miércoles, 30 de septiembre de 2015

EL CAFÉ Y LOS AVATARES SOCIALES





El bar estaba aquel mediodía más oscuro de lo habitual, el tubo, algo anaranjado del fondo, se había fundido, y además había menos gente pues la tormenta arreciaba  por las calles de Valencia. Ahora bien, Andrés y Pedro le habían cogido mucho cariño al habito.
Allí estaban, siempre con el oído puesto del barmnan para con ellos, pero no por cotilleo, sino por interés, conversando entre sorbos a sus cafés.
- Andrés, tú siempre sin los pies en el suelo – le dijo Pedro, algo inexpresivo.
- No, no, Pedro – le contestó elevando ligeramente las manos – creo que debemos ya entender que el sistema social, tiene , en todos sus niveles, como única necesidad, condición absoluta para su funcionamiento, la predisposición y espíritu con el que actúe el individuo.
- ¿No te ves reflejado en mis comentarios a su contraria?, Andrés, corregir, mejorar, avanzar, hagamos fenomenología y no esbocemos esencialidades extremas en lo irresoluble. Los valores son anclas que nos fijan a cada uno en sus ideas. Busquemos la funcionalidad del proyecto y no su solución total.
La conversación estaba más profunda de lo habitual y, aún con los cafés vacíos siguieron conversando con interés. Carmen, antes centrada en los cierres contables semanales de loa editorial a apenas dos metros de ellos, estaba esperando ya, a ver, sí y qué le contestaba Andrés.
- Mira Pedro, ya te digo y a los hechos me remito diciéndote que sin predisposición social, civil, sin elementos éticos como la tolerancia, amor, ayuda y otros los sistemas sociales no marchan, no funcionan ni caminan, amigo. Vencer nuestra propia naturaleza egoísta en sistemas que la permitan cabalgar desbocada serán difíciles de construir. La historia ha demostrado que sólo con el talante de los componentes son el camino correcto.
- Y ¿bajo que conceptos entenderías como bien común, como valores éticos, como amor?, ¿los que tu entiendes aquí en España o los que tienen, en todas su variedades y temáticas las, digamos 50 culturas más existentes?
- ¿Y tú me acusas a mi de hacer abstracciones?, pese a todos los que lo han puesto en duda y relativizado, Pedro, ya te digo – lo que parecía ser un incremento de voz, acabó en no más que un susurro- sí que hay unos valores universalmente validos para todo los personajes e individuos del mundo. Si hubiera una educación correcta sí que se les podía educar a los jóvenes en unos valores que permitieran una muy correcta convivencia.
Pedro, se hecho hacia atrás, haciendo el gesto, algo despectivo, pero lleno de amistad y le dijo.
- Andrés, hemos llegado al punto de inflexión, donde se acaba la conversación y entra la creencia - Carmen, se levantó, y bebiéndose lo que le quedaba del vaso de leche con cola-cao al lado de Pedro, mientras el barman, casualmente limpiaba justo la parte de la barra central a ambos dos – tú confías en la individualidad de la persona y en su actuación en solitario, sin estar bajo la observación de las cámaras, sin salir en la televisión, es más, sin que nadie te observe y aquí vienen mis dudas. No te digo que seamos malos por naturaleza, pero buenos tampoco. Habrá que construir un sistema aséptico y funcional que procure el bien común, incluyendo en éste a las minorías.
- Pero, Pedro, en el caso qué haya la más mínima posibilidad en lo que te propongo, educación y predisposición, ¿no te parece más resolutivo y continuación temporal lo que te propongo?
- Sí, Andrés, sin duda, pero, amigo, yo no me creo su realización.
- Será, Pedro, que el trabajo de corrección gramatical y ortográfica de los textos a publicar en la editorial te ha dado mucho orden y practicabilidad. Te encuentro un tanto estrecho entre la invariabilidades de las reglas ortográficas – le dijo riendo
Pedro rió también y le dijo.
- No, Andrés, el problema es tuyo, que el trabajo en la creación e ilustración de los libros publicados en la editorial, te ha potenciado de una manera exagerada tu imaginación y creatividad y no puedes parar. Ponte límites amigos, le dijo, acabando entre risas.
- Pedro, Andrés – dijo Carmen irrumpiendo en mitad de la conversación como solía hacer en todos los ámbitos de la vida- os voy a perseguir en estos cafés, me encanta, aunque no sé si flypo más con los temas que debatís o con vosotros que los estáis debatiendo – también, y para gusto de los tres- se fue sonriendo.
Llamaron a su amigo, grande barman.
- Pedro, ¿hoy pagas tú o yo? - como nos es imposible discernir quien tiene razón, juzguemos quien ha argumentado mejor sus ideas, así pues ¿tú o yo?
- Andrés ¿y por qué dejas las cartas en mis manos y no decides tú?
- Qué cada uno se pague lo suyo.
- ¡Si, sí!, esa era la respuestas, se dijeron mientras se levantaban.

Pedro pagó, pues estuvo más rápido en sacar el dinero, entre otras cosas por que a Andrés le costaba bastante más manejarlo y encontrarlo.

jueves, 24 de septiembre de 2015

LA COMUNICACIÓN (Cap. 4)




Habían pasado ya, 32 años desde que se mandó aquel mensaje.
La emoción diaria, fue pasando a la esperanza anual y a la desidia con cada decena que pasaban.
Pedro ya se había jubilado y hacia varios años que ya no estaba, siquiera en las Islas canarias.
Carmen y Andrés seguían allí.
Las condiciones en las cuales se había redactado el primer mensaje habían cambiado.
La energía era básicamente renovable. Aire, agua y electromagnetismo.
El orden global en la tierra, en los ya finales del siglo XXI, estaba muy normalizado.
La fuerza fue utilizada en busca de la paz a nivel global para ello, pero partiendo de la unión de todos aquellos países que así la buscaban. La utilización de la alimentación genérica y trasgénica daba de comer, con absoluta salud y validez a todo el mundo, en el cual seguían habiendo diferencias pero de una forma mucho mas pequeña y leve que digamos, a principios del siglo XXI. La comida natural existía, pero era como un buen vino de principios de siglo, es decir, se disfrutaba y saboreaba. La alimentación estaba, por ley, al total alcance de todos de manera gratuita y la máxima calidad de ella, es decir, la criada y cultivada en pequeñas huertas propias, como disfrute, había que pagarla. El que quisiera y pudiera, tenía unas lechugas, Calabacines y Pimientos, digamos, plantados en la parte trasera del, también afortunados, pequeño adosado con pequeño jardín.
El paladar de Andrés era muy poco, poquísimo exigente y desde hacia 20 años, cuando se instauró la alimentación generalizada a nivel mundial, no gasto ni un Carquio, que era la moneda a nivel mundial, por comer.
Lo único en lo que la humanidad no sólo no había mejorado, sino que habíase sido dejado atrás debido a la inestabilidad en las convicciones y al aumento de la investigación materialista, eran los conocimientos de las letras en la juventud. Andrés, seguía buscando un pequeño pasado perdido entre las lineas de Quijote. Lo habían comentado con Carmen. Pensaba que solo los mayores de 60, que ya tuvieron unas mínimas enseñanzas, conocían con relativa completud, las artes, literatura y filosofía clásica podrían trasmitirlo en persona y no por el colegio. Pero Carmen estaba absolutamente convencida que no se había perdido, de por vida, una solo línea de todos estos conocimientos, pues almacenados en todo tipo de formatos y que con toda fuerza, surgirían de nuevo.
Seguía encantado con su trabajo en el conocimiento del cosmos circundante y el la cartografiá de las galaxias posibles, pero su corazón seguía criando y alimentando aquella respuesta que siempre no paraba de amamantarla.
En los finales del siglo XXI, la amistad y compenetración en el trabajo de Carmen y Andrés era ya máxima. Trabajaban realmente agusto el uno con el otro y confiaban plenamente en sus conocimientos respectivos.
Andrés tenía dos hijos, dos hombres, y éstos, tres cada uno, hombres y mujeres. Se había casado con una mujer de la isla, María, y tenían un matrimonio estable y bueno. Vivían toda la familia, en la ciudad de Tenerife, aunque seguía durmiendo algunas noches en su casita de madera, la cual había cogido más cuerpo y espíritu con el paso de los años.
Carmen nunca se casó. Vivía para y por la ciencia. Le satisfacía, le llenaba, le daba tranquilidad y necesitaba poco más. La familia de Andrés era la suya también.
- Andrés, ¿has procesado las últimas variaciones magnéticas provenientes del la galaxia OrioB345?
- Sí.
- ¿Algo especial?
- Sí, el proceso de expansión alcanza unas cuotas mayores.
- Esto nos lleva a una disminución desde el momento de la concentración en el punto primero e inicial.
- Sin duda.
- Habrá que poner esta noticia en conocimiento del circulo Europeo de investigación.
- Sí, mañana.
- Andrés – le dijo Carmen, mirándole con cara de ternura- mañana es mi cumpleaños, 68.
- No¡
- Sí¡
- Y ¿qué vamos a hacer? - le dijo Andrés guiñándole el ojo.
- Nada, estoy un poco agotada. Quizás necesite algo más de vidilla. Sigo enamorada de mi trabajo, pero..
No acabó la frase, Andrés sabía que los planes y proyectos de la antigüedad la habían alejado bastante de la vida social. Sus Padres habían muerto ya y su único hermano, vivía en la península. Quizás, la soledad que las estrellas antes llenaban, crecía en demasía.
- No,no, no Carmen. Mi mujer nos hará una enorme tarta de chocolate, que nos comeremos en mi casa. Voy a reunir a toda mi familia, para que por orden de estatura – se giró riéndose- pasen a felicitarte.
Paseaban por los últimos pasillos, camino de la puerta de salida y apagando las luces, cuando detrás de una puerta que hacia tanto tiempo que no habrían, comenzaron a sonar, unos leves pitidos de actividad. No reaccionaron ninguno de los dos. Apenas se miraron. Pero la mirada continuó y continuó a la par que sus ojos se iban abriendo con emoción.
- Andrés, es la sala especial del asunto B56 – La comunicación-
- Sí, lo sé – le contestó ante la imposibilidad de quedarse callado.
Diéronse la vuelta con rapidez y habiendo rejuvenecido quince años los dos, fueron, como si perdieran el autobús de su vida, hacia esta sala. El aviso se hizo más claro y patente. Había actividad en aquel lugar que dejó de haberla hacia ya más de treinta años. Abrieron la puerta. La sala estaba en perfectas condiciones, mantenido por los equipos propios de cuidado, aunque la maquinaria era ya antigua.
Se acercaron los dos a la pantalla y el canal seguidor del mensaje hacia el planeta Monolito daba señales. Se cogieron de la mano. No hicieron ningún comentario y se sentaron en las banquetas que durante tanto tiempo habían sido sus asientos llenos de convicciones, ilusión, trabajo y convivencia. No dijeron ni una palabra técnica, ninguno trato de dar ninguna suposición o base interpretativa. No esperaron descodificar ni comprobar nada. En sus caras había una gran sonrisa, de satisfacción, de melancolía agradable. En un segundo todo su trabajo cobró validez.
Se levantó del asiento Andrés, el cual tecleó el código de emergencia en la puesta en marcha del protocolo conveniente. Llamarían a Pedro. 30 y muchos años habían sido mucho tiempo y Andrés, ya con 69 años, esa noche no tenía ganas de más ciencia. Salieron contentos, sonrientes, relajados, dispuestos a mañana, con tranquilidad continuar el trabajo. Se dijeron que de momento, ni una palabra al mundo entero, pues si no, de inmediato, estarían allí la mitad de los dirigentes a nivel mundial.
- Yo no me lo creo todavía – le dijo Andrés.
- Yo plenamente – le contesto carmen- es el regalo y el premio a mi trabajo
Se sonrieron y abrazaron los dos.
Carmen le llevo a su casa y allí le dejo.
- Como cambia la vida en dos minutos, Carmen.
- No Andrés, no, será la tuya, pues esta información lleva viajando de una parte a otra del espacio ya casi treinta años.
Arrancó el coche
- !Ah¡, Andrés, tráete la antigua bata del observatorio para comenzar el trabajo mañana por la mañana como yo haré
La incredibilidad que sentían de la noticia, les dejó dormir con tranquilidad aquella noche.
La noche, con calma y tranquilidad, transito por el cielo de la isla hasta la mañana siguiente.


miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA COMUNICACIÓN (Cap. 3)




Los coches de tres espacios aparecían subiendo, como torpes caracoles, por las curvas, cerradas y caprichosas que les llevaban hasta el observatorio.
Ya hacia unos años atrás, todo aquello, había sido construido y reformado y tenía a continuación las grandes instalaciones y salas de trabajo, donde estaban, Andrés, Carmen y Pedro, esperándoles.
Bajaron de los coches al compás en el que iban llegando.
La Unión Europea, los Estados Unidos de América del norte, la Unión de América del sur, dirigentes de la China democrática junto a Japón, representando a los países asiáticos, Rusia y Australia y un observador de la incipiente creación de la Unión de Estados Africanos.
Ocho mujeres y seis hombre caminaban, sin relax ni comodidad hacia ellos.
Allí y entonces todos sabían de la importancia total que iban a tener esas reuniones.
Al momento en el que quisieron darse cuenta, cientos de folios, en Ingles, recorrían la mesa de trabajo en todas direcciones.
¿Qué era lo que nos definía?
¿Qué le queríamos contar de nosotros?
¿Cómo englobar nuestros principios formadores de todos los habitantes de la tierra?
¿Qué símbolos metafóricos, interpretables o directos les enviaremos?
¿Cuando, donde, cómo?,
Debido al pequeño y reducido grupo necesario ¿Qué equipo y quienes confeccionarían el mensaje para tomar decisiones? así y más.
El mandar un mensaje en el cual pudieran englobar toda la esencia formadora del ser humano y su manifestación en la realidad de siglo XXI, se mostraba difícil y complicado, pero todos, absolutamente todos, sabían de su importancia y dejaron a un lado sus intereses propios pues sabían que esto afectaba a todos en el mismo nivel.
Tras dos años de trabajo se compuso unos datos representativos. Fotos, textos, formulas, técnicas, ciencia, mapas, mensajes, conocimientos, historia, arte y filosofía.
Se trató de trasmitir un mensaje de bienvenida partiendo de los códigos del Morse trasformados en imágenes y símbolos formativos de un lenguaje.
Andrés, Pedro y Carmen, estaban y participaron en todas estas reuniones.
El estupor, la humildad, la impresión, el retraimiento propio al estar ante los representantes de tal alta alcurnia, quedo en nada cuando fueron conscientes que iban a ser los científicos, lingüistas, filósofos, ingenieros y demás los que mandaban y actuaban. Ya no entraban en las salas con cara de inocencia hacia los diferentes representantes burocráticos e incluso les corregían y enfadaban cuando repetían el error en base a su poco comprensión sociológica, comunicativa, técnica o lingüística.
Dos años de trabajo en los que el sol pareció no aparecer nunca en sus vidas.
Cuando el mensaje fue codificado en las posibilidades de las ondas electromagnéticas con las cuales podían ser mandados, lo fueron y el silencio se hizo dueño del lugar.
Con las letras en la pantalla anunciado la correcta realización del proceso, cinco minutos de contemplación hacia la pantalla fueron necesarios, para que todos los técnicos, científicos y humanistas, volvieran a tener conciencia de la realidad y saliesen de aquello que todavía, en ocasiones les parecía un sueño.
El mensaje tardaría, con total seguridad, 19 años en llegar al planeta Monolito, no sabían cuanto tardaría en llegar su respuesta, en el caso de que la hubiera.
Esa misma noche, los tres científicos y compañeros, se fueron, ya por fin, relajados a cenar.
La noche era clara y fuera de toda contaminación luminosa, en la terraza del restaurante bien pagado por los científicos de diferentes países, pero por ello mismo, tranquilo, apartado y solitario en una pequeña aldea cercana, se relajaron y conversaron.
- Y la tierra, la gente y la organización, ¿habrá cambiado mucho cuando llegue, si llega su respuesta?, recordar que trabajamos en un descompas temporal?, pensar en lo que han cambiado las cosas desde los finales del siglo XX o los del siglo XIX, cuando les llegó nuestra primera información.
Carmen se incorporó ligeramente. Era una mujer hermosa, de cabello negro, opaco, liso y largo. Sus ojos eran exactamente igual y urgían la atención cuando los ponía sobre cualquier persona.
-Mira, Andrés, llevo dos años, hablando, planificando, dialogando, comiendo, durmiendo, trabajando, todo y de todo, conforme a esa temática. ¡cambiala!. Hablame del hijo que esperas, pues, veo que tú si que tuviste un rato, no sé cuanto, hace ocho meses en el que olvidaste este, llamémoslo, problema.
- Sí, Carmen, todo va fenomenal. Al parecer, yo no quería saberlo hasta el momento del parto, pero accidentalmente me he enterado, voy a tener una niña – le dijo con una franca y tierna sonrisa.
- Que tendrá unos 20 años cuando llegue la respuesta, si llega – dijo Pedro, aguantando la mirada de corrección de carmen.
Fueron capaces de olvidar durante la cena el asunto y al encontrar el relax que habían perdido dos años acompañado de una buena botella de vino, tuvieron una velada estupenda y llena de risas, muchas risas.
Como habían bebido, alquilaron, los tres unas bicicletas y volvieron con ellas a casa.
El cielo resplandecía con gratitud de su conocimiento. Al llegar a la puerta de su casa, apagó la luz exterior y se sentó a disfrutar del dulce y pequeño mareo del buen vino de Requena. Se iban, por necesidad a tomar una semana de máximo relax, hasta reencontrarse el lunes de la próxima semana. Habrá que estudiar que hacer si algo pasara.

¿Cambiará mucho nuestra vida?, ¿recibiremos datos y conocimientos que moldeen nuestra existencia hacia el cambio radical?, ¿tendrán alguna aplicación sus pensamientos y datos o la diferencia será máxima y sólo tendremos, la ya enorme noticia, de otras inteligencias en el mundo?, ¿estaré todavía trabajando aquí aquel día en el que llegue la supuesta respuesta? Sus ojos comenzaron a cerrarse entre la agradable frescura de la bella noche bajo las estrellas e imaginándose corriendo por los pasillos del observatorio al recibir la respuesta.

martes, 22 de septiembre de 2015

LIBERTAD



Y fue entonces y en aquel momento cuando decidí no huir de mi mismo y mostrarme tal y como era.
Me costó bastante llegar a la simple, fácil y única solución de la dinámica de funcionamiento propia y vital de todas las personas.
Agotado estaba de tener que ir a la realidad circundante que me obligaba a llegar y no podía.
En ese día, no me elevé ni un centímetro más que los demás, pero entendí que nadie tenía por qué tener más razón para guiar el camino correcto que el que yo me impusiera.
Me propuse superar las obligaciones que yo mismo me obligaba para seguir navegando en el rio por donde bajaba mi vida cuando la disfrutaba con los demás.
Decidí otorgarme el premio de la diferencia y quitarme el castigo de la repetición.
Cuando contemplaba, discutía y pensaba sobre la realidad, debía de dejar de hacerlo por el miedo a la soledad que me daban los que me rodeaban.
Hasta aquel día en el que me planteé que todos sentimos nuestra diferencia e individualidad, pero muy pocos, poquísimos, son capaces de concretarla y darle realidad.
Pensé que sería más feliz aceptando mi particularidad e individualidad, e inmediatamente hice extensivo a todos y cada uno de nosotros.
Supuse que me podía quedar sólo, hasta que calculé que aquella sería la única forma de estar ciertamente acompañado.
Disfrutar, vivir, deleitarse con tus propias y únicas decisiones, opiniones y pensamientos.
Entendí el valor que hay que tener para exhibir tus motivos vitales primeros y formadores.
Nos guste o no, somos entidades particulares y apartadas de una entidad global.
Nos unen usos, costumbres, maneras y creencias propias de cualquier sociedad y que nos subyuga a ellas.
En la multitud puede estar la felicidad, pero siempre desde la enajenación de su persona.
Empleé aquel comentario, que sería tomado como una excentricidad, sin miedo a su incomprensión.
La paz me envolvía cuando dejé de mirarme a mi mismo con los ojos que supuse que los demás lo harían.
Dejé de invertir, no más que el tiempo necesario en asuntos circundantes y mi interés se volcó en mi persona, buscando un equilibrio y paz interior que solo, y solamente, yo, podía dármela.


jueves, 17 de septiembre de 2015

LA COMUNICACIÓN (Cap.2)



Era una sucesión de palabras acabadas y definidas, formadas con los diferentes ritmos propios del lenguaje Morse. El mensaje no tenia sentido alguno, pero las estructuras venían claramente relacionadas. La intencionalidad es sólo de la vida inteligente, y la es, según el mensaje, y ésta era por este, tanto o al menos como la nuestra, con la capacidad de captar, de interpretar y tratar la comunicación.
Andrés sabia que aun dando todo tipo de datos, pasaría mucho tiempo hasta que esto fuese aceptado. ¡Vida inteligente no divina en otro lado del universo!, le era imposible calcular las consecuencias del descubrimiento.
Carmen estaba allá arriba del atril, pasándose la lengua por sus labios para humedecerlos, pues tenía la boca realmente seca. Las caras de los periodistas alcanzaban todas las dimensiones, formas, gestos, expresiones, miradas varias y de todo tipo mientras la astrónoma leía el comunicado. La ansiedad fue en aumento a medida que daba e iba dando detalles.
- Parar, tren, final, civilización, mercancías, guerra, llegada, partida, una, doce, nación, tiempo- estas son las palabras, que con más frecuencia se utilizaban en la comunicación de finales del siglo XIX, que repetidamente hemos recibido durante las últimas dos semanas – y tampoco en un ritmo constante, sino en un orden no natural ni mecánico.
- ¿Vida inteligente?
- Sin duda. Los algoritmos de las posibilidades colocan en el limite de la imposibilidad que esta utilización del código Morse, sea accidental. Son mensajes intencionales.
- ¿Otras civilizaciones?
- Probablemente – contestó Carmen con una voz profunda y lenta.
El silencio más profundo volvió a la sala. Nada del escándalo propio de los periodistas pidiendo en voz alta explicaciones e invadiendo al locutor, no. Todo el mundo permaneció sentado y callado. Uno se armó de valor.
- Y ¿desde donde nos viene la supuesta señal?, ¿cómo nos podremos comunicar?, ¿sabemos algo del origen de esta?
Carmen se subió los cuellos de la chaqueta de tela blanca de trabajo, se aproximó al micrófono, y en un supuesto ataque de valor, le dijo al periodista.
- Señores, señoras, vayan ustedes olvidándose de la palabra supuesta. Es un mensaje con la intención de establecer comunicación con nosotros. Viene del planeta, que hemos bautizado como Menhir, por su forma, y en la estrella, que tiene como nombre propio, Diancopia, por su reflejo en onda corta. Esto es una pequeña y cercana galaxia, formada por apenas unos miles de estrellas más y bastante cercano, a unos 12 años luz, es decir, varios billones de kilómetros. Todos y absolutamente todos los datos técnicos del asunto Menhir, son y están publicados en nuestra página de Internet, todo el mundo debe y debe de tener la posibilidad de acceder a ellos, a los datos puramente técnicos, eso si, sólo serán interpretables por expertos. El asunto de dar una respuesta a este mensaje, hacerles entender que aquí, en nuestro planeta llamado por nosotros tierra, también hay vida inteligente, es un tema de máxima urgencia e importancia y para ello, habrá que poner de acuerdo a a todo el mundo – me refiero explicita y concretamente- a todo el mundo a trabajar para mandarles el mensaje, pues cómo y qué, hay que decidirlo y debatirlo.
Los periodistas ya habían encontrado material suficiente para hacer sus reportajes, ahora bien, igual que Andrés, Pedro, Carmen y el resto de astrónomos y autoridades conocedoras del asunto, deberían estar algunos días para hacer la correcta digestión del asunto.
Antes de acabar y sin que hubiera ninguna pregunta más, Carmen volvió a tomar la palabras.
- Señores y señoras periodistas, sean, por favor, conscientes del impacto que puede significar esta noticia a nivel publico. Es la mayor y la que va atener mas repercusiones de todas las noticias de la humanidad. En sus manos y las nuestras estará el deber de hacer las cosas con cautela y no acabe esta noticia, y muy fácil que así sea, en desordenes y luchas.
Los periodistas fueron, tras el aviso del fin, saliendo poco a poco de la sala. Ni siquiera comentaron la noticia entre ellos, hasta que comenzaron a bajar las escaleras que les llevaba a la puerta de salida.
Aun habiendo, con el trabajo de todos los países, reduciendo bastante el efecto invernadero y se iba de camino a su total desaparición, los efectos existían y el calor era agobiante, allí, en las Islas Canarias, al salir, un minuto de las grandes superficies aclimatadas. Con su auge máximo en el 2050 y la necesidad de urgente de su solución, la reducción se convirtió en un hecho potencial, pero se seguía luchando contra el efecto invernadero. La necesidad en la búsqueda de algún tipo de energía limpia, les llevó a estudiar la tercera fuerza configuradora del universo, la electromagnética. Con sus primeros descubrimientos en sus aplicaciones y viendo sus posibilidades, fue el centro total de estudio físico, pues podía ser una fuerza que cambiara totalmente el mundo energético. Y además tenía una propiedad fundamental para cualquier asunto relacionado con la comunicación por su velocidad de trasmisión. En ella deberían de trabajar y estudiar la forma y manera de la respuesta. Ahora bien, como ya se había comentado entre los tres Astrofísicos, concreta lo físico iba a resultar más fácil, que el contenido a trasmitir, donde las dificultades fueron máximas.
Carmen salia de la sala de prensa y se dirigió directamente hacia donde estaban Pedro y Andrés. Sin pausa de continuación, le dijo Andrés.
- Vengo de hablarlo, planearlo y discutirlo. Este mismo Viernes, van a llegar aquí, representantes del grupo especial de la ONU, para ir planeando y construyendo la respuesta.
Andrés tras decirlo, bajó la cabeza y respiró con profundidad.
- Carmen, Pedro, tomémonos un día de descanso. Nuestra cabeza va a reventar de trabajo y nuestro corazón de emociones. Estamos a Sábado tarde, el Lunes, por la mañana, vamos preparando todo para el Viernes de la llegada.
Los tres asintieron mutuamente y tras unas palabras se despidieron.

Del observatorio, Andrés tenía treinta minutos hacia su casa, de madera, material más buscado desde la aparición de las extensiones de cultivo especiales de crecimiento rápido. Con la concienciación mundial de la protección y cuida de los arboles y la facilidad para crear nuevos bosques en unos plazos mucho mas bajos que en la antigüedad, se utilizaba bastante para construir debido al gran aumento de la masa forestal a nivel global. Le era muy agradable entrar en su pequeña y cómoda construcción. Colores acogedores y sin reflejos metálicos, ningún tipo de laca,y de madera tratada con aceites. No contempló, al entrar, nada más que el sillón de lana curtida y enlazada y en ella se sentó de manera cansina pensando que su padre todavía estaría riéndose todavía y su madre rezando el rosario, pero no por otra cosa, que por él y las cosas que decía.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL MERCADO Y SU SOLUCIÓN





Respecto a su cambio o sustitución, es una guerra ya perdida, es un imposible, pues es nuestra esencia la que imposibilita todo otra manera de unión, entendiendo siempre por ésta, entre gente desconocida que pueblan, digamos y para darle una aplicación directa, la tierra con los humanos.
La asimilación de los principios de trabajo en un mercado y sus reglas propias formadoras produce un dinámica de funcionamiento, de tal calibre que se convierte en una segunda naturaleza actuante.
Sin dinero e intercambio de materiales con éste, no podríamos funcionar, entonces y ahora.
Por dos motivos, una, por, como ya visto, habito convertido en normalidad formativa y dos, amigos, si no hay una recompensa por nuestro trabajo, el valor, la plusvalía de éste, pierde validez en el momento que no es proporcional de su intensidad con sus ganancias.
Puede ser, pero difícilmente pondrá mas interés en su trabajo aquel que cobra por comisiones de ventas que del otro, que siempre tendrá los mismos y suficientes honorarios, haga más o menos, con unas ganancias ya estipuladas.
Una vez dicho esto, hay que decir que esta inevitable situación en vías del crecimiento desarrollo humano, tiene trampa y truco.
El mercado humilla y subyuga al individuo.
Las fuerzas actuantes en éste, adquieren todo su vida en su funcionamiento.
Dentro de la normalidad funcionan y actúan todas las fuerzas alienantes del individuo.
Nadie, como persona, individuo, particular o como institución, tiene capacidad para prevenir, estructurar y planificar el movimiento, propio y absolutamente propio, del, siempre injusto, mercado.
Pero una vez vista su necesidad, tratemos de dominar al caballo que montamos.
Agarremos bien las riendas y tirémosle fuerte del morro.
Hay dos funciones por las que empezar.
Primero, y como un elemento técnico mas, que los beneficios propios e individuales del individuo solitario, de la persona como entidad jurídica, que tuviera unas limitaciones de beneficios. En el caso que así los tuviese por el buen funcionamiento de su trabajo, reinvertirlo al sobrate en el mercado.
- ¡Qué injusto!- me dijo aquel-y yo le dije
- Mira, el limite máximo sera treinta veces veces lo que tu ganarás en toda tu vida, ¿te parece suficiente?, pero este límite, no es nada y suficiente, pues hay, demasiados que tienen y tendrán, multiplicado por cien la suma del dinero tuyo y mio, en toda nuestra vida. Esto hay que limitarlo. Esto es demasiado. Es un sinsentido.
Y dos, y ésta es, la solución definitiva sobre el control del mercado, que no sé si es posible.
Que fuese el ciudadano en el acto de la compra quien rompiera la necesidad dominante y la evolución consecuente del mercado, con maniobras dirigidas al funcionamiento correcto de éste.
Una, elegir, siempre que se pueda, la compra en pequeños establecimientos, agrupaciones, autónomos y demás, con el fin de quitar la fuerza actuante, a las grandes empresas dominantes, los beneficios máximos que malforman a su interés y dirigen el mercado.
La compra dirigida y utilizada como arma de cambio, es el único sistema posible de crear una entidad social justa.
Además, podría tener unos elementos normativos no impositivos que calibraran con cifras las diferentes posibilidades y condiciones de hacer estas compras.
El sacrificio primero sería grande, sin duda.
Éste, consistiría en la perdida de facilidades operativas, de tiempo y en la puesta de esfuerzo.
Pero los resultados son seguros, claras, y directos.
Si descentralizamos el lugar de llegada de los beneficios, la creación del movimiento, justo del mercado es mayor.
Sin ser bucólicos, en cualquier barrio, pudiera haber, diez tiendas que sustituyeran a los grandes almacenes.
Mas humano y cercano.
Pero, hasta que entrara en la normalidad y estuviese la visión de la situación anterior, siempre nos resultaría mas incomodo que entrar en los grandes supermercados y salir con el carrito de la compra lleno.
Así pues, resumiendo, entiendo la inavitabilidad de trabajar con el mercado, primero por nuestra formación cultural y segundo por nuestro egoísmo propio formativo. Y pienso también que este necesario mercado, hay que dominarlo y controlarlo si se quiere evitar nuestra enajenación y alienación por sus fuerzas compositivas.
Unas soluciones y hay más.:
- !Durante dos meses, nadie, ninguno va a comprar a los grandes almacenes y compra solo en tiendas individuales!
- ¡Durante los mismos dos meses, todo el mundo va a coger el coche solo y únicamente para lo necesario en el trabajo!, autobús y tren.
- ¡Sean capaces de estar durante dos meses sin abrir ninguna cuenta de Internet, telefónica u otros!

Si los hiciésemos estas y oras cosas parecidas durante dos meses, os puedo asegurar como inmediatamente veríamos la fuerza de nuestros actos en el funcionamiento del aparentemente inevitable mercado.

lunes, 14 de septiembre de 2015

El disfrute en el engaño.






Ciertamente es una temática sabida, conocida, debatida y tratada, pero aun así pienso y creo que no somos capaces de llegar a las consecuencias de ello. Y ¿de qué hablo?, de la mal venida telebasura.
Mas concretamente de los debates, o mejor las conversaciones de corral en estos programas de actualidad, digamos y por decir algo, social.
Es realmente preocupante qué cantidad importante de la población disfruta, se sienta feliz, le interese, le seduzca, los espera con ansiedad y los añore cuando no están.
Si lo hacemos nosotros, es porque y por necesidad, tenemos unas inclinaciones de cotilleo, disputa, escándalo, mentiras, exageraciones, discusiones banales, personajes inventados y actuantes, niveles de discusión disonantes, temáticas ridículas, humillantes, irrisorias y cosas similares que no hacen más que envilecer nuestra ya problemática naturaleza.
La suma de los minutos que he visto ese tipo de actuaciones bajo el disfraz de realidades, no suman, en unos diez años, una hora.
Ahora bien ¡Qué y cual hora!
Personajes que se postran y se ofrecen con un acto grado de lucidez mental y situabilidad social y no son mas que muñequitas baratas en el mercado del espectáculo.
Entiendo que hay que huir de ellos.
Pienso que degradan nuestra naturaleza.
No nos construye, sino que nos destruye. Tal y como os lo digo.
Utilizan, con trampas de sentimientos, a los personajes, participantes y espectadores. Lagrimas propias y ridículas allí, que jamas debían hacerse públicas.
Ganar dinero con el corazón encogido de alguna persona debería, y atentos a lo que digo, significar cárcel - exagero del mal que veo. Es rebajar al máximo el respeto a las personas.
¡Qué no nos utilicen más!
Pero es el mercado el que manda, es el que, desde su independencia, nos utiliza. Y se ve mucho, estos programas. O bien porque los mecanismos de trasmisión de existencia a través de la publicidad allí te llevan como único camino de continuidad, o bien porque somos incapaces de cambiar de canal.
Bueno, ¿qué hacemos?, ¿saltar el sistema por los aires? O ¿educar a los ciudadanos para que tengan más cultura y personalidad dejen de bañarse con la basura de estos programas?. A ambas dos soluciones, más de uno, le sacan dudas, problemas y errores.
Le damos de comer y hacemos fuerte, al mismo lobo que en un futuro nos devorará
Ningún tipo de virtud ni valor hay y menos se discute.
Las discusiones, vociferando entre personajes, que no lo valen nada, pero como si lo valieran han sido presentados o propuestos y como tales se comportan.
Yo no me pongo, aquí el que escribe, en ningún lugar, pero hay asuntos que tengo claro donde deben de estar.
Los gestos estudiados, las posiciones buscadas, las miradas enfocadas, los grandes estudios psicológicos absolutamente ridículos, la seguridad basada en los dineros que se les pagan a los que aplauden, las copas que invitan allí donde vieron a aquel y, esto es lo que me preocupa, los cientos de miles de espectadores.
Es innegable que el empobrecimiento, o al menos, de una parte, de nuestra especie es patente con la extensión de este tipo de programas. Son cientos de miles los que, sin saberlo se meten en un mundo donde el respeto, la tolerancia, la intimidad, la humildad, la verdad, son temas y modos de operar absolutamente secundarios.
El espectáculo de nuestras miserias y la mentira autorizada y bien vista.
Alejado desde la incomprensión observo a todos aquellos que disfrutan escuchando la confesión de ella narrándole la historia con otro hombre a él. Lloros, lagrimas, juicios, opiniones de gente que no sabe nada, profunda indignación mostrada por algún contertulio fruto no más que de la actuación y la mentira.
Me gustaría, sin realizar ningún ejercicio investigador, encontrarme con alguno de los tertulianos o tertulianas, fuera de las cámaras y en solitario. Mi curiosidad es extrema por saber que hay de toda esa parafernalia y gran teatro montado.
Trato de no utilizarlo, pero es innegable que es un hecho buscado y no accidental con lo cual es un motivo para reflexionar sobre las personas.
La televisión basura en la búsqueda del disfrute del engaño.

Hacer vivir, a los telespetadores, la emoción que no tienen en sus vidas, narrándoles historias que son falsas pues nunca ocurrieron tal y como son contadas.

LA TOURNE (Cap. 21)

Todo el mundo, lo entendia como un hombre feliz distante de las preocupaciones, digamos existenciales, que todos habían  tenido alguna vez o en la actualidad.
Y así  era, hasta ayer.
- !no, no puede ser! , no me puedo enamorar precisamente de una mujer lesbiana - se decía
 paseando por el paseo que recorría  el cauce del Manzanares.
Pedro, no iba ni había  sido un mujeriego, pero no había  tenido, hasta el momento, ningún  problema máximo , para tener relaciones con ellas, les ofrecia una relacion sincera, directa, pero eventual y libre. Era, él, realmente, irresistible, en algunos momentos.
No era eventual de ellos, pero se paró en un bar de la siguiente esquina y se pidió una copita de Whisky. Sentía  amor. Se dio cuenta que a Carmen la miró siempre desenfocada del resto de la realidad. Entendió  que jamás  le había  pasado. 44 años, buen trabajo, sana famila, divertidos amigos y soltero. Magnifico para un alma libre, desenfada y buen humor. Pero la tristeza por un amor imposible le estaba invadiendo.
- !No!, Andrés, es un muy mal negocio  - decía.
Jamas pensó  que iba a navegar  entre la tormenta de las tristes despedidas. Apenas se bebio media copa y, tras mirarla con desprecio , la dejó en la barra del bar y salió  de éste , rumbo al hotel, donde habían  quedado ya para despedirse.
Andres se volvía  a casa, y con él, todo el mundo.
A pesar de haber saboreado, apenas lamido, el triumfo, decidió acabar sus estudios y seguir viviendo con su Mama en Valencia. La tranquilidad volvio a su espiritu,  y con ella, las decisiones.
El AVE, salia a las cinco de la tarde y a las seis y media, estarían  en Valencia a pocos metros donde de este sueño, empezo, Andres, Marisa y don Cipriano. Pedro, pudiendo elegir seguir organizando eventos en Madrid, tenía ciertos galardones, decidió  irse a Alicante, querÍa irse algo lejos para olvidar, con el AVE también , pero otra linea. Carmen una vez acabado el trabajo, es decir La Tourne, se quedaba en su ciudad, Madrid, tocando y amando a su violín  y a vivir con su compañera, Raquel, que tan dulce hacía  su vida.
El primero en llegar fue Pedro, y allá, al fondo de la entrada y con los codos apoyados en la barra de la recepción , miraba hacia la entrada , sobre la cara de sorpresa del propio conserge que casi se quedaba escondido detras de él. A lo lejos, y moviendo las caderas al ritmo que se veían  cuando se cerraba y abria la puerta, venía  Carmen.
Las casualidades no existen y el corazón  de los dos les llevo a llegar algo más  pronto con la esperanza del momento, que aparentemente, se habían  encontrado accidentalmente
- Carmen, bonita, como estas.
Y Carmen comenzo a sonreir
-Parece mentira que en estos largos días, no hubieras podido deducir que no me gustan esos adjetivos - guapeton.
- Si, !Dios! - comenzo a sonreir tambien - ! claro que lo sabia!, sólo  pretendía, ironicamente, pero con una sonrisa en la boca, que me dijeras algo bonito, tal y como guapetón.  Se siguieron mirando y sonriendo con sinceridad.
En otras circunstancias, a pesar de todo, tras la larga mirada de silencio y complicidad, su hubieran, sin duda y sin dudarlo, besado.
Les interrumpio Andres, también  con un gran sonrisa, a sabiendas, de la vuelta a la vida en la inocencia de sus estudios de música , su madre y amigos del conservatorio para hablar de música , que había  bajado, recién  duchado, con la maleta y feliz, de la habitación del hotel.
En un corto intervalo de tiempo después estaban ya bajando, despacito, hablando y al unísono, don Cipriano y Marisa, por las escaleras  centrales de la sala de entrada.
Alli estaban todos sonriendo.
- Dediquemos  un rato sólo a nosotros y sentemonos a tomar algo aquí , en el propio bar del hotel.
Todos asintiero  y fueron hacia la unica mesa libre. Una vez todos sentados, Don Cipriano, se erguió un tanto hacía la mesa y comenzó a hablar.


viernes, 11 de septiembre de 2015

LA COMUNICACIÓN (Cap. I)




I


El desfase temporal, era tal, que jamás, pero nunca jamás, podrían tener un contacto físico directo, así pues, era un total y completo intercambio cultural, de conocimientos científico, filosófico y de ubicación.
Les dijeron que sí, que las habían más allá de donde ellos podían llegar que quizás, en un futuro puedan también ponerse en contacto con ellas.
Trascurría el año 2056 cuando se tuvieron las primeras comunicaciones claras y directas.
No hubo, en el proceso, ninguna duda primera y normal, sobre de donde venia las señales.
No se sabían sus significado ni su traducción, pero los ritmos de emisión, eran claramente ordenados en la variedad.
El lugar de origen era, en su correspondiente zona del mapa estelar, la, entonces llamada, Galaxia UB3457, Estrella UC5464 y Planeta UC46711, situada a 24 años luz de la tierra.
Éste era el desfase de la comunicación y la imposibilidad del contacto directo.
Sabían que allí estaban pero jamás tendrán una interacción práctica la una sobre la otra.
Comprenderse y estudiarse desde la imposibilidad del contacto.
La concepción de la realidad cambió.
Se tardó cuatro años en darse cuenta, buscando relaciones algorítmicas entre las posibilidades, que la solución estaba lejos de allí y consistía en el código de Morse utilizado en las primeras comunicaciones electromagnéticas, con todo su desorden producido por los fallos ocurridos, en su dificultad tecnológica, de aquellas primeras trasmisiones, teniendo todos y los mismo errores que se hicieron, lo que complicó aquel descubrimiento.
Para que aquella primera comunicación pudiera tener lugar, debieron de captar la información del Morse sobre los 60 años atrás.
La distancia temporal insuperable el umbral de los años necesarios para ella, producía que la reproducción, el medio de comunicación fuera siempre pasado, antiguo. Siempre será desfasada, ningún tipo de información puede llegar a la velocidad de la luz y las velocidades mas aproximadas a ella, es decir que hacen posible la comunicación producida una temporalidad mínima de 57 años entre los unos y los otros.
Trabajaban sobre sus pasados.
Así y entonces comenzaron a leer, interpretando un corto mensaje de Morse en el observatorio.
Permanecía a media luz sentado, sujetándose la cabeza con una mano, y girando ésta hacia el folio que sujetaba con la mano izquierda. La releía una y otra vez. Andrés estaba realmente confundido, no por la corrección en la trasmisión del lenguaje, sino por su contenido. Se mareaba cuando era consciente lo que aquello significaba. Tenía cena en casa de sus padres. Hacían sus 23 años de su aniversario de bodas, los mismos años que cumplía Andrés, apenas ocho meses después – efectivo hijo, efectivo, le decía haciendo una broma sobre la proximidad de las fechas. Estaba pasando el año 2060, cuatro meses de las primeras señales y no hacían mas de dos días que habían comenzado a traducir al Morse. No sabía si podría estar tranquilo en la cena. Máximo secreto y silencio. Nadie, nadie y nadie debía de saber esta ultima información que el equipo de investigación ubicado en Tenerife había concretado, hasta el momento indicado por las autoridades para hacerla pública. En el mismo momento que Andrés levantaba la cabeza, entre su perplejidad, entró Cipriano. Los dos se quedaron mirando fijamente.
- He trasmitido toda la información a todas las entidades científicas, matemáticas, y demás observatorios ligados en la investigación y seguimiento y sí, todos, toditos la traducen igual que nosotros.
Tras Cipriano, entró Carmen, directora del observatorio.

- Compañeros, leamos, traduzcamos y presentemos esta noticia a nivel mundial. Vamos a prepararlo bien y mañana por la tarde, a las 9 del meridiano Greenwich,. Saldré en directo, así que vayamos a ver. Andrés leémelo otra vez...... 

jueves, 10 de septiembre de 2015

LA INMEDIATEZ Y ANDRÉS CON SU PSICÓLOGO



Pensaba que si había habido algo de empatía entre él y la psicóloga, pero realmente se alegraba bastante de que hubiese vuelto el de siempre, don Cipriano.
Habían anunciado fuertes lluvias producto, decían, de un cálido verano con lo que Andrés cogió su paraguas azul y comenzó a andar hacia la consulta del psicólogo, realmente pensativo. Era una sensación de la que era consciente y sabia que tenia una repercusión comportamental en su persona. Se había dado cuenta que vivía, asiduamente, en el futuro.
La clínica -de una sala-, que tenia don Cipriano, estaba apenas a unos cincuenta metros de la esquina entre la calle por donde andaba Andrés y la Gran vía, y al tomar ésta, comenzó a llover, y como no merecía la pena abrir el paraguas – se dijo-, llegó mojado.
Se conocían, aun con estos tres meses sin verse, bastantes años ya y tenían una relación y confianza profesional máxima.
Y Andrés, desde su absoluta normalidad solo perturbada, en aquellos momentos, por las preguntas concernientes a su persona, decidió ir a psicólogo aquel día.
Lo encontraba como una acción inteligente.
Tras la las mil veces repetidas acciones para los comienzos de la sesión, incluyendo las preguntas necesarias de situación, siguió don Cipriano con la dinámica normal.
- Entonces, me dices que el futuro ocupa gran parte de tu pensamiento ¿no?
-Sí – le contestó Andrés acomodándose en el sillón-, navego entre mis futuras preocupaciones.
-Andrés, no estamos haciendo literatura – contesto don Cipriano frunciendo el ceño-
- Bien, entonces le digo don Cipriano, cuando me observo, encuentro a mis pensamientos, con demasiada frecuencia, debatiendo y especulando por un siempre, y sólo, posible futuro.
- ¿Y esto los haces extensivo a los demás?, pues preocuparte por llegar a fin de mes es obvio.
- Sí y no, y no haga literatura.
Los dos sabían que habían entrado en aquel momento de las sesiones curatorias en el que la psique iba a dejar de ser de Andrés e iba a adquirir entidad propia. La temática así lo proponía.
Tenía todos y cada uno de los problemas económicos medios de los Españoles, así que conocía aquella mecánica y directa visión al futuro, pero de ello no había venido a hablarle.
-Mire, don Cipriano, en ocasiones me encuentro fuera absolutamente de la realidad primera e inmediata. Especulando y planeando siempre acciones futuras de mayor placer, cual fuera, fuesen tener mas dinero y mas tiempo libre. La consecuencia directa es la desconexión con el primer momento e instante, real y verdadero, por tu situación actual e inmediata pero sentida sin fin en su movimiento. Y esta, se hace eterna.
- ¿Me dice Usted que tiene ausencias? - dijo, inclinándose hacia Andrés con gesto de interés.
- No, no, - sé perfectamente donde estoy, sufriendo aquello que le estoy contando. Precisamente, para mi mal, no puedo tener una gran ausencia temporal de toda la inmediatez, mediadora, que nos circunvala.
Don Cipriano sabía ya, de las conclusiones diferentes, por no decir extrambóticas, sin quitarles un ápice de posible verdad, a las que Andrés llegaba.
- ¿Y esto te conlleva alguna consecuencia negativa en tu persona?
- No, don Cipriano, no, me gusta estudiarme pues nunca o sólo alguna rara vez e encontrado algo en mi persona que no pensase que le pasasen o pudieran pasar a los demás.
Don Cipriano enfundo la pluma y la dejó, junto a la libretita, encima de la mesa, y tras respirar, comenzó a contarle sus conclusiones y sus experiencias clínicas similares. No discutía las temáticas sino le contaba debido a qué sus pensamientos están en un camino u otro, apuntillando siempre con el sustantivo suposición.
Salió por la puerta de la calle bastante relajado y tranquilo. Le descansaba bastante mentalmente tener este tipo de conversaciones – que todos debíamos tener, cierta asiduidad, respecto a las visitas al psicólogo- y comenzó el camino hacia casa, diez minutos no más. Iba meditando sobre las conclusiones que don Cipriano loe había indicado al final. ¿Cómo me las tomo?, ¿las incluyo como elementos formativos de mi personalidad?, ¿les busco una corrección en mis planteamientos operacionales?. Así siguió meditando, hasta que de repente y sin esperarlo escucho la vez de Ana, la hija de la familia puerta con puerta con la suya,
- Ehyyy, tío Andrés, ¡despierta! - le dijo entre sonrisas por la primera cara de meditabundo que llevaba y la de sorpresa que puso después.
Andrés era un hombre de altura media y algo flaco, y manejaba su cuerpo con armonía, le dijo
- Uno, no soy tu tío – sonrieron los dos- y dos, pensaba en el consejo que les iba a dar a tus padres sobre lo que hacer contigo en un futuro.
Los dos rieron abiertamente y Ana le dió una palmada en la espalda mientras se iba sonriendo.
Y Andrés siguió pensando para si, ¿cómo había llegado a su casa sin ser consciente del camino?, ¿donde estaba su persona?, ¿en el futuro, en las posibilidades?. ¿Tenemos que vivir la momentaneidad, sentirse vivo, observar el aquel momento y lo que hay en él como una absoluta singularidad. Cualquier momento tiene unas características propias. El sentir la vida en la inmediatez de la observación es, quizás y sólo quizás el fin correcto como realización de la vida.
Entre estas cavilaciones cogió el ascensor, pensando que afortunadamente estos pensamientos heliocéntricos que nunca le llevaban a ningún lugar, no eran patológicos y mañana se levantaría sin ellos.