SUSPIROS
Las fuerzas de nadar y respirar en la miseria, me iban faltando. Razonando con aprensión al mundo y caminante post morten por la ciudad me destrozaba la locura de la sociedad repetida en los requiems del campo de concentración.
Paranoias de todos los colores paseaban por el mundo y creaban, sin solución, una serie de leves, pero múltiples, esquizofrenias.
La historia de amor solo llega hasta el final de la película y la serie en televisión de la política, seguirá aumentando la visualización entre los estúpidos.
Mis amigos y mi familia trataban de retenerme allí, en la locura y destrucción; y les repetí y les dije que no quería estar allí aunque ello supusiese quedarme solo.
Mi bendita locura y mi diferencia, me sacaban del puercal y me sentía con fuerzas de huir de abandonar la vida, es decir, sus cepos de caza en la forma de la estética actual.
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