viernes, 30 de septiembre de 2016

...de la correcta solución social...




Y yo mismo que tanto la promulgo, todavía estaba mascullando y murmurando cual sería su contenido.
Que me hablaba de civismo, que me hablaba de orden sociao, que me hablaba de valores humanos y etc, hasta que he entrado en la conclusión diciendo que es la formación como persona humana y cultural, la verdadera educación que supondrá la única salida viable a las diferencias y problemas sociales.
Con una pequeña dosis de sensibilidad, el pobre borracho en el suelo, dejará de serlo, y ¿cómo se consigue este estado?, trabajando el arte y el conocimiento, sea en la forma que se quiera.
No hay  una sola persona, por mucho que crea que no o que su inconsciente de los traumatismos se lo impidan, que un contacto directo  y insistente con el arte material, pintura, escultura, música, arquitectura y demás o el hacer atrayente la predicción necesaria de un futuro con la matemática o la lógica, no crezca en sensibilidad hacia el mundo exterior.
El espectador sale de la cueva.
Sólo las personas, los individuos, los seres humanos, educados como tal, son el futuro de nuestras organizaciones, sea del tipo o índole que se quiera.
Hemos abandonado demasiado nuestra esencia, por ser la diferencia con el resto de los seres vivos, consistente en la observación del mundo circundante y de nosotros mismo y, como un catalizador, el arte y el pensamiento, nos llevaran a nuestra realización.
Dejo a un lado cualquier reflexión filosófica con alguna intención teleológica o una entelequia de nuestra existencia, expongo mecanismo y medio para llegar y alcanzar una convivencia correcta.
Mis términos existenciales, los que nombro, me son indispensables para escribir estos pequeños pensamientos.
Iluso de mi, cuando imagino a la gente, sentada en los barras hablando de la lectura dispar que le estaban haciendo a la película ya vista, o al aquel individuo, contemplando un cuadro minutos y más minutos apreciando cada pincelada del autor, aquellos amigos, reunidos entre las cervezas del sábado, contando una de ellas el punto de solución del escrito que publica en su blog.
Trabajo sí, sacrificio, también, pero ¡démosle arte a nuestra vida!, ¡que aprendamos a pensar!
Sumergidos, todos, en las dificultades actuales y, sobretodo, en la esclavitud que produce el no ser dueño de nuestro tiempo dificulta este estado.
Pero todo proceso de continuidad y cambio debe de suponer una asimilación paulatina, continua, sin pausa hasta hacer extensiva esta situación y el cambió comenzará.
Lo pienso y así lo digo, la solución de la convivencia no está en la forma que le demos a la estructura formadora de ésta, sino a la actitud de los propios integrante.






jueves, 29 de septiembre de 2016

...de cómo los malos ingredientes lo deforman...





No hay sistema político o gubernamental que no contenga en si mismo los defectos que da la imperfección de la naturaleza humana, lo que les lleva directamente a la deforme construcción, con abusos, intereses e injusticias.
Desde luego, de un punto y principio hemos de partir, y en mi caso abogo por un mercado como único medio operativo posible, que escapa de la propia consciencia humana y lo libre de la corrupción propia de cualquier situación que provoca el ser humano en su nivel cívico, ético y educativo actual.
Este mercado sí, pero sometido a las más amplias restricciones de ganancias y perdidas propias de las grandes empresas e individuos.
Las ganancias no pueden pasar de unos limites, marcadas por la media nacional de poder adquisitivo.
Hay que dominarlo, el mercado ha de trabajar bajo nuestros pies.
Pero, aun este, que bajo reglas, es la manera mas distante a la corruptiva naturaleza humana, sigue siéndolo y necesita de un paso más.
El más alto grado de inviabilidad serán los sistemas autoritarios, ya sean personales o colectivos, ya sean dictaduras o oligarquías, ya sea el fascismo como el comunismo, pues asumir responsabilidades sin perdidas directas, pero con el control total del sujeto que realiza la acción, está directamente condenado a la corrupción y acciones interesadas.
Los dirigentes y participantes de estos movimientos no están educados, sino, adoctrinados.
Me repito, aunque alguien ya me dijo que no, yo le insistí, que bajo el primer momento funcional de un mercado con unos limites absolutamente definidos en cuanto a ganancias, perdidas, inversiones y demás, es el único punto posible de inicio para un cambio total y este jamás será producto de un sistema o construcción, sino de la preparacion del ciudadano para tal acción.
¡No revoluciones!, cuya vida, por su propia naturaleza, es leve y débil. Me rio del triunfo violento y radical de cualquier tipo de pensamientos. Aquel elemento impositivo, no va a ningún lugar.
La historia repite y vuelve a repetir el efímero destino y ninguna continuidad de lo impuesto, sea cual fuere su naturaleza por la fuerza.
Vivo bebiendo entre los efluvios de libertad de cualquier Cáliz educativo Griego.
Sigo, por el camino que dejaron y disfrutaron de éste, los grandes pensadores de la Atenas de Pericles y de la construcción social y racional que ellos propusieron.
  • ¡Serás elitista¡ - me dijo aquel ¿unos nacidos para gobernar y los demás para otras cosas?
  • No, aunque puede que si, lo único que calma mi sed en la búsqueda de la verdad es precisamente la formación del sujeto para el correcto funcionamiento de la sociedad – le contesté.
La educación es un proceso lento e incluso cansino para el que permanezca como espectador a ella.
Si iniciáramos ya este proceso de valores éticos y cívicos, de concienciar a los alumnos de nuestra propia esencia como seres sociales, si se les trasmitiera los primeros principios de la convivencia, como serían, la libertad, la fraternidad, la justicia y el amor, cualquier sistema, sea cual fuere, sería totalmente funcional y estaría preparado para su funcionamiento.
No construyamos un sistema, sino a los sujetos que en él, han de vivir.
Que no se adoctrinen y memoricen unos principios y normas, sino que asimilen y comprendan unos principios éticos, sociales y culturales, para una correcta convivencia allá donde fuera.
  • ¡Qué utópico que eres!
  • ¿Cómo?, ¿utópico por describir la única solución?, ¿lo lógico es continuar en un mundo de la impotencia por asumir nuestra supuesta incapacidad de resolución?. No amigo – continúe- te describo un camino largo, pero como único y posible.
Los resultados vendrán ya pasado el tiempo. No es una resolución inminente y con esto, todavía se aleja más el asunto de tomárselo como objetivo.
Vivo entre los sueños y ambiciones de las polis griegas que sabían que serian los ciudadanos en la aportación de sus características propias en la ciudad, lo que conseguiría su efectivo funcionamiento.
En muchas ocasiones me pregunto el calado que puede tener estas palabras resolutivas que buscan alcanzar elementos máximos de resolución.
Actuemos bajo un máximo practicismo en la visión inmediata, atemos el mercado y estructuremos todo el sistema a la formación de ciudadanos preparados para construir un mundo mejor.
Por la historia de los bárbaros interesados en la deformación y adoctrinamiento de los jóvenes, el termino educación colectiva en busca de cualquier motivo, ha sido, y justamente, puesto bajo las dudas.
Pero, repito, sólo con educación y preparación de los ciudadanos, podremos tener un mundo justo.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

...del exilio de la Filosofía y la reflexión...



Y me moría de risa de aquel que pretendía buscar alguna verdad en la Filosofía, cuando dejé de hacerlo por descubrir que hablaba conmigo mismo pues me estaba mirando reflejado en las supuestas aguas del conocimiento.
La Filosofía, nunca, pero nunca jamás, será verdadera.
Si cualquier teoría, pensamientos, ideas, las sacas de su contexto, el pensamiento pierde toda su validez y se convierte en un susurro del pasado que convenció y sedujo a algunos en su época y se dio, entre ellos, como verdadera.
Ninguno pasado responde a las inquietudes actuales y sólo fueron construidos para actuar contra o entre un espectáculo que ya, no se da.
La verdad no es más que la superación de lo que ya hubo.
Todo pensamiento, ama, odia, quiere cambiar, busca la verdad entre los objetos circundantes, y ésta no será más que un numero de operaciones mentales que le lleven a una supuesta solución. Ésta lo será hasta que llegué la próxima y sean los otros quien la superen y la dejen dormida y fuera de la actualidad.
Tenemos que estudiar y mucha Filosofía, pero no buscando la solución y la verdad única, que ni la hay ni existe, sino consiguiendo una operatividad máxima y fiable de nuestro pensamiento. Amemos el conocimiento, pero sólo como el funcionamiento bello de nuestro pensamiento.  
La correcta construcción de estructuras racionales bajo principios lógicos y necesarios, nos valdrán como herramienta en la vida cotidiana. Nos prepara la mente para pensar.
Pero no más. Lo demás es un puro acto lúdico.
Soy un Filosofo, por mis estudios y reflexiones, pero la bella verdad en su inutilidad de explicación cosmológica y en su gran labor formativa, me seduce.
Filo en la sophia es mi regalo de cumpleaños.
Impresionado y emocionado por su grandeza, leo y deduzco, siguiendo a los grandes.
La metafísica me vuela, la epistemología me arrastra, la teología me lleva a la duda, la ética me produce rabia y la lógica es mi pasión.
Pero sé que la verdad nunca estará, ni en mis palabras ni en mis pensamientos.
La verdad no tiene más forma que el camino de su búsqueda. Pobre de aquel que piense que con su razón va a llegar a un estado estable e indiscutible.
Es la gran paradoja y contradicción de mis palabras, al levantarlas hasta el punto de solución del que huyo como fin.
Encontraré aquellos verbos que calmen la búsqueda en la inquietud de mis soluciones, trabajaré con esos razonamientos que me hacen olvidar la entelequia de ellos y me llenan con su forma.
Es el opio del pensamiento que me hace olvidar la imposibilidad de una solución global, de una realidad única, de una explicación siempre válida.
Sumergido por momentos y cada vez más en la individualidad y propiedad de mis pensamientos, establezco un paralelismo entre mi vida y la de la filosofía y recuerdo tal y como me la encontré, me enamoré, cuando comencé a estudiarla y como estoy ahora, tal y como acabo el siglo XX, viviendo la realidad como único referente.
Mi amor, textual por el pensamiento, me recuerda al pintor del amanecer, que nunca puede acabar su cuadro al no encontrar nunca la quietud y permanencia del modelo.
La Filosofía me ha enseñado a pensar, a situarme, a discutir, a decidirme, pero sigo tan perdido, no en lo que voy y debo hacer, si no, hasta que punto tiene alguna validez a temporal, mis pensamientos.
La Filosofia, mi amada por siempre Filosofía, está condenada al olvido, por su falta de utilidad directa y su oscuro acto formativo y educativo en las dimensiones actuales.
La educación como personas, dimensional como tales, murió en la pena de las ultima guerra y genocidio Europeo.
Tengo Filo por la sophia, amo al conocimiento, al razonamiento, pero mi camino toma la tangente de la preparacion. Se convierte en un asunto gnoseológico y no ontológico.

Amacado y balanceado en lo que parece, aunque no lo sea, una verdad irresoluble

miércoles, 14 de septiembre de 2016

...de la Democracia selectiva...




- Y la democracia se desploma ante mis lagrimosos ojos – le contestó con una mirada y sonrisa de resignación.
Sufro esta acción desde en punto muy cercano, en  un momento de transición gubernamental, por la falta de capacidad, efectividad, intencionalidad y propósito de aquellos que serán, para mi mal duplicado, los que gobernaran mi única y siempre incomprendida por sus integrantes, España.
Me duelen los oídos de escuchar a campanas que no paran de balancear, remover y aburrir con el asunto de la democracia como el gobierno menos malo para justificar, con falsa, pero mucha sinceridad, las circunstancias. Los ojos de mi amigo tienen muchas más lágrimas en esta pena aparente ante una vía necesaria pero mala.
Pero yo no.
Me planteo, mareado y asqueado de la actitud del resultante de mi voto, el camino a seguir en la democracia.
Y me concluyo que ante nuestra ignorancia y fácil manipulación por fuerzas poderosas, que justifican situaciones, opciones y procesos total y absolutamente perjudícales, no tengan otras condiciones, medidas de elección, procesos seleccionaros y demás, que proporcionen una mayor utilidad de un gobierno para cualquier país.
-         Bueno, Alberto (es mi nombre), debes de comprender que el respeto a la libertad ha de ser máximo.
No quise alargar la discusión y no traté de que me explicara que entendía él por libertad.
La peligrosa libertad, la convertimos en fundamento de una traicionera y siempre ingrata democracia.
Canto al viento el deber y deseo de poder expresar mis intenciones, mis gustos, mis fundamentos, mis ideas. Libertad estética, organizativa, política, religiosa, intelectual y todo aquello que nos hace ser lo que somos, es decir, como seres con concepción de si mismo y con la consecuente capacidad de elegir el camino que le plazca dibujarse.
Ahora, esto no implica nunca jamás que se pueda hacer o decir todo, ni que todas las personas tengamos el mismo derecho a ocupar ciertos cargos públicos ya sea por falta de capacidad o por trucos y artimañas del circuito de cobre que tienen bien insertado en el chip de su propio funcionamiento.
No quiero que me dirijan grandes oradores, sino profesionales en los diferentes asuntos.
Y hay, ya se lo aseguro, unas maneras de elegir a las mejores mentes pensantes para solucionar problemas inmediatos y sus consecuencias futuras.
Pero no pisaron nunca jamás la sede de ninguna de las máquinas de producir votos o no bailan como princesas y príncipes entre las bellas palabras de aquel futuro que ellos, también saben que nunca llegará.
No me atrevo a decir condiciones puntuales, pero sí generales. Según el campo de trabajo, estudios, preparación, experiencia e idiomas.
-         ¡Eres un hombre elitista y desprecias a otras clases sociales que no tengamos esas posibilidades! – me dijo, a lo que yo le contesté:
-         Bien, pero quiero que en el momento, esos especialistas, entre los cuales no estoy, me den una posibilidad de serlo en un futuro.
-         ¿Y quien los elige? – me contestó haciendo aspavientos con las manos.
-         Las Universidades – le dije mientras se le tropezaba alguna palabra en la boca.
Me hastía y marea ver el movimiento de estos semiprofesionales en nada y que cabalgan por los intereses con sus caballos de rotundas ideas, que son un su mayoría imposible pero y además, ellos lo saben también como tales. Son los discursos vacíos cuyo último objetivos es la construcción pura y dura.
Me paso la vida haciendo filosofia, cuando no la escribo, martillea, suave y con amor, mis pensamientos. Las ideas finales, las intenciones, la esencialidades de los hechos son en muchas ocasiones, la ocupación de mis pensamientos.
Por esto, es por lo que, aunque nunca diría que no, tendría unas posibilidades limitadas de dirigir al gobierno de un pequeño pueblo.
El total practicismo e inmediatismo basado siempre en la dignidad de los sujetos debe de ser la intención imperante.
Mi vida quiero que sea arte y belleza, pero también, o mejor, sobretodo quiero, que los que dirigen mi país sean profesionales en la mejora del país, para yo precisamente pueda pintar mi vida como considera oportuno.
Pero aquí no acabo el discurso y agarraros los machos.
Ni todo el mundo podría presentarse a ninguna selección publica ni, y aquí viene la confesión, habría que tener unas condiciones particulares, aunque extendidas y generalizadas en la mayoría.
Aquellas personas que hayan realizado actos delictivos contra la sociedad, se les debía de retirar el derecho a voto, tras su manifestación de negación ante aquello que se intenta construir, y tras esto, y soy yo el que me agarro a la barandilla, aumentar la edad de voto.
-         ¡Si quitamos a los más jóvenes del voto, reducimos la capacidad de cambio!
Eso me han dicho en muchas ocasiones, pero yo cada día creo más en la experiencia como camino para tener la capacidad de solucionar los problemas.

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jueves, 1 de septiembre de 2016

Adoctrinamiento Ateo y Religioso

Adoctrinamiento Ateo y Religioso.

Las religiones y el ateísmo, son producto de dos actos voluntarios. La misma razón o sin razón, habita en unos y en otros.
El ateísmo es sinónimo directo de materialismo.
El materialismo es una existencia sin razón y consecuentemente sin principio ni fin. No hay solución ni remedio para salir de la progresión ad infinitum buscando un principio que dé razón y entidad a la realidad.
Pero esto es una elección doctrinal. Ninguna razón necesaria te lleva a una existencia sin más razón que volar entre el desarrollo material del cosmos.
Los ateos producen como consecuencia de sus pensamientos  una unidad sin entelequia cuya elección es puramente voluntariosa.
El trabajo intelectual realizado entorno a esta doctrina ha tenido sobretodo un estudio de sus consecuencias sociales, propias, directas, temporales, pero no, sobre la ontología propia del movimiento en su concepción más pura.
La religión es específicamente y así pedido por la misma Iglesia que conozco, un acto voluntarioso, un acto de Fe, una situación producida por la búsqueda propia de un camino. Es una elección propia.
Aquí, el principio de existencia material, es entonces, y consecuentemente, también voluntario. La creación no es un acto necesario, es la pura y dura voluntad divina y sólo en la grandiosidad propia de Dios se incluye la existencia. No hay ningún elemento externo que implique un acto necesario de su existencia.
Sí que ha habido pensadores, bastantes, que han intentado darle una concepción racional y de existencia necesaria a Dios. Si crees en Dios, los sentirás como ciertos, si eres ateo, lo entenderás como magníficos racionamientos nomás.
Consecuentemente a este planteamiento y la falta de necesidad usual, vital, vivida de elementos externos que te lleven a una posición u otra, el único camino que nos queda dibujado, es el adoctrinamiento.
Para no entrar en alguna polémica que no cabe en el grosor de la punta de este supuesto bolígrafo, no voy a opinar sobre la verdad o no de cada una u otra posición, pero sí, voy a estudiar sus circunstancias.
No hay ningún elemento externo que nos lleve a un punto u otro.
Es una elección personal, trasladada al grupo y trasmitida con posteridad a sus descendientes.
No nacemos con una u otra postura, serán las circunstancias externas las que la provoquen.

Adoctrinamiento, no maquiavélico, sino vital.