Mi tren, la soledad y los vulgares con poder.
Cuando recorres el mundo viajando toda la mañana en el tren, entonces la niebla sube desde la mar, hasta tus dedos de la mano mientras sueñas y escribes.
La belleza interior es un plato de mala calidad, para ellos/as, de mucho elitismo de torpes, que solo se impone y triunfa en la soledad.
La soledad es libertad.
Y la belleza interior me lleva a la soledad y libertad.
Huir de la locura de la muchedumbre.
«no mires a nadie con inocencia» - me dicen- « te engañaran»
Yo seré aquel primitivo que le engañaran pero que no vivirá en el mundo de desconfianza con miedo al engaño.
Quizás pero solo quizás, la verdad si escribes de forma retorica, experimental, vital...será en túnel de fuga de esta alma inquieta aprisionada en un mundo vulgar manejado por el sinsentido y medida catastrófica solo manejada y dirigida por las ventas y las compras en el mercado..
La única calma y tranquilidad viene desde que subo al tren, el tren de la verdad. Durante un rato no tengo que decidir y actuar, solo imaginar, escribir, deducir y buscar la verdad.
Llegué al lugar donde pensé que debía y allí no había nadie que me esperase de la mano para seguir en paralelo, no más, a este mundo que me centrifuga y marea.
La parada ultima se aproxima y mi bolígrafo comienza a bostezar. Y mi rebeldía e incomprensión va sintiendo vergüenza al acercarme al vulgarismo de todos ellos y ellas.
albertobarata1789@hotmail.com
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