y supuestas y difíciles teleologías vitales. 
Así pues y veamos
¿qué rango de creatividad o disciplina habrá que imponer o establecer en los procesos educativos?
¿a qué edad alcanzaremos la madurez para decidir sobre nuestro futuro?
¿hasta donde llega la validez en el tratar con entidades abstractas en nuestros planteamientos futuros?
¿Tenemos un alma, un espíritu, una entidad metafísica que hay que cuidar y potenciar por su validez y existencia?
Al punto de la mañana y aprovechando los primeros momentos del día hasta el comienzo del trabajo propongo, de manera poco reflexiva, estas cuestiones y dispuestas, también desde la rapidez del poco tiempo, las respuestas a estas bárbaras y saltarinas cuestiones que, yo y por ejemplo, planteo.
Los rangos de disciplina y conducción a la hora del trabajo, han de ser bastante altos. A los niños habrá que enseñarles todo pues nacemos sin ninguna configuración anterior. La capacidad del juicio de cada uno de nosotros es producto de una correcta educación. No propongo en ningún momento una estructura de valores y motivos vitales, hablo de una serie de mecanismo y de actos mentales que faciliten y que provoquen una correcta estructuración y posible enfrentamiento hacia la problemática.
Ya lo pensé y me lo dije. La edad sobre la cual se adquiere la capacidad de decisión a altos niveles estatales, el voto en las elecciones u otro modo de actuación a nivel colectivo y social, debía de ser, bastante más tardía que la ahora aplicada. El alcance de una correcta capacidad de juzgar lo conveniente y oportuno para tu sociedad puede que nunca llegue, pero, con toda seguridad, cuan más años de experiencia y preparación mejor será tu capacidad de acertar... ¿18 años?, no, ¡Diablos!, yo me creí entonces con la capacidad de elección de un futuro mejor y con el soñaba, pero no sabía ni un ápice de lo que de él fuera posible y además, un tanto por ciento elevadísimo de mi pensamiento estaba perdido entre las faldas de alguna mujer de mi colegio, entre las risas de ese viernes próximo o entre la polémicas del último partido. Pero no sólo esto me hacia menos competente, si no que además pienso que me sentó bien dedicarme sobre todo a eso con mis 18 añitos.
La tercera cuestión habla de las entidades abstractas y concretas en este asunto. ¿Hasta que punto hemos de actuar desde las intenciones o sino desde las realidades?. Parece una pregunta solucionable desde la unión, pero no es así. Si actuamos con unos planteamientos anteriores a la realidad e imponemos sobre ella unos objetivos, realizamos una acción totalmente diferente si observamos lo que hay y vemos, más tarde, como solucionarlo. Galileo empezó el empirismo, la física, la ciencia empírica, la inducción; vemos lo que hay y operemos sobre ello. Newton, afirmó su no intención de aplicar naturalezas esenciales de las entidades, sino describir con términos diferentes (atracción entere los objetos) unos fenómenos observables. Así pues tenemos dos aptitudes. Estudiemos lo que hay y simplemente apliquemos una justicia social en busca del mayor equilibrio económico y falta de dolor personal sobre lo existente, digamos o busquemos aquellas cualidades formadoras del ser humano en su esencia y tratemos de montar unas estructuras idílicas en las cuales se potencien al máximo estos primeras y utópicas intenciones. Siempre me hundo en el mar del racionalismo y empirismo. Veamos lo que hay y actuemos o pensemos lo que queremos y trasformemos la realidad. No me digas que son dos acciones complementarias, pues llevadas a la necesaria práctica resultante se distancian y mucho.
La cuarta cuestión que escondida en mi mente y sin ningún tipo de premeditación, surgida como las otras tres, en estos primeros momentos del día, sólo ante puestos por una carrera en bicicleta hasta el trabajo (y se me acaba el tiempo), resalta el siempre bienvenido espíritu que tan pronto se nos escapa ante nuestra reflexión. Sí, mi convencimiento sobre él, pero siempre temblando sobre su afirmación, sobrevuela al sentir el control sobre tu cuerpo y diferencia entre lo que quieres y lo que deseas, entre tus pasiones apetitivas y tus intenciones intelectuales. En aquellos momentos en los cuales siento un lado o el otro, por su imposición, valido la existencia de la parte derrotada. Y mi mente se eleva y es capaz de observar, sin sentir se necesidad la apetencias corporales y me hago consciente de esas dos dimensiones formativas “Ves, ya está aquí con sus comentarios” -me dijeron el otro día, con lo que yo pensé inmediatamente lo poco que se auto observaba el personaje. Si te observas detenidamente, es fácil tener consciencia de la doble dimensión corporal que surge entre las apetencias y voluntades que por su diferencia innatas no pueden ser producto de la misma entidad.
Esto es filosofía aplicada pues te lleva a un hecho vital.
Sí te hace pensar sobre tu actuación.
Sí te da motivos para hacerlo.
El pensamiento no se pierde entre las nubes del placer y sublimación y baja a su aplicación obteniendo se gran y buena dimensión.
El arte del pensamiento como tal no se pierde hablando y dialogando sobre la resolución de problemas innatos al funcionamiento humano.
Sigamos disfrutando de la lectura de los grandes autores que no buscaban más que el desahogo existencial que destapase el motivo de nuestra existencia, pero no olvidemos que la necesidad de un pensamiento correcto es evidente para la solución de problemas primeros.
Cojamos las formas y modos, aprendamos a pensar correctamente para buscar aplicarlo a la realidad.
Dejadme perderme en la lectura de los grandes, para construir paradigmas absolutamente diferentes pero con la madurez y efectividad ya adquirida.

Saquemos a la Filosofía de esa bolita de cristal, dejémosla de admirar desde lejos y acariciémosla a manos descubiertas.

sábado, 22 de marzo de 2014

HUME Y ANDRÉS




Cuando aquel dios le ofreció avanzar unos siglos e impartir clases en las cuales pudiese explicar sus teorías y razonamientos, no dudo ni un segundo en hacerlo.
Paseando por las afueras de Edimburgo y entre la oscuridad de una noche cerrada y fría, se le apareció ese Dios, vestido de negro y chaqué y con voz dulce le dijo
- ¿Señor hume?
Éste asustado e inclinándose hacia atrás, permaneció algún tiempo antes de contestar que sí.
- Sí, lo soy – dijo temblando.
- Estoy experimentando- le empezó a contar y a aclarar sus intenciones, ver como actúan los diferentes estados históricos entre ellos
La cara de Hume, apasionado investigador adquirió un tono diferente hasta llegar a la alegría e ilusión con el plan especificado y asumido por él.
Llegaba a casa paseando entre las verdes elevaciones del terreno. Siempre fresco, húmedo y verde. La nieve, a lo lejos en la montaña era el punto en el cual fijaba su vista cuando reflexionaba. Aquella noche no se perdió ni un pequeño pico.
La transmigración del alma realizada por el ya lejano Dios le llevo a la populosa y bonita ciudad de Valencia.
Del frio y tranquilidad de Escocia, llegó al calor y animosidad de España.
El mediterráneo habla sólo aun que nadie se dirija a él.
Cansino, andando despacio y cabizbajo, Hume, había sido trasformado en un dirigente de la asociación cultural llamada “El movimiento actual”, en la cual debía de realizar pequeñas conferencia todos los martes de todas las semanas.
Otro día más volvía hacia casa con la cara de incomprensión de los espectadores grabada en su memoria.
La asociación de las pequeñas impresiones sensibles formando ideas complejas y siendo entonces el motor de funcionamiento de nuestra mente, no interesaban a ninguno.
Aquello que elevase los pies más de dos metros de los problemas inminentes aburrían hasta al apuntador.
Fue al día siguiente cuando tuvo la conversación con aquel joven pintor que estaba trabajando en el portal de su casa. Tras dos meses de trabajo allí, el pintor, había establecido una magnífica amistad con Hume. Éste era un hombre ciertamente muy inteligente y le gustaba dirigir sus conversaciones. Pero aquella tarde se la iba a ir de las manos e iba a ver la verdad que tanto se le había escondido.
- Hombre, Andrés ¿cómo se encuentra?
- Bien, Hume, mi amigo escoces – rieron los dos.
Andres estaba midiendo los ángulos de aguante sobre las nuevas estructuras. Tras esto colocó las estructuras y alejándose vio como había conseguido su objetivo.
- ¿Han comprendido en su circulo aquello que me explicaba ayer sobre las ideas simples y compuestas a través de similitud, semejanza y contigüidad?
- Pues no, no mucho, artista.
- No, hombre no, sólo soy un pintor de brocha gorda
Rieron
- ¿Quiere que le diga por que no le hicieron caso?
- Sí, claro
- Porque actualmente ya no es la razón la que manda sino la voluntad de actuar.
Siguieron conversando un rato, hasta que convencido de su pensamiento y sus ganas de vuelta a su país y tiempo se fue a su casa.
Volvio
Con el gran recuerdo de Andrés, entro en el gran convento de los Franciscanos, que durante al menos una vez al año, se reunían los intelectuales Escoces, en los largos inviernos.
Aquel años, la discusión fue realmente dura.
En el continente el Racionalismo alcanzaba su punto álgido, con lo cual comenzaba su descenso, además de los movimientos políticos revolucionarios que comenzaban a darse. El cambio empezó a coger forma. El turno era suyo y subiendo a atril del conferenciante empezó a pensar en Andrés y en su utilización del término Voluntad. Alzó las manos haciendo un movimiento violento y les dijo
- Déjense de racionalismos, no es la razón la que construye la realidad. Será nuestra voluntad la que encamine nuestras andanzas y la razón actuará como elemento pasivo, será mecanismo de actuación y no elemento de creación. Buscaremos apetencias sobre las cuales aplicar nuestra razón.
Las ovaciones surgieron. La huida de la quietud del Racionalismo era buscada. Había sido un éxito.
Cuanto se acordaba de aquel pintor y de su brocha que con tanto arte manejaba.
Cuan confirmadas habían estado sus teorías sobre la especialización, olvido y separación del pensamiento abstracto del funcionamiento político y social. Sabía que él había sido uno de los primeros en abandonar estos caminos sin sentido pero sentía dentro de su obligación, pena, por haberlo hecho.
Quizás la felicidad estribe en pensar sólo para el disfrute personal y utilizar las manos para el cambio del mundo.

Aquellos años en el siglo XXI, le abrieron los ojos del camino hacia la correcta organización y el corazón hacia el desengaño de lo inmensa objetividad.

RELACIONES ECONÓMICAS





Y me pongo a viajar por entre las páginas web y encuentro información de Internet y salgo de ella, en demasiadas ocasiones, espeluznado, normalmente por fotografías y comunicaciones que en ella encuentro.
Ésta nueva concepción de la totalidad viene marcada por la acumulación de datos y por ello me pregunto si este aspecto es, fue o será determinante para el contenido de las conclusiones.
¿Quizás Platón y Aristóteles organizaron y concretaron sus sistema político sólo en función de la Antropología que dominaban y, entonces, pierde todo sentido fuera de ella?
¿Quizás el Budismo y su organización anímica y social sólo tiene cobertura en una determinada cultura con unos margenes claros de datos e información?
¿Fue Montesquieu un reflejo, sólo y únicamente, de la situación social y circunstancial de la Europa del siglo XVIII?
¿Los principios formadores de la carta magna de los Estados unidos de América propuestos por James Madison, sólo tienen sentido dentro de la búsqueda de su arreglo económico?
Sí, he puesto ejemplos realmente fáciles, sencillos y con una validez pequeña, pero que pienso y opino que ilustran la problemática, que será, ¿hasta que punto sacamos conclusiones o organizamos correctamente las estructuras sociales?, ¿somos capaces de crear instituciones y valores que superen las circunstancias y que no deban estar constantemente sometidas a ellas?
Pues no, siempre las circunstanciamos y siempre buscamos un beneficio material y no espiritual o anímico de los individuos formadores de susodicho grupo.
Cada vez veo y entiendo las discusiones más repetitivas y aburridas.
Deberían hablar en plata.
Deberían hablar de dinero que es el único elemento que actúa como juez corrector en estas divergencias, aparentemente sociales, culturales o políticas que trasgiversan el mundo.
Si no hubieran intereses económicos, las problemáticas territoriales y culturales se acabarían automáticamente.
Los genocidios y movimientos homofonos no son más que producto de un enriquecimiento por alguna de las partes.
Los movimientos esclavistas Europeos del siglo XIX, no venían dados, en ningún momento, por la concepción de inferioridad de razas. Se vendían entre ellos tras las guerras propias tribales, y estos eran llevados a trabajar. No se les consideraba inferiores cuando comenzó el proceso.
La persecución sobre los Judíos realizada en Europa en diferentes épocas, sólo ha venido dada por el control monetario o el alto nivel económico que estos sustentaban.
Hablemos de relaciones y situaciones económicas.
Tengamos una mayor tolerancia hacia la diferencia pues el el único valor real e identificativo que alberga la especie humana.
El respeto hacia ella es necesario pues es una característica formadora de lo que somos.
Si juzgamos desde la totalidad estamos, estamos perdidos.
Si observamos, desde la diferencia, el asunto y relación funcionará.
Si se habla con claridad y se deja las proximidades ideológicas o racistas y se habla de los intereses económicos, se dejará a un lado conclusiones de las actuaciones que son realmente peligrosas.
En conflictos internacionales estoy cansado de oír matices y elementos y motivos falsos.
Es el dinero y no más, lo que mueve las disputas.
Guerras, terrorismo, ¿religión, cultura?, no, no, tengo cerca problemas territoriales que sólo quieren mas dinero que se piensan que se merecen. No mas.
Es triste hablar de elemento conductor de relaciones como el dinero, pero peor es tratar a la gente como inferior o superior según raza o situación.


 Apliquemos motivos extensivos atoda situación social.

jueves, 20 de marzo de 2014

LA NUEVA FILOSOFÍA




Releyendo a Hume, vi con claridad el problema que aumentaba.
Estudiando, después, a Hegel, el asunto SE incrementaba.
Trabajando sobre Marx, mis opiniones se fueron fraguando.
Asustado me sentía cuando intentaba contemplar las duras abstracciones que realizaba un filosofo considerado dentro de la escuela del Empirismo, Hume, el cual nos hablaba e intentaba desarrollar la explicación de los términos genéricos, haciendo alusión a si son una suma de individuos diferenciados o son una unidad formado por ellos.
Razonaba los impedimentos y posibilidades de una u otra opción.
Yo seguía fielmente su razonamiento.
Correcto (¡y quien soy yo para decir esto!), justificado, comprensible.
Ahora, lo que no paraba de acrecentar era mi cara de desilusión ante la falta de interés que iba provocando en mi esclarecer cual era la naturaleza de los términos genéricos y su consecuente abstracción.
Enamorado estaba de ello, pero el frio viento del invierno se llevó el calor y mi amor por esta filosofía.
Y de rebote, en ese mismo lapso de tiempo cayó algún párrafo de Hegel en el cual el mundo entendido como una forma racional en desarrollo, en su totalidad, en su aspecto social o en la individualidad, se desarrollaba. Mi comprensión estaba como hacía tiempo, pero mi distancia se hacía máxima.
Y en el mismo libro que estaba alojados los párrafos de Hegel, habían unos correspondientes a Marx, que nos hablaba también de un desarrollo total y ordenado, pero no huía de la realidad material.
Sin valorar sus conclusiones ni sociales ni económicas, y hablando sólo de su modo operativo, me sentí, claramente atraído por este modo de operar.
Utilicemos la razón, pero démosle una utilidad.
Tras el idealismo máximo de Hegel, la filosofía, empezando por Marx, comenzó a bajar a la altura de donde ponemos los pies, pero y aún así, cometiendo el error de la evacuación de la aplicabilidad y resolución del pensamiento.
Nietszche, es claramente interpretable y aplicable, pero nos habla en unos términos que necesitan un estudio para su comprensión, siendo además, sus escritos, pasionales y llenos de figuras literarias. ¡Baja al suelo!
Hay que colocar a la Filosofía en un lugar que se le pueda hacer atractiva, aplicable y que deje de ser un hábito elitista y hecho para algunos pocos, ya sin solución.
La Filosofía nació como el arte del pensamiento, pero el mundo y las personas hemos cambiado demasiado para seguir por el mismo camino de la reflexión filosófica.
Dudo mucho que yo deje de encontrar grandes a los pensadores de filosofía, ante su capacidad de utilizar conceptos, asociarlos y concluir. Me apasiona, pero cada vez lo veo más distante y fuera del alcance de mis manos envueltas en la actualidad.
Y esto os lo dice alguien que ha estudiado y leído filosofía y que comprende que o cambia el camino y las formas, o va a ser, sólo, un pequeño y hermoso relieve en la gran montaña de los conocimientos.
Si le quieres encontrar un sentido a la vida o una explicación de ella en función de nuestra esencia, busquémosle la explicación en los quehaceres diarios y sus conclusiones pertinentes.
Digamos, y sólo como ejemplo a bote pronto, lo que he visto en las fallas (fiesta de mi Valencia)
No voy a hacer Psicología pues no estudio problemas surgidos en los individuos y su posible explicación y solución, haré Filosofía pues trataré de comprender el por qué de ciertas acciones de la muchedumbre.
Veamos y estudiemos los elementos que forman la totalidad de las fiestas. Nos encontramos con Fuego, Música, Arte, Agregaciones, Vestimentas y otros factores que animan y lanzan a las almas de los individuos.
El fuego lo entenderemos como escape de toda la realidad, como elemento informe que se escurre de los límites que nos rodean, El Arte nos acerca más a nuestra propia esencia, pues la belleza, como tal sólo la siente el ser humano y así y así.
No he pensado estas razones, son a botepronto, pero me valen como ejemplo del aquel motivo del pensar sobre la esencia y las razones de actuación del ser humano, en aquellos lugares en los que nos movemos y vivimos y pueden cambiar tu visión de ellos.
O hacemos bello el pensamiento sin finalidad, es decir no teleológico sino puramente inminente o desaparecerá como tal y sólo los fines nos llevarán a utilizarlo.
No podemos huir de nosotros mismos y olvidarnos de nuestra mayor componente esencial.
Pero tampoco podemos escaparnos de nuestra dimensión temporal y meditar sobre elementos sin ningún interés.
¡Hombre!, ¡estudia filosofía y aprende a pensar!
Vale, eso es como comparar el estudio de la filosofía con las largas horas de repetición para ser un buen, en mi caso, mecanógrafo.
El pensamiento hay que amarlo.
Cuando los Griegos comenzaron a hacer filosofía tal y como hoy es entendida, la llevaron lejos pues era un elemento sorprendente que fue adaptado como algo interesante por una élite social.
Pero, también en estos momentos la filosofía tuvo una aplicación directa sobre la realidad pues investigaban sobre la naturaleza humana para ver como montamos nuestra existencia estatal.
Volvamos a ello.
Estudiémosnos en acción.
Concluyamos de estas observaciones.
No escondamos la filosofía en la última estantería de esa enorme biblioteca como si fuera aquella gran joya.


 En la puerta de entrada, a la derecha, donde los niños la utilicen y sepan por qué conviene tener orden en nuestro desarrollo.

miércoles, 19 de marzo de 2014

HOMO Y LA RAZÓN


Pero, vamos a ver ¿cómo se puede saber el coeficiente intelectual que tuviera entonces un Homo Habilis hace dos millones de años?
Tenemos una gran tendencia a empequeñecer su capacidad comprensiva y racional, su inferioridad de reaccionar ante los problemas, su menor capacidad de coordinar las ideas, su menor capacidad de comprensión y otros elementos similares pues creemos firmemente que el homo sapiens sapiens, es decir nosotros, somos el punto culmen de la evolución y más, evolución intelectual.
¡Pardiez!, qué maniobra de piropos y elogios totalmente infundados.
Primero y fundamental, que sepáis y sepamos, el acto intelectivo es la correcta utilización o tratamiento de unos elementos con los que tratamos.
Yo podría calcular cuanto tarda la luz en recorrer la distancia del ecuador terrestre pues sé que son 40.000km, que la luz viaja a 365.000 km/s y que el tiempo será igual al espacio partido la velocidad, es decir conocimientos que no tienen ninguno más de 300 años. No soy mas que un vulgar aprendiz de aquello que ya se sabía y no demuestro tener más coeficiente intelectual que un hombre de Neardental, o un homo sapiens recien salido del paleolítico.
Es más, para incrementar la ilustración y siguiendo el mismo planteamiento en negativo, consideraría bastante más inteligente a una persona de mi envidiada Atenas allá por el siglo V adc que una persona de mi querida España actual.
Los datos con los que trabajamos harán el resultado y no las propias manipulaciones mentales.
Liebniz, tremendamente importante, pero necesitó a Descartes abriéndole el camino, Platón también pero sin Sócrates poco hubiera hecho y así otros muchos ejemplos que demuestran que nuestro nivel intelectual pudiérase mantener absolutamente invariable y sean sólo los datos los que produzcan ese aparente aumento de la inteligencia.
Los ejemplo que he puesto, son claros y evidentes que no, que no hemos evolucionado intelectualmente desde Sócrates pero ¿y desde el paleolítico?, ¿nuestra capacidad mental ha ido a más?, ¿y el homo robustus, tenía menos capacidad de raciocinio o su experiencia humana y datos eran mínimos para desarrollarla?, es decir ¿es la inteligencia un hecho acumulativo y en desarrollo o es simplemente una salida a la luz de algo ya existente?
La respuesta a esta pregunta nos lleva algo mas allá pues es tremendamente problemática y tiene muchas interpretaciones.
A ver ¿nuestra capacidad de pensar y razonar es progresiva? Y esto ¿qué quiere decir?, ¿que en cada 10.000 años el ser humano llegaba algo más lejos en el hilo de la asociación de ideas?
Situaciones que entonces pudieran darse.
Si las personas hemos tenido una evolución mental también, es decir, nuestra capacidad intelectual para comprender la realidad es mayor habrá que estudiar como ha sido el proceso y si continua.
Y la otra respuesta sería que las personas a los largo de la historia y la prehistoria hemos tenido una misma capacidad intelectual, que surgió en algún momento y que la hemos ido perfeccionando con la acumulación de datos.
No tenemos ni la capacidad, ni el poder de calificar a las antiguas y aisladas tribus del amazonas como menos inteligentes por ser homos sapiens sapiens no trabajados.
No conocemos la mirada y maneras de razonar ante un puñado, nomás de datos, de un Homo habilis y decimos que eran menos inteligentes.
Pienso que no hay motivo alguno para dotar de culmen intelectual de todos los homos al sapiens sapiens.
Son suposiciones basadas en los artilugios y construcciones que no existían entonces pues la creación de ellos es lenta y progresivamente, uno tras el otro, aumentan la cultura y la aparente capacidad del raciocinio.
Tengo un enorme respeto por aquel homo habilis de hace tantos cientos de miles de años observando el fondo del valle allí donde vive, calibrando, clasificando, estudiando, pero de un modo no conceptual, pues los conceptos, es decir las definiciones de las cosas y elementos no serán sino el trabajo del tiempo sobre la especie humana. ¿Menos inteligente?
Pero el problema se triplica pues y sólo entonces, hay que buscar un principio y decir un momento en el cual surge el raciocinio como tal.
Quizás sea el arte el reflejo del poco o ningún cambio esencial, intelectual, posibilitativo de los homos, cuando pintaban, tal y como habíamos aprendido hasta entonces, elementos emocionales y representativos.
La razón es una totalidad y no un hecho progresivo.

Y las consecuencias de esta afirmación son amplias, muy amplias.
Y tiré a botepronto al final del partido a ver si el balón pasaba entre los palos, lo mismo que esta débil reflexión ante un tema tan largo, debatido, debatible y con consecuencias. Este escrito, también es un tiro así, donde el calculo de la distancia y la dirección es ciertamente difícil.

IMAGINAR




Mi primera intención era componer este escrito, haciendo poesía narrativa, donde los melones y las sandias alcanzan su significado cuando riman con tus amores pero después me dí cuenta que no, ni podía ni sabía.
Ante estas circunstancias adversas, decidí escribir con coherencia y conexión en los vientos de los sentimientos agarrado bien fuerte a la narrativa bien sentida.
Al acabar el escrito, sentí, que una vez más, habíame perdido entre las sensaciones propias de un alma calentita en el cacito de la vida.
Así pues y entonces, volví al comienzo y punto de partida y decidí hacer filosofía con la temática, hasta que me di cuenta que no podía ser, a no ser que el tema se marchase de mis manos y corazón y me dispusiera a hacer Antropología.
Una vez llegado a esto, decidí, utilizar mi razón en su más puro sentido, es decir, apurando el significado y la conexión de los términos, pero puestos a hablar de la imaginación y todo lo que ella significa dejarme llevar por mis dedos hacia la escritura y así fue como empecé.
Entre las notas de esta música y las teclas de aquel ordenador, la realidad se me escapa y me invade la tierna imaginación.
Soñar es realmente fácil y recompensado.
Pero está mal visto o al menos no se considera como una virtud conclusivamente buena.
Mi desacuerdo es máximo.
¡Cuanto aspiro a soñar sin descanso!
¡Cuanto disfruto sumergido en la imaginación, no de lo imposible, pero si de lo poco probable!
A una persona adulta que tenga la característica y capacidad de imaginar situaciones bucólicas, resolutivas agradables, suaves, que escapan de la realidad, suelen recibir adjetivos calificativos, si no de desprecio, sí, al menos, misericordiosos.
No sé hasta que punto aquellos, los que miran con dulzura y piedad desde la supuesta verdad de aquel edificio metálico, saben y creen tener la situación estructural y teleológica de la realidad.
!Qué me cuentan aquellos que no sueñan¡
No os imagináis cómo me rio de aquellos que se atreven a juzgar a otros desde la verdad.
Verdad conclusa, estática, establecida, con forma y maneras fijas.
Pero ¿no son conscientes de la inmensa cantidad de verdades únicas e invariables que nos rodean?
El camino cierto de salida es la capacidad de soñar e imaginar de cada uno de nosotros.
La tierra se me aleja y el sol ya no quema, sólo calienta con suavidad, cuando, bajo la sombra de las estrellas me imagino andando en aquel lugar por donde nunca iré.
La vida es un solo viaje y corto y no encuentro como ningún signo de debilidad la capacidad de soñar, incluso si me apuran de huir entre ellos de la tosca realidad.
Piensen aquel que pudo pasarse toda su vida soñando con la felicidad en un mundo mejor y compárenlo con aquel que jamás pudo salir del circulo cuyo centro fuera su nariz y lo mantuvo siempre boca abajo frente a la realidad física.
Déjense de mirar con aquellas formas cuando vean pasar a esa gente soñadora, conocida por todos como tal y allí, y comiencen a sentir envidia por aquellas personas que no han perdido la capacidad de los niños de hundir y ahogar el gran problema de la visión ordenada, inalcanzable, de la vida.
Cuanto más lo pienso más lo veo.
No encuentro ápice de mejoría en aquel que vive bien colocado en las estructuras más mundanas y este otro que vive un tanto desplazado entre las olas del mar de sus sueños.
Si, realmente, hiciéramos cuentas de las actividades propias y las midiésemos según la interacción que con ellas tuviéramos para con los demás, vale.
Pero no, ingratos, no hay ni meta, ni final, ni calificación.
Los sueños producen felicidad aun cuando volando se van con el amanecer.


 Mas vale ser un hombre, en mi caso, con ganas de soñar y disfrutar de su vida particular que aquel otro que tiene como objetivo triunfar en medio de toda la totalidad, en busca de su realización interpersonal.

martes, 18 de marzo de 2014

LA MALA CARA DEL DINERO



Muchos en efecto y muy pocos en defecto realizan una crítica fundada y buscada a la realidad circundante, social, política, económica, vital o sea cual quieras y fuese la dimensión que tomara.
Es decir, si el dinero canta con desenfreno y baila con descaro al compás de tu mano que entra y sale del bolsillo, en éste, sin tapujos ni problemas, bailando al ritmo de tus grandes compras, la vida pasa a ser, quizás, más bonita. Esto es un gran efecto real, lo cual no implica nunca que deba ser la verdad.
Si, tu vida, es un camino de privaciones, límites y cálculos, en la cual el dinero que pasa por tus manos, apenas permanece en tus bolsillos y realizando pequeños esfuerzos se evaporan, sin remedio pero sin amargura, de tus enseres. El control algo sufrido, leve, es un sin ecuanun de tus quehaceres diarios. Esto es una característica existente, pero, tal y como lo otro no implica nunca que sea la verdad de las cosas.
Y ¿qué digo y me pregunto?
Cuando reflexiono me digo que el dinero no es un signo de felicidad, que no es el camino correcto, que jamás cubrirá mis necesidades como ser humano, que encubre a los despreciables, que es símbolo de corrupción, que es el objetivo de los que poco valen, y etc, etc y etc.
Pero, después de tener estas ideas despectivas hacia los dineros, me pregunto a la par que hundo mi cara entre las palmas de mi mano, si todos estos pensamientos no son sino más que producto de mis pocas pesetas de entonces y euros de ahora que pasean de lado al otro de mi bolsillo,pues le sobra espacio para hacer carreras en la vacuidad a la que se ven sometidos. Vamos, poquito dinero en los bolsillos.
Es decir, ¿encontramos en los juicios que hagamos ciertos puntos propios en nosotros mismos que se encuentren fuera de nuestros convicciones que fraudulentamente las conclusiones?
¡Qué peligroso es el dinero!, digo yo que tengo suficiente pero poco más, pero me pregunto, ¿si me cayera por el nudo de la corbata los cheques que llevo guardados, tantos, en el bolsillo de mi camisa pensaría lo mismo?,si en mis sueños me pudiera revolcar con billetes que al día siguiente encontraría en la realidad sobre el cajón de mi despacho,¿seguiría pensando que el dinero es una gran trampa que nos atrapa?, ¿es el desprecio desde el olvido?, ¿es la crítica desde la distancia?
Cuando pienso fríamente, tranquilamente, con sosiego y convicción me digo que el dinero condiciona fuertemente tus movimientos como poseedor de tales condiciones económicas. Te embotella y te da una serie de necesidades creadas.
Te puede llevar a dejar de preocuparte por esto que nos rodea, ser arrastrado por la tormenta de las tonterías y disfrutar de los sinsentidos. Cuando tu vida no puede hundirse en beneficios, placeres, excesos físicos, entonces la meditación y la búsqueda interior se imponen ¿si?
Sí, esto opino y grito.
Esta verdad la canto en la ducha y en la calle.
Vivo convencido de la trampa que delante de mi abre sus ojos.
Sí, sí, sí.
Pero todo desde, no pobreza afortunadamente, pero si de un uso medio y estudiado de la pasta, del dinero.
Me doy pocos gustazos materiales.
Y mi mayor problema,a estriba en preguntarme si algo tienen de correctos estos pensamientos o son sólo, “ - Alberto, entérate”, producto de mis imposibilidades de darme lo que critico.
La agresividad forma parte de nuestra naturaleza y tendemos, siempre y todos, a defendernos de aquello que nos incomoda y en este caso ¡cómo aceptar como algo bueno y constructivo para las personas algo que no tengo!
Así pues y tendido sobre mis pensamientos, concluyo y os digo que desde mi falta de éste, acuso al dinero de romper nuestra naturaleza y corromper nuestro espíritu.
Es el fin de los que nunca tendrán bastante.
Es la ambición sin límites y entonces sin final ni satisfacción.
Pero y ojo, éstas son reflexiones de un hombre que no le sobra el dinero, no le falta pero tiene que comedir sus intenciones para con éste y que sospecha, malrumoradamente, que estas condiciones tergiversaran sus conclusiones.
¡Dame a elegir!
¡Dame a elegir!
Creo que elegiría la pobreza y el equilibrio que mucho dinero, mucho, con la intención para conseguirlo, el equilibrio.
Ahora, hablo desde la facilidad de la lejanía del problema.


 Ya veremos, éste supuesto bobo en el mundo de la supuesta también realidad, lo que haría.

jueves, 13 de marzo de 2014

FUCK PHILOSOPHIE




Entraban los dos con sus pasos al compás, por la puerta de aquel lúgubre pero acogedor café.
Su conversación, como siempre era tremendamente apasionada, rozando en ocasiones la hilaridad en los sentimientos.
Eran la cara y la cruz de las dudas.
El camarero los conocía.
Los apreciaba y cuidaba.
Los consideraba diferentes. Le agradaban.
Aquella tarde, Juan vestía con una chaqueta de pana gris y unos pantalones azules de tela fina. Jamás vestiría, pues no tenía la intención de hacerlo, tal y como se lleva o era considerado estético, y Andrés, con sus vaqueros oscuros y algo apretados, más una camisa clara y sacada del pantalón, sí que sabía muy bien que hacia y como vestía la muchedumbre. Justo lo contrario que hacía.
- Hazme una afirmación, la que quieras – le dijo Andrés y te diré qué tipo de juicio me haces ¡leete otra vez a Kant!
- La filosofía es perder el tiempo – le dijo Juan
- ¿Qué?, ¡leete a Marx en sus originales y entenderás correctamente, el funcionamiento y evolución social¡
- Es el intento de introducir la explicación en la sinrazón.
- No, no, no, ¡huye de tu cuerpo, de tu inmediatez!, ¡teoriza con Platón sobre nuestra alma formadora!, ¿No somos algo más que esta masa corpora?
- Ya sabes que me produce repugnancia teorizar y más sobre entidades abstractas.
- ¡Ten valor, sobrevalorate, huye!, observa el mundo desde lo alto de la montaña.
- Nietzsche tuvo, seguramente problemas de aceptación personal, amigo.
Los ojos de Andrés se abrieron desmesuradamente.
No era un ataque teórico, era un desprecio a los filósofos esta última afirmación.
- Quizás, Juan, Freud te valga de algo, aún a sabiendas de tu postura.
- Mi gran amigo, Freud, no hacia Filosofía, sino ciencia. Y sí, sí que me vale.
Cruzaron sus miradas y después realizaron una gran divergencia, los dos hacia la pared que tenían en frente.
Juan había estudiado Filosofía y tenía varios cursos de doctorado.
Andrés era un gran lector, por ello tenía una grandísima cultura y el estudio de los diferentes filósofos le habían introducido en situaciones de éxtasis intelectuales en la supuesta comprensión última.
- Pero, Juan, qué te ha hecho a ti la filosofía?
- Andrés me he cansado de buscar en ella una verdad que englobe y acoja toda la realidad. Aburrido estoy de estos grandes razonamientos que no me alcanzan mas que a solucionar dudas por los mismos autores puestas.
- ¿Mienten?
- No, en absoluto, pero para vivir, sus reflexiones no valen de nada. He tratado de encontrar en ella un equilibrio que no me dio y un medio de vida que evidentemente y que tú lo sabes, tampoco.
Quizás el tono estaba subiendo más de lo habitual.
Juan enamorado había estado hasta la médula de todo pensador.
Como bañándose en la piscina en un largo y cálido día de verano, había realizado todos sus estudios. Buscando la verdad era feliz. Estaba y cuando se equivocaba, seguía por otro costado. Así, desde el atril, disfrutaba teorizando de la mano de todos. Aristóteles el que más. Pero la vida le dio esquinazo y con todo acabó, muy dignamente, recogiendo l,os tickques de entrada en los cajeros del garaje del edificio donde conoció a Andrés.
Andrés, decidió no cursar ningún tipo de estudios cuando el director de la inmobiliaria vio su gran habilidad para rotular con mucha creatividad la inmensa cantidad de libros que encuadernaban en el quito piso de la editorial. La filosofía la descubrió ojeando algunos de los libros que diseñaba. Tras horas de pensamientos y convencido de la Fenomenología Hegeliana, decidió ilustrarse más. Y bien que lo hizo. La vida le había tratado bien y creía en su sentido buscándolo en los gruesos libros de filosofía.
Su amistad surgió cuando en el ascensor del edificio le oyó Juan, comentar a Andrés, alguna burrada sobre la fenomenología del espíritu de Hegel y le corrigió. Con discreción, tranquilidad y amor, pues entonces aún le quedaba algo de ello hacia la filosofía.
El barman vio esta situación y acudió apresuradamente a ofrecerles su trabajo.
- A ver compañeros, hemos acabado todos, hablo de vosotros la jornada laboral, entonces ¿de qué queréis la copa?
Los dos sonrieron, siempre lo hacían al final.
Se apreciaban y respetaban.
Disfrutaban siempre de sus discusiones, aun siendo desde el máximo antagonismo como era entonces.
Whiskys, Juan, y vino, Andrés, se pidieron.
- ¿Que te pasa hoy?, amigo. Ya sé de tu desilusión, pero hoy es máxima – dijo Andrés
- Mira – le expuso Juan, andando por la calle, dispuesto a venir al trabajo, cruzándome con gente por la calle, vi, con más claridad, que el intento de buscar una justificación a la vida era complicado pero todavía más conseguir, en el caso de encontrarlo, que fuese una acción oportuna para cambiar el mundo. La gente, menos tú y diez más, no tiene el más mínimo interés por saber nada más que por qué no le dan aquello que se merece o por qué el motor de la nevera produce sonido. Andrés tu eres un caso aislado y estable, y que perduras porque lo puedes observar desde la lejanía de tu trabajo. Buen anacoreta, mascando tabaco en lo alto de la colina filosofas mientras trabajas en otros asuntos. Yo tenía todo mi corazón puesto en ella y ahora no me vale más que para sujetar y mantener equilibrada la mesa de la cocina con los libros que la reflejan. Mi interés volverá cuando se borre la cara de sorpresa e indiferencia de todos los que me oyen teorizar, cuando lo hacia, sobre, y sólo digamos y por ejemplo Ontología.
- Bueno, esto es una acción correcta – realizando un gran gesto con las manos le dijo Andrés. ¿Eres un recién llegado misántropo?, ¿Has decidido que la única buena filosofía era la que tu hacías?, ¿por qué dices que huir del intento es la acción más correcta?, ¡no te tires tan rápido del tren!, ¡no te bajes del autobús!, ¡no saltes por la barandilla del barco! ¡Quédate haciendo filosofía, no necesitas a nadie para construirla!.
Los dos se miraron atentamente
- El sentido lo adquiere sólo con que discutamos tú y yo sobre su validez, amigo.
Salieron despacito del bar.
Salieron hablando del comienzo del campeonato del mundo de la formula uno en Australia y su confianza en que Alonso les haga disfrutar otro año más.
Sabían, ambos dos, aparcar problemas y discusiones en el bar o en la puerta del trabajo.
Llegados al final de la calle, se despidieron y cogieron caminos diferentes.
Juan se giró en el último momento y le dijo, The philosophie is dead, my brother
Y Andrés, sonriendo le apostillo, ¿Urbi et Orbis?, amigo Ego et absolvo
Sonrisas sinceras y grandes se vieron en la boca de los dos mientras se iban a sus respectivas casas.


miércoles, 12 de marzo de 2014

LA CAZA



Su jefe directo, su jefe superior, sus compañeros, su mujer y el recepcionista, salieron aquel día de caza.
De todos era sabido la enorme afición del “manda más” por cazar.
También era una noticia extendida que subían en su empresa, la del director general, aquellos que cazaban y mataban animales con facilidad y arte de actuación.
Éste, Andrés, era un muy buen profesional en su trabajo y tenía un pulso envidiable para sujetar firmemente el rifle.
Ésta era su oportunidad para que se fijaran y en el próximo movimiento del personal, los altos dirigentes se acordaran de él.
Así pues, dispuesto y concentrado de encontraba.
El bosque, de ramaje bajo y tierra a vista, estaba húmedo, con lo que los colores ganaban en profundidad y variedad. Estaba bonito, dulce y limpio.
Siempre había sentido placer en andar y perderse por el monte, pero nunca se le hubiera ocurrido ir a cazar. Entonces no, pero ahora las cosas habían cambiado.
Jugaba a las cartas con su futuro y si le salieran buenas iba a jugar a tope.
La emoción de la caza aumentaba y las risas y chistes, antes de entrar en los ámbitos de actuación eran tremendas.
El rifle que montaba Andrés, como todos, era de la más alta tecnología y por la mira de distancia y precisión, podía crucificar entre una fija cruz allí el lugar donde apuntara. La bala iría a ese preciso punto.
No hizo ningún disparo pero comprobó que su pulso ni temblaba ni un milímetro y podía durante mucho tiempo mantener fijo el mirador y la cruz de la muerte allá donde apuntase.
Salió el grupo hablando hasta que el silencio se apodero de todo, incluidos ellos pues entraban en la falsa trampa de la gloria de la caza.
La apertura en forma de ola progresiva que iba barriendo toda la montaña en la cual se encontraban los Jabalíes, salvajes y libres se comenzaba a extender.
A medida que alcanzaban la cumbre, la vegetación fue cogiendo altura.
El matorral fue cambiando por pequeños arboles oriundos del lugar.
La distancia entre los cazadores se incrementó, aunque seguían viéndose en la pequeña distancia.
Los gruñidos de los animales comenzaron a oírse.
Tenía una buena vista y podía distinguir los movimientos de emoción y emergencia que hacían sus compañeros.
“Piensa, Andrés, dispara si aparece, acuérdate de lo que te juegas” - se decía mientras firmemente sujetaba el rifle.
No le temblaba la mano nunca en ningún lugar, pero en demasiadas ocasiones se negaba ésta a levantarse.
Empezó a sentir un ruido más cercano.
Los avatares de la vida le había llevado al costado del director general en la barrida general.
La cara de atención se dibujó en los dos.
Los ruidos de pequeños bufidos aumentaban.
Allá a lo lejos, pero cerca para lo que había, comenzamos él y yo a ver el pelaje negruzco del animal. Pelo grueso, grandes morros y unos buenos, largos y afilados colmillos.
Sin perros al acecho, el jabalí no corría a esconderse y permanecía atento.
Aquel era un gran macho.
Y comenzó a andar hacia nosotros.
Mi jefe, desajustadamente clavo una rodilla en el suelo y con muy mala armonía se colocó el rifle apoyado en el hombro.
Sonó el primer disparo, falló.
De pie y con firmeza, aposté el rifle con mis propias manos y en breves segundos, tenía apuntado justo la mitad de la frente.
Aquel animal tenía mucha vitalidad, fuerza e inocencia pues no sabía a que se acercaba.
Oí otro disparo y otro. Ya eran tres pero el jabalí seguía viniendo.
Sólo con rozar mi gatillo caería muerto.
Los animales del monte fueron pasando uno a uno por mi mente mientras apuntaba a éste.
Mis principios sobre la inutilidad e invalidez en todos los sentidos de la caza también.
Pero, en la otra parte de mi cerebro o en la parte distante de mi mente, mi mujer y su ilusión del ascenso estaban en el otro.
Oí otro disparo.
Tenia el entreojo apuntado sólo tenía que disparar. Apreté el gatillo, pero sólo hasta que decidí no hacerlo por mis principios y valores.
Mi jefe hizo el quito disparo y el animal calló sólo herido en una pata. Mi jefe no daba para más.
Pero como si un héroe fuera salió corriendo para suministrarle el tiro de gracia a apenas medio metro de distancia.
Tuve que aguantar muchas risas durante toda aquella tarde, que si miedo que me entró, que si vista nublada, que si temblores de manos y otras cosas similares en las que todos se rieron y yo también, claro con ellos.
Yo me debatía entre la tranquilidad de mi espíritu por no haber cometido un acto innecesario de una muerte por divertimento y con mi inquietud mental por no haber actuado de una manera correcta por cambiar la vida del jabalí por un ascenso en el trabajo.
Pero, que le vamos a hacer, me decía, ojalá todo lo que me echara en contra fuera como esto. A ver, pensaba, como hago que mi mujer me entienda de nuevo.
Pero la cosa no se quedó ahí.
Después de cenar y antes de volver a la ciudad, en la puerta del pequeño bar y del pueblo perdido, me encontraba fumándome un cigarito, mi cigarito diario, cuando salió el jefe.
Mirándome con curiosidad me preguntó.
- Andrés ¿por qué no disparaste?
- Bueno, no lo tenía apuntado, no lo vi casi, estaba complicado.
- Andrés, estaba a tu lado, estabas de pie, firme, con el rifle totalmente horizontal entre tu hombro, tus ojos, tu mano y el jabalí. A mi me temblaban las piernas, tú estabas fijo como un pino, ¿por qué?
- Bueno, señor, quizás sea que nunca jamás había cazado y creo que nunca jamás lo haga de nuevo. No tengo valor para disparar.
Llegue a casa tranquilo, le conté a la mujer que tanto quiero y que es mi esposa lo pasado. Ella sonrió, y entere las risas me dijo que sí, que con esta persona se había casado. Entre besitos y con mi corazón, entonces, tranquilo me fui a la cama.
Pasaron aproximadamente tres meses y me llegó una notificación del máximo representante diciéndome mi ascenso a organizador general de una nueva sucursal. Aturdido, alegre y emocionado recibí la noticia y en ese mismo momento y con una gran sonrisa en la boca entró en gran jefe que estuvo a mi lado en la caza.
- Señor, señor, adelante dígame, le dije yo casi temblando.
- Usted actuó con nobleza y valor. Supo poner sus valores sobre las circunstancias. La hipocresía pudre todo el mundo de los negocios. Gracias por no disparar y, aunque yo seguiré yendo, a Usted no le llamaré y espero verle por mucho tiempo en mi empresa.
Emocionado y aturdido volvía a mi casa.
El que me digo que la vida no es una tómbola, es que está viviendo otro tipo de realidad, que no es la mía.
Muy tiernamentre abrazadito dormí esa noche.



LA ENFERMEDAD



Esta persona volvía a su casa con un gran dolor de garganta.
El día anterior cogió una inmensa congestión nasal al hablar con el músico callejero y la semana anterior, tras ver el tratamiento que recibían, en la normalidad ciertos asuntos.
Apunto estuvo de no levantarse hoy por un gran malestar de cabeza.
Estaba cansado de volver, con dolores en su alma o confusiones  que necesitaban puntos de sutura en su mente, a casa.
Estuvo apunto, en varias ocasiones de comprar el producto de la imposibilidad de cambio o la aceptación de la mala realidad como único camino posible.
No compró esa baratija de segunda mano, pero el negocio le estaba saliendo caro.
Quizás la aceptación de una injusticia inherente, inevitable, necesaria y real, en toda unión humana, le habría hecho convivir más tranquilo con ella.
No sería la primera vez que oía una justificación teórica de estas diferencia y la necesidad de su existencia.
Tampoco oyó sólo alguna vez que la maldad de los individuos que provocamos esto era participe de nuestra naturaleza
Y lo que más le inquietaba es que, fuera de sus pensamientos, nadie le había dicho, ni tomado como evidencia y naturalidad, que esta forma de vida, que estos tantos por ciento insultantes en diferentes campos, era un hecho claro y evidente a cambiar y que simplemente con el acuerdo y participación colectiva sería un movimiento fácil.
Le dolían los pies de escuchar como se justificaba, tras un razonamiento correcto, lo inmoral.
Sus rodillas le temblaban cuando haciendo un uso adecuado de las deducción racional se llegaba una total aceptación de lo era una gran injusticia.
Tenía que ponerse un trapo lleno de hielos en la frente para evitar el dolor de los esguinces mentales que le proporcionaban el leer ciertos asuntos inaceptables y que ocurrían con frecuencia y normalidad.
No hay nada peor y con más difícil solución, que el aceptar como imposible lo real y dar como normal lo totalmente anormal e injustificado.
Aquella tarde, esta persona, volvía con una gran congestión nasal, tras que su compañero de trabajo, en medio de la conversación en la cual estaba realizando una gran crítica estructurada, justificada y demostrada a la clase política, le comentó que a su hermano, aún poco mereciéndolo, le había enchufado a trabajar en el ayuntamiento de aquel pueblo en las rodalías.
Aún sonándose fuerte, la mucosidad enfermiza se extiende y se cuenta con toda normalidad.
Yo tuve la fortuna de no poder tomar ningún tipo de actuación como esa.
Fortuna pues no sé o no quiero pensar, como hubiera actuado
Lo normal, y déjenme que se lo repita, lo absolutamente normal, inapelable y aceptado, sería el, aún quedándose alguien con más mérito fuera, que hubiera entrado, digamos, un familiar.
No me curraré de estas malditas anginas.
Hasta que no pasen alguna de éstas dos cosas, o bien cambie toda la concepción de la manera de actuar de la gente, o bien, me matricule en la indiferencia, en la banalidad de la preocupación y sea capaz de andar, con la cabeza bien alta y con tranquilidad entre los problemas de mis contertulios de la ciudad donde me aloje, el resfriado crónico continuará.
Es la enfermedad de los que tenemos suficiente corazón para preocuparnos de los demás.
Y es grave, muy grave, aquí y ahora.
El pedirme que me abrigue y salga con mantas a proteger a los demás es ya demasiado para mi y esto estará reservado para aquellos que bien merezcan la pena. Los grandes.
Lo que sí está al alcance de nuestras manos es el manifestar la disconformidad y justificación de ciertos hechos.
No hay movimiento alguno en ningún sistema económico, social, administrativo estatal y demás que albergue en sus campo de actuación la resultante de gente con poca capacidad adquisitiva. Les dan misericordia.
Están los que confiando en su perfección abogan con que no los habrá, cuando saben que sí, estarán los que si sabrán de su existencia, pero los justificarán como elemento indispensable en el funcionamiento del asunto.
Total, que el que malvivan algunos y vivamos correctamente otros, está totalmente admitido por estas diferentes estructuras social-económicas.
Pero ¡ahy!, que en el infierno se quemen todas las lejanas teorías en el momento en el cual sintámosnos enfermos todos al ver determinados actos de injusticia.
Esta enfermedad salvaría al mundo.
Pero, no, no se da, es más la actitud de preocupación activa o bien su trasmisión colectiva es vista desde la distancia como una anomalía lejana y accidental.
Ojala ayudara a todos mil veces más de lo que lo hago, pero al menos no me callo al acusar de incompatibilidad total del funcionamiento actual del mundo y una visión correcta de éste.
¡Eres un soñador! - me dijo aquel, y yo le conteste que ojala él también lo fuera y se acostase pensando en un mundo mejor.






domingo, 9 de marzo de 2014

LOS ARTICULOS



Qué fácil es que sean tus palabras las que te traiciones, pero no por tu indiscreción, sino por una errónea interpretación.
Hablo de los escritos, me refiero a aquello leído desde la distancia.
Desde unos determinados principios y axiomas propios y el desconocimiento de aquellos del susodicho escritor, la posibilidad de hacer aquella interpretación que, a ti y buenamente, te venga en gana, es total.
Es decir, los términos y las ideas utilizadas, pueden ser leídas con un tono o con una relación con lo anterior que no sea correcta en la intención del escritor.
Cierto es que hablo de cortos textos, artículos, breves ensayos y demás, en los cuales se desarrolla la idea muy sucintamente, con pasión y con la razón de convencimiento mediante evidencias.
Evidencias, sí, pero para el escritor y siempre sujetas a la distinta, mala para él, interpretación.
Cuando se es taxativo a la hora de esbozar una idea, te lleva a pensar allá, donde han llevado discursos tajantes en otras cuestiones, aquellos que lo leyeron y lo llevaron como les vino en gana.
Siempre sin poner ejemplos, han habido buenos, grandes y estructurados pensadores que han sido mal interpretados y que han costado grandes sufrimientos a otros personas.
El lenguaje oral, tertuliano, directo, en cualquier conversación, siempre está sujeto a aquella puntualización que hace que el contertulio entienda correctamente la idea esbozada.
La interrelación entre los que dialogan es fundamental a la hora de llegar a verdades.
El aclarar el camino a seguir en un razonamiento te lleva a tu comprensión.
Y lees artículos de opinión y es totalmente imposible que la coordinación de las palabras no te haga ponerles un tono determinado y de ahí una idiosincrasia propia del que escribe y tras esto un juicio a priori de lo que está diciendo.
Escribir sin la presencia del lector esbozando ideas directas y puntuales es un ejercicio peligroso.
Y éste que lee esto, se pregunta
¿Tiene miedo a escribir?
¿Piensa que no se expresa bien?
¿Ha encontrado casos como similares al leer algún texto?
¿Conoces algún ejemplo de mala interpretación?
Y sigo y os digo que pienso que el alma de las palabras se dibuja cuando atrapas las intenciones del escritor.
Y, también, el alma del escritor, dibujan la forma correcta de sus palabras.
Pero ¡ahy!, cuan lejos se queda, en muchas ocasiones, el alma de los fríos folios impresos.
De la duda más inocente del mundo, se puede pasar, según la lectura de ese pequeño párrafo, a una ironía enorme.
Hay que escribir despacio, mucho, por esto.
La dialéctica te lleva a la verdad, los monólogos te sacian de dudas pero te abren otras.
El primer interlocutor te lleva a las explicaciones y el segundo las pide si tu expresión no coincide nada con el contenido.
En los escritos la interrelación se rompe y muere y el asunto puede deformas la intención.
¡Cuantas ganas me quedan de haber conocido personalmente a algunos de aquellos que he leído y estudiado!. La interpretación que yo le doy y las que otros me dice, puede que no fuera la correcta, mirándole a los ojos, y escuchando el tono de su voz.
El espíritu y la máxima comprensión vendrá con el trato directo.
La lectura siempre te deja en el baño de la interpretaciones.
Las mismas palabras dichas en tonos diferentes dan, en muchas ocasiones, una diferente concepción.
Si que es cierto que el significado se obtiene en la contextualización de ellas, pero para ello el escrito debe de ser amplio.

Loa suscita opinión y más por escrito es, al menos, de gran facilidad malinterpretarle.

EMOCIONES



Sujeto a la gran tormenta de mis emociones, navegaba por entre las aguas de aquella mañana.
No es llevadero, me decía, que la realidad, su color, significado o razón aparente de ser, varié con tanta facilidad según las palabras de éste o la mirada de aquel.
Encontrar las verdades es, si posible, muy difícil, pero me atrevo a decir que se multiplica, la dificultad, si introducimos en la discusión la bruma y niebla que aparecen en los horizontes de tus pensamientos, tales como los asuntos monetarios de tu casa, el agradable dolor muscular después de nadar o los lloros y risas de los niños al verlos.
Con semejante estado, es decir sumergido en la alteración crónica y propia, me inquiero sobre la posibilidad de llegar a conclusiones conclusas desde este faro en la costa de los sentimientos.
Por otra parte, esta propia y supuesta inutilidad, te lleva a la subsiguiente conclusión al aceptar que esto es lo que hay, lo que está y lo que es, es decir, asumiendo que somos pelotitas de corcho del almuadón donde reposa su cabeza la vida.
Al pasar ya las nubes de entre mis ojos por volver a la actividad tras el sueño y mi mente adquirir visión activa de los acontecimientos, comienzo a encauzar y conducir mis pensamientos y emociones de manera distinta ¡no!, ¡no!, ¡el mundo no ha cambiado!, me digo ante la falta de objetividad de estas acciones.
Y más y peor, cuando sumergido entre las letras, pongo música y mis neuronas, bajo el ritmo de las notas, alcancen y vayan con un empujón extra que antes no lo tenían.
¡Donde parar!
¿En que punto considerar el momento optimo para concluir?
¿Qué estado debo de buscar?
¿Es justo estar sujeto a las emociones?
¿Es allí el lugar donde la vida toma sus dimensión correcta y su razón de ser?
Me retozo en la duda de estas cuestiones.
En esta temática, es un sinsentido no personificar la temática en mi individualidad.
Perdido estoy en la soledad de mis pensamientos ante la imposibilidad de compartir el problema, pues, el trasmitirlo y conversarlo, dejaría de ser la cuestión propia.
No hablo de la soledad del escrito, hablo de la variación propia en el estado anímico del individuo.
No quiero citar a nadie, pero me pregunto que grado de objetividad tengo en cualquier tipo de reflexión, si no soy mas que un alma envuelta en las circunstancias que le ocurren. No tengo, nos decía aquel, más dimensión que la concluyo y existo en aquel momento. No tenemos estabilidad primera, tenemos estado segundo.
Y mis pensamiento se engrandecen con las emociones puras, hermosas y potentes, de aquella mujer cantando, contándome acontecimientos que tanto llevó.
La construcción del orden de los pensamientos en busca de algún camino con final, pierde mi interés en los momentos en los que las emociones me invaden.
Confesarse ante la nada, es realmente complicado por la falta de capacidad de saber de qué se habla.
El gusto de la lejanía de la necesaria justificación.
El placer del sinsentido existente en la vida sentimental.
La satisfacción de balancearse, con cariño, entre los brazos de los dudas.


 La felicidad de la aceptación total de lo existente.

sábado, 8 de marzo de 2014

HABLANDO SOLO




Y cuando giré la cabeza, él seguía insistiendo en la uniformidad, orden y finalidad de la vida y sólo le faltaba decirme que el amor con tu mujer había que hacerlo antes de irse a dormir y en la cama. Hoy lo hicimos en las postrimerías de la mañana tras un afortunado incidente en el vuelo directo de la cocina al comedor, es decir, en el pasillo y rebotando hasta la cama.
Llegué algo tarde al trabajo, pues el metro aturdido por las muchedumbres, acudió con retraso a la cita conmigo. Mi responsable no se creyó mi sinamor con el vagón del metro y enseñándome los dientes se fue.
Aplicado al ordenador, veía pasar, sin dolor ni tristeza, todos mis planes por debajo de la mesa de mi trabajo.
La incalculabilidad del resultado es obvia y evidente.
Y mi amigo del primer párrafo, ayer, en el café, insistía en la necesidad de realizar las acciones máximamente normalizadas para obtener un buen resultado y yo, pendulando entre mis dedos la copa, me preguntaba qué tipo de éxito en su vida creíase alcanzado.
Mis cálculos primeros se fueron al garete, pero lo que no pensé que me resultaría tan satisfactorio, vino a mi.
Yo le preguntaba, con autentica curiosidad si creía que el futuro era producto de unas situaciones primeras elegidas y este amigo me decía, poniendo los ojos abiertos como platos, como yo podía vivir pensando en el capricho de la vida.
Le contesté que podía, sí, que podía pues no habría que mirar después a tu pasado y calibrar la validez de tus actos.
Lo único que me importaba y para tal vivía era el tener una estabilidad anímica que me permitiera viajar en esta larga travesía por el rio caudaloso, observando y recreando mi vista con las bravas aguas o la tupida selva.
Asombrado con mis afirmaciones informales sobre la vida optó por acentuar el interrogatorio y me preguntó por mis situaciones actuales, que eran, según él había entendido eran lo único para mi. Eran buenas, malas, o ¿qué eran?
Volví a rodar mi copa sobre la barra del bar y sonreí.
Hice un acto de autentica sinceridad y le dije que estaba ya por encima de los avatares de la vida por varias razones, que se las comuniqué tocándome un dedo por cada una de ellas.
Y comencé diciéndole que las cosas no son nada y que es el sujeto quien las recibe el cual las califica, las sufre o las disfruta, pero y además, sea lo que fuera lo que te pasara, el tiempo lo curaría......¡no!, grito escandalizado, hay cosas que no se curan...y tres -continué, estando aquí, el único objetivo debe de ser el disfrute actualizado y sincero, pues no estamos invirtiendo en nada y que no miraremos nuestra construcción vital desde la distancia.
Con Dios y desde su actualidad y plenitud no juzgaremos lo conseguido y sin Él, el viento con forma de horas y minutos hará que todo perezca, y todo desarezca.
Seguía insistiendo en la poca seriedad y responsabilidad que le otorgaba yo a la vida.
Empezaba a estar cansado de él y su necesidad de hacer algo importante en su vida como si fuera esa la finalidad de la misma. Y otra vez le repetía que nadie, nunca ni ninguno, podrá mas que actuar desde las afueras de tu vitalidad. El color de las gafas con el que la miras es tuyo, pues nadie te podrá quitar éstas.
El ordenador se encabritaba y enfurecía más, cuando sentía mi dudavilidad sobre la coherencia de la historia montada por bastantes personas dirigentes de nuestra realidad.
La silla del trabajo estaba a mi favor y miraba con pena y compasión a aquellos que vivían sujetos a necesidades de transcendentalismo que la vida no les pedía pero que ellos se exijan.
Terminó la jornada y despacito, mucho, caminé hasta la puerta de mi casa, pero, y al llegar a ella,decidí pasar de largo y recorrer alguna manzana más, pensando en qué decirle a este infeliz compañero de trabajo al qué la vida le venía grande por todos lados.
¡Cómo hacer que su cuerpo cogiera potencia y volumen y que la vida no fuese más que el uniforme, llevado igual por todos, sin ningún tipo de decisión respecto hacia donde iría el cuerpo al que vestía!
Aturdido de observar miradas y situaciones aceleradas, escandalizadas, insatisfechas y sobre todo cansadas y con hastío por decidir un fin que no tiene, por imponerse unas obligaciones que no son y por querer llegar a un sitio que no está en ningún lugar.
- !Es el viaje¡, me fui gritándole desde la lejanía a mi compañero, la vida es la senda a recorrer, le dije con la boca entre las manos a forma de embudo.


 Con tranquilidad me desnudé, me puse el pijama y me fui a dormir con toda la calma que te produce la reflexión desde la distancia.

viernes, 7 de marzo de 2014

MASS MEDIA Y LA DEFORMACIÓN



Ni objetividad ni veracidad en la información, y cada una en sendos diferentes momentos.
Me obnubilo, es decir, se oscurece mi capacidad de comprensión, en aquel momento en el que, con Internet, veo y leo las portadas de los diferentes periódicos al nivel nacional de España.
La misma noticia, la misma, es trasmitida y parece diferente en los varios periódicos.
Estamos sujetos a las inclinaciones ideológicas de los escritores siempre de acuerdo con las que fomentan o son los dueños de los susodichos medios.
La objetividad murió en el intento.
Los valores propios imperan en la medida de dar las noticias.
La información aséptica, siquiera, al momento de describir la acción se da.
Describir, describir y describir y en el interior artículos de opinión propios en los que los diferentes escritores o periodistas dieran sus interpretaciones propias.
Así debería de ser pero así no es.
Así debían de llegar la noticia a nuestras manos. Y así no lo hace.
Pero no. Parécese otras acciones, diferentes sucesos, los que divulgan.
¿Es la realidad que tiene muchas formas?
No, conforme a la descripción de los hechos no es relativa, en lo que opines de ello, si.
Pero no hay ningún tipo de objetividad cuando encabezan la noticia con una frase o foto sacada de contexto e impuesta con un orden determinado para provocar ciertas opiniones.
El control e interés de estos mass media es tremendo.
Habría o debían, mejor, de tener la capacidad de aparcar sus principios y valores y trasmitir los hechos de una forma ordenada y desinteresada.
Pues no, así no actúan.
La gente no somos conscientes de ello y siempre se encuentra el pecado en el periódico que no es el que tú compras y que te atreves a calificarlo como interesado, sin ver que el tuyo, por necesidad, entra en la misma dinámica.
A sabiendas de nuestra inclinación existente e influenciable a nivel descriptivo de los hechos, se debería de actuar consecuentemente a esto y realizar descripciones, digamos, sistemáticas, temporales, sucesivas y etc que huyeran lo máximo de cualquier valoración del producto, de la noticia.
Pero la malformación de la información se da, también, aun que de forma, así entiendo yo, menos consciente, en cuanto a la notificación de noticias internacionales.
Vivo aquí en España, momentos y lugares en los cuales una minoría de la población, pequeña pero bien organizada realiza desordenes públicos. Protestas escandalosas y violentas.
Y estas imágenes llegan a otros lugares y todos aquellos que no vivan o no sepan con totalidad lo que está pasando, claramente entenderán estos actos como hechos generalizados que apoyan una cantidad grande de ciudadanos.
En la televisión que yo, poco y mal, veo, sacan imágenes de diferentes sitios y lugares fuera de aquí, en los cuales ocurren desordenes públicos e inevitablemente todos sacamos conclusiones que normalmente son, al menos, puntualizables y corregibles.
Varias personas, diferentes medios, que acuden con sus cámaras a aquellos lugares y en aquel país donde están los problemas, nunca jamas nos dirán la verdad de lo que ocurre pues la información con la que ellos trabajan es mínima y además se conforma con momentos puntuales de los disturbios.
Hay datos y acontecimientos seguros. Pero son pocos.
Sí, es cierto, ¡claro que puede ser una descripción objetiva!, pero y cuidado, puede también que no.
La comunicación de los acontecimientos es realmente un asunto difícil y complicado de asumir con tranquilidad aquellos que lo recibimos.
Es una acción defendible dentro del sistema en el cual lo importante es la venta del producto y esto se hará dándole a cada uno aquello que quiere oír, leer, ver y no la verdad.
Pero esto no es información verdadera.
Eso es manjar para las palomas.
La objetividad y neutralidad son dos peces podridos en la pescadería que el hielo de la razón no ha conseguido salvarlos del olvido.
El esfuerzo de asumir el objetivo de los medios de comunicación como intento de trasmitir la información de la manera más descriptiva y no valorativa, apenas se da.
Y lo digo desde un país en el cual los medios de información tienen la máxima libertad de publicación siempre que cumplan unos requisitos legales y no hablo, por evidencia de aquellos países en los cuales la información se trasmite, deforma y construye por el propio gobierno impositivo, llegado al poder de una u otra manera.
En estos casos, el medio de comunicación estatal y único, convierte en tontos a aquellos que se lo crean y encuentren como verdadera esa información.


LA MALA DEMOCRACIA




Soy consciente de la peligrosidad de mis palabras, así pues las escribo sin afán taxativo y sujetas a toda corrección, discusión o conclusión conjunta.
La idea de democracia no surgió tal y como nosotros la concebimos y usamos.
No abogo ni apoyo esa primera manera, pues era puramente Aristócrata en posesiones y en ciudadanía.
Cuando hablaba Sócrates y defendía sus ideas en publico, buscando un apoyo a sus ideas, no lo hacía a todos los habitantes de su querida Atenas, sino a una minoría que tenía capacidad de hacerlo. Sólo y únicamente para entendernos, votaban la nobleza existente, comprendiendo a ésta como una serie de hombres (totalmente genérico, pues eran solo las personas masculinas) con una calidad superior, que así se consideraban ellos, respecto a los demás. Era una elección elitista e injustificada.
Estos eran el pueblo y estos votaban.
Ésta manera fue heredada como el voto universal.
Y ya os lo digo y repito temblando, que pienso que no todos tenemos la capacidad de decidir sobre el futuro de nuestro correspondiente país.
Y empiezo.
¿Votar a los 18 años?
No.
A mis 18 años (ahora tengo 43), mi capacidad para decidir sobre la conveniencia de las cosas era menos informada, es decir, mis conocimientos sobre la dinámica de funcionamiento, conforma a las relaciones y estructuras convenientes para la sociedad eran, sin duda menores que las actuales.
Votar, sí, pero, y digamos, a los 25, donde tu madurez y experiencia te dará mas capacidad de saber lo que estás haciendo.
La experiencia es necesaria y fundamental para el funcionamiento correcto de las cosas.
Es más, si me apuráis y de mi dependiera, sólo las personas mayores de 60 años, podrían dirigir el gobierno. Cuando escucho a gente mayor, sus palabras tienen la sabiduría de ya haber pasado por aquello que a mi me resultará, todavía, una nueva situación irresoluta.
¡Entonces no habrá evolución ni cambio!, me dijo éste, a lo cual le respondí que a los 18 años nadie ha hecho una revolución con una mínima durabilidad y garantías.
Pero aquí no acabo.
Habría cierto número de circunstancias que te quitarían tu derecho a voto.
¡Me queman las manos al escribir esto!, pero ¿crees que un acohólico, que lleva 5 años callejeando, bebiendo, irrelacionado más que con su vino barata y malo y mentalmente anquilosado tiene la misma capacidad de elegir correctamente que una persona que trabaja por su familia o su vida particular, asumiendo un orden en su vida y una justificación en ella para desarrollarla correctamente?, o otra persona condenada con cárcel por actos de pedofilia ¿tiene un equilibrio mental para decidir sobre lo bueno y lo correcto cuando salga a la calle?
Es realmente complicado pues siempre que se tercie colocar límites estaremos expuestos a intereses particulares de algunos o ideología que excluyan a personas por otras características genéricas tal y como raza o color. Pero yo hablo de hechos claro, concretos y concisos y no de ningún tipo de discriminación general.
No podemos permitir cualquier tipo de discriminación, cualquiera, pero si que deberíamos impedir que aquellos que no son capaces de llevar una vida normalizada dentro de la sociedad tuvieran la misma capacidad de decidir que otros, que sí que la llevan y respetan.
El cambio desde el respeto es posible a cualquier edad.
Tras un periodo de rehabilitación y una constatación de su capacidad recuperada, ¡sí!, que el ex-alcohólico vote, pero antes no.
¿Y aquellos que han realizado acciones ilegales sin necesidad vital y por premeditación?, tampoco.
Los componentes de aquella banda que se dedicaba durante varios años a atracar bancos, no para sobrevivir, sino con el único fin del enriquecimiento, al momento de ser capturados, yo les quitaría toda capacidad de decidir sobre mi futuro.
Los terroristas que utilizan las armas y la muerte para sus fines políticos, una vez salidos de la “trena” ¿qué sentido tiene que entren en el juego político y democrático?, ninguno.
Es un asunto complicado y difícil pues a ver donde ponemos las condiciones mínimas para votar.
Tu voto es una gran responsabilidad y yo, dándole todo mi apoyo y capacidad para que salga de sus problemas al alcohólico, no vería conveniente que el día de la votación saliera se levantase del banco donde pasó la noche borracho y evadido, y votase todavía mareado e intranquilo hasta conseguir otro trago.
Si, ¡por favor!, democracia, ¡que seamos el pueblo el que vote!, sí, pero aquellos que tengan unas capacidades mínimas.
Antes de cometer ciertos crímenes hay que anunciar que si te pillan iras a la cárcel y que además, por atentar contra la sociedad por tus robos con premeditación, perderás tu capacidad de voto.
Ni estudios ni leches, pero sólo votarían aquellos que hayan demostrado una capacidad de integración y comprensión social.
Sé que estas palabras pueden ser utilizadas como dinamita, pero me reitero a decir que el voto tienen que estar en manos de los que tengan una mínima responsabilidad.
No es un cántico al voto de los elegidos, pero es una oda a la desesperación de poner mi futuro en manos de los incapacitados para ello.
¡Qué nadie me acuse de elitista!, pues hablo de cualquier persona, independientemente de su situación social, intelectual y demás pero que no cumpla unas condiciones mínimas como serían, digamos, claridad mental y respeto social.
Y, además, aquí acabaría el campo en el cual pondría limitaciones, pues esto sí que me parece de “cachondeo” cuando lo oigo.
Si a un político le “pillan” haciendo negocios fraudulentos utilizando su poder temporal de contratar y demás, le ponen, digamos, una multa o meses de cárcel (a la que nunca ingresan) y, esto es lo incomprensible, le ponen un tiempo de inhabilitación para dirigir esa labor política, pero pasado este tiempo, a aquel o aquella que robo del compendio publico, puede volver a manejar mis dineros (quiero decir, lo que pago con mis impuestos) volviendo con facilidad a la bien llamada, pues así es, “familia política” (de todas bandas y colores)
No, ¡pardiez!, aquellas personas que realizaran operaciones interesadas y fraudulentas con las arcas pública, jamás, nunca jamás, deberíamos de darles la capacidad de volver a ellas.


 Que no nos equivoquemos, que una democracia no significa que aquí vale todo.