martes, 29 de agosto de 2017

LA PUTREFACCIÓN MUSICAL




Gafas redondas, pelo largo, bigotes, cuellos amplios, colores betún y pastel, camales anchos, pañuelos de colores, guitarra acústica, y primeras eléctricas, bajos, piano, y belleza, amor, sueños, sinceridad....años sesenta, Beatles, Santana, The doors, Led Zeppeling, Bod Dylan digamos....y...¡mierda ahora!...gilipolleces, tonterías, letras ridículas, ritmos repetidos, creatividad nula, payasos/as en el escenarios, cuerpos y sexo imaginarios, mete-mete, saca-saca, garrulos cuyo conocimiento musical es peinarse las melenas, ¡la jodida y puta imagen!.....¡por favor, sacadme de aqui y llevarme, directamente, sin pausa ni descanso, a Woodstock!...me estoy retrotrayendo cada vez más en el movimiento de huida de la vulgaridad actual.
Y estamos en el asunto de siempre, si valió más la inocencia hasta la perdición total en ella que la seriedad y estabilidad actual hasta la muerte de aburrimiento, falsedad y enriquecimiento ajeno.
El extraterrestre, que pasea a veces a mi lado, me preguntaba el otro día si los espectáculos de aquella artista actual de cuyo nombre no quiero acordarme, los metíamos en el mismo saco que la guitarra de Jimi Hendrix en aquel concierto.
No puedo quitarme de la mente aquellos concursos televisivos de cantantes, la sonrisa de aquellos y aquellas....¡fijaros lo bien que canto y lo bueno/a que estoy!...más el locutor....espectáculo teatral del malo, mentira, hipocresía, cinismo.....
Estoy exageradamente, extremadamente, hiperbólicamente, patológicamente en un estado de desprecio total a esta manera de hacer lo que algunos llaman cultura.
Me ahogan los rizos de aquel tanto como las piernas de ésta a los, que los más engañados, llaman cantantes o músicos.
No soy un abuelo retrogrado, protestante y enfermizo.
Estudio lo que veo, observo con fijación, escucho con atención y sé muy bien lo que digo.


 Lo que si que es cierto es que mi mente pierde el control cuando la temática atraviesa, sin piedad, mi corazón.

miércoles, 16 de agosto de 2017

EL CAFÉ Y LA MANADA DE ESTÚPIDOS



  • La actualidad es una imbecilidad sin sentido.
  • Arturo, estás exagerando otra vez.
  • No, Carla, te estoy diciendo la verdad que nadie se atreve a decir por el significado de ella y las repercusiones que tendrían.

Desde la esquina inmediata de ellos dos, los escuchaba con atención y curiosidad. Ella tenia los ojos oscuros, muy oscuros y emanaban tranquilidad, situabilidad y calculo, el no, los tenía claros, insultantemente fulgurosos, que traían energía, pasión, valor. Se hablaban muy cerca y
con atención,. Tanto el uno como el otro fijaban estáticamente sus pupilas entre si.
    - Mira, Carla, estoy cansado de buscar una razón y necesidad de la estructuras, usos, maneras, hechos con los que desarrollamos nuestras vidas. Las sociedades no son mas que un quehacer sin sentido en el cual las más terribles sinrazones, injusticias y barbaridades, son tomadas como hechos inherentes y normalizados en los sistemas. El mundo funciona dentro de un sinsentido. Es una gran imbecilidad que tratamos de justificar y, para más dolor y tontería, tenemos absolutamente admitida. Si existiera una inquisición por marcar y decir la verdad, yo ya hubiera sido devorado por las llamas.
  • Arturo, como siempre me hablas desde las utopías y desde el inconformismo propio de los inadaptados y extraños al funcionamiento habitual y social. Eres un hombre inteligente, razonador, pero tienes que cazar con fuerza los machos de tus sentimientos para que no te arrastren por el camino de la locura.
  • Ah¡, bien, amiga, tú también me arrastras o tratas de arrastrarme a la imbecilidad formadora de la realidad y su justificación. Eres inteligente, culta, practica, pracmática, pero te mueves dentro de la sinrazón que nos rodea. Ten valor y renuncia con fuerza de aquello que alegamos como normalidad.

Arturo vestía con una cazadora vaquera. Debía tener unos cuarenta años y su pelo, aun bastante poblado, comenzaba a clarear. Las mangas remangadas dejaban ver un bonito reloj de manillas con el fondo marrón oscuro y la correa marrón también, pero claro. Piel buena, pero con muchos quilómetros encima. Carla debíase ser algo más joven y llevaba puesto una camisa negra abrochada hasta el último botón contrastando, de forma muy artística y estética, con unas gafas de pasta de un color rojo muy intenso. Estaban los dos sentados en la butacas de la barra y en ella, por cada uno, habían dos botellas vacías, mas la que se estaban tomando, de cerveza.

  • Me impacta – continuó Aturo – las noticias que escucho en la radio sobre el trascurrir y funcionar de nuestra ciudad, país, continente y el mundo si quieres, mucho, pero lo que me mata, tal y como te lo digo, son las opiniones de algunos y algunas sobre ellas y su funcionamiento. Encuentro las justificaciones de aquellos o las opiniones sobre lo otros realizadas desde una ignorancia suprema. Imbecilidades, estupideces, escuchadas y analizadas por los demás. Oigo a dirigentes políticos y me pregunto en que diablos piensan o me meto en Internet y me tropiezo con barbaridades y tonterías, al cuadrado, expuestas como justificaciones o proposiciones de hechos o actos.
  • Arturo – entre cerrando los ojos le dijo Carla – de qué me estás hablando ¿de la primacia sobre tus principios sobre los de ellos?. Pienso amigo, que te estas dando una ducha en prepotencia o un bañito en el agua caliente de la imposición de verdades. Te estas tomando un cubata, bien cargadito, amigo de totalitarismo. Acabarás borracho dándote vueltas, de lado a lado, en la sinrazón.

Más impactado que ninguno de los dos permanecí, entre callado, en aquel rincón de la barra. Esperé, atentamente, la respuesta que ambos dos se darían, tras estas directas acusaciones.

  • Eres demasiado inconformista – le dijo Carla mientras le subía lentamente su cabeza con la mano derecha empujando en el mentón.
  • No, Carla,- le dijo pasándole dos dedos de la mano izquierda por la mejilla – he perdido el miedo a decir aquello que pienso.

Se rieron, hicieron una pequeña pausa entre los reflejos plateados de sus ojos cuando Carla le dijo.

  • Arturo, la gente tenemos la inercia de contestar a lo que nos preguntas y seguir, aunque sea en su negación, los razonamientos que nos plantean. La amputación ideológica que planteas es un imposible. Hay mucho idiota en Internet, hay otros, muchos también que no lo son pero y además, es la corriente inevitable de los razonamientos y las conversaciones.
  • Carla, volvemos al punto de salida y al bucle de trabajar con principios equívocos que nunca jamas nos sacaran de esta imbecilidad que tenemos montada y a la cual queremos darle un funcionamiento optimo que nunca jamás tendrá.
  • Volver a revoluciones políticas es un peligro, y muy grande, y a la historia me refiero.
  • No querida amiga, esas revoluciones, supuestas revoluciones, políticas, no son sino la máxima grandeza de la dinámica de la falsedad y el error. Salgamos del engaño en nuestras relaciones humanas sociales, encontremos el verdadero camino de la realización de las personas, cambiemos los conceptos de justicia, puntualicemos el termino de igualdad, estudiemos la solidaridad, dejemos el desarrollo evolutivo, no nos engañemos con enfermizos principios de funcionamiento, no me deis justificaciones ridículas de la actualidad., Pido, necesito y quiero un cambio total.
  • Me vuelves a hablar de un cambio político.
  • Noooo! - por primera vez dejó de mirarla y apoyo la frente sobre el brazo que tenia en la barra.- te hablo de principios formadores de la realidad. No tenemos ni idea de lo que somos y nos empeñamos en construirnos desde la imposibilidad. Tengo en la cabeza grabados algún comentario de algún gran dirigente político a nivel mundial, y boquiabierto permanezco, incrédullolo de lo que dice. Veo como observamos con normalidad actos que este sujeto realiza y lo insertamos en unos movimientos ideológicos. Somos una manada de imbéciles que no somos capaces de ver la estupidez crónica de nuestras organizaciones a casi todos los niveles.

Mareado me tenia y eso que no me estaba clavando sus ojos explosivos. Pensé que las aguas se calmaban cuando los vientos arreciaban en los ojos oscuros de Carla. Proponia un cambio total en los primeros principios de unión. No me atreví a preguntárselos. Había estado perfilándolos toda la conversación pero no los puntualizaba, cuando Carla, moviendo suavemente la cabeza y demostrando su control emocional y pasional propia de casi todas las mujeres, le preguntó

  • Amigo, ponme un ejemplo.
  • Amiga, te lo estoy diciendo desde que hemos comenzado esta conversación – le contestó con la emotividad intelectual exagerada propia de casi todos los hombres.

Pagarón, se levantarón, se cogieron de la mano y salieron del bar., En la puerta se dieron un pequeño beso en la boca y por caminos opuestos cada uno se fueron hacia su casa. Ambos sabían que una noche que pasarán juntos en la cama, significaría el fin de sus conversaciones.



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sábado, 12 de agosto de 2017

Mis reflexiones audiovisuales, Vídeos.

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viernes, 11 de agosto de 2017

LA TECNOLOGÍA DE LA FELICIDAD. 6.




Como hilo conductor y base de todo el razonamiento, invoco, al valor particular, individual y propio de la Felicidad.
Válgame el destino!, todos aquellos que con el error que navega entre las raíces de la actualidad, buscan la Felicidad en los hechos y movimientos propios encontrados en los demás.
La Felicidad no tiene forma alguna que pueda constituir la verdad de ella.
No hay una definición compartida, no tiene principios abstractos, no tiene porqué ser ni esto ni aquello.
Aquellas maneras que entiendas como falsas, e incluso destructivas y degradantes, son absolutamente buenas y válidas para aquellos que así la disfruten y consideren.
Quizás si nuestra existencia fuera eterna, sí que hubiera la necesidad de buscar una correcta realización hacia la supuesta realización plena y por tanto feliz de nuestras personas.
Pero no. El impulso vital es corto, la vivencia es limitada, débil, finita, suave.
En la eternidad de existencia, si que habría un momento en el cual se pudiera juzgar el grado de Felicidad alcanzado. Pero en esta pequeña y mísera finitud, es un asunto puro y duro, personal.
El grado de satisfacción no estriba ni se encuentra ubicado en ninguna circunstancia general, globalizante y definitoria.
El individuo, la persona es el único punto de pendulación para juzgar la validez del asunto.
Aquel que se atreva a juzgar aquellos hechos en los que otros encuentren la felicidad, está cayendo en un mero acto de prepotencia o falsa clarividencia.
Yo no sé lo que es la Felicidad, nadie lo sabe. Lo que si sé es donde yo soy feliz y donde no, que ni es lo mismo, ni es igual.
En las sociedades del siglo XXI y nuestros grandes y alienantes movimientos de masas, tendemos a caer en la trampa impuesta por el sistema vivificado que nos indica cuales son los caminos de la Felicidad.
Le dan forma y concreción y a través de nuestro propio autoengaño en la búsqueda de la felicidad en la imitación de los actos ajenos, nos llevan a la mentira y enajenación, en el convencimiento de que la Felicidad tiene una forma concreta y acabada, siendo , ademas, la que el propio sistema, entre sus risas maliciosa y su propio autofuncionamento nos impone.
Mi sentimiento de felicidad es único, propio, mio pero y además, y que a nadie se le olvide, total y máximamente igual de válido que el de los demás.
Sé feliz como consideres necesario y oportuno, pues así lo serás, pero no nos atrevamos a juzgar los usos, maneras y caminos de los demás,pues te equivocarás y actuarás desde el error de la creencia en ideas inmutables, invariables y ciertas.
La uniformidad y monotonía definitoria es falsa e interesada.
El ser humano, como máxima realidad, es variable, incalculable, sin fin, ni motivo.
Bajo estas fronteras y condiciones, la realización siempre y por necesidad, es propia e individual.
Sólo acepto la ética formal Kantiana para la convivencia, lo demás no son más que actos de prepotencia y engañosa lucidez, invocando contenidos que no son y que no tienen por qué ser.
Yo sé donde encuentro mi máxima realización y felicidad como individuo, como persona, es más, como Alberto, pero sé que aun a años luz de distancia, es igual de validad que aquella del que la encuentra en la barra del bar abajo de su casa.



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miércoles, 9 de agosto de 2017

LA TECNOLOGÍA DE LA FELICIDAD (I-V)



LA TECNOLOGÍA DE LA FELICIDAD

I


La esencia del ser humano no existe, no tenemos fin ni motivo ni destino.
Somos una construcción accidental que tiene una operatividad correcta que puede ser buscada como elemento resolutivo.
Es la Tecnología de la Felicidad
El orden total y trascendente no existe, no hay una relación esencial de cada una de las partes de la totalidad.
Pero si que existen ordenes puntuales, reales y operativos que actúan como marco del desarrollo humano correcto.
De manera aséptica a toda tendencia irracional, siempre es posible construir un orden resolutivo en cualquier tipo de relación entre los individuos.
El moverse en la abstracción sustancial, con todas sus conclusiones, debe y tiene que ser tomado y comprendido como un acto placentero, no más, sin ninguna repercusión a nivel funcional, solo operativo en la educación de las personas.
No tienes que ser feliz directamente, por haber descubierto tu esencia, o voy más, la de la humanidad en general.
Pero y sin embargo, si aplicamos una técnica de disfrute y abstinencia, si que podemos alcanzar momentos álgidos de felicidad y comodidad.
El Arte del pensamiento, se queda en la belleza contemplativa o en la preparación del individuo.
Es el pensamiento operativo el importante, en el cual, los conceptos abstractos no actúan. El reparto justo, no implica el supuesto conocimiento de la justicia como entidad.
No quiero saber qué soy, sino, cómo ser feliz, que ni es lo mismo, ni es igual.
Las discusiones sobre el sistema operativo político para el funcionamiento social,son dictadas según unos principios partidistas que actúan sobre todos los elementos relativos a la persona que vive allí.
Este grupo de decisiones pretende ser la conclusión de una abstracción basada en el correcto funcionamiento social. Mentira. No hay ningún sistema operativo que exista como tal verdad.
El orden teleologico-esencial no existe, lo que hay, es tras un acuerdo, debate, dialogo, un orden establecido, concreto, puntual a susodicha situación.
 Es tecnología de la felicidad.


II


Vivo bajo techo techo de la Filosofía.
Me ducho en sus ideas cada mañana que me levante.
Compito constantemente en la comprensión de sus proposiciones.
¡Me gusta!, ¡la disfruto!, me forma y me construye, sí.
Pero no me equivoco cuando me entiendo y veo que la filosofía no tiene ninguna utilidad para optimizar ningún ejercicio práctico humano.
Es un camino propio de realización y no un mecanismo globalizante de Felicidad.
Es decir, mi búsqueda de las esencias queda, no más, con la introspección de la única y exclusiva existencia abstracta, que es mi propia consciencia. Todos los demás intentos de generalización en modo de abstracciones no son funcionales, sino más bien, ansias de totalidad.
Mas que me pese, me arrastro por un amplio materialismo, empirismo y funcionalidad en las concreciones de los actos a nivel social.
La operatividad, sea cual fuera sujeta bajo unos principios básicos – me conformo con igualdad, fraternidad y libertad- no tiene más base existencial que el movimiento optimo del conjunto social.
Por inducción llegares a los principios primeros de funcionamiento y su posterior construcción correcta.
Es una inutilidad funcional, debatir, sobre cual es el lugar al que debe de ir la humanidad.
Discusiones, malformaciones, abstracciones, principios, valores, irreconcializaciones, irresolubles. Estos son algunos de los Adjetivos y Sustantivos que en el camino aparecerían.
La formación del sistema debe de partir sin prejuicios constructivos.
Las únicas condiciones serian la libertad, la fraternidad e igualdad.
La forma resultante, de este movimiento, sin fin pero con condiciones, será incalculable.
La sociedad actual debido a estas - supuestamente bien deducidas ideas formadoras- encasilla y estanca la libertad y movimiento del sujeto.
Esas supuestas verdades concluidas, encadenan los movimientos propios de los sujetos en su capacidad de exponer sus opiniones.
Los caminos ya están elegidos, las elecciones ya están determinadas.

- ¡Mis ganas de ver a los actuales dirigentes de todos los países con la perspectiva de solucionar el problema absolutamente circunstanciado y definido y no de insertar el asunto en un movimiento abstracto que complica o imposibilita su resolución! - me dijo aquel, en el café, tras beberse la última cerveza de la tarde.



III


No medimos más que una forma minúscula de la importancia de este dato.
Es un hecho absolutamente necesario e indispensable para atisbar cualquier camino de continuidad.
Cuando hablamos de ella, aludimos a su importancia operacional y otras cuestiones mínimas en el desarrollo social. Los dolorosamente poderosos, dan Barroquismo a todos los acontecimientos educativos pero, tal es su importancia, que nunca hacen suficientes medidas propulsoras.
Se gastan folios y folios en discursos que no hacen más que despeinar la melena del león.
La educación no es un elemento decorativo o funcional, la educación es la esencia de la existencia de cualquier sistema.
Nuestra ignorancia, nos arrastra, siguiendo a los que vociferan, por el ejercicio deductivo en el que buscan supuestos estados de felicidad, que no existen. Los sistemas deductivos que acaban en sistemas ideales, son abstracciones que no tienen ninguna aplicación real.
Lo que sí que existe es la correcta actuación en el momento oportuno, y éste es el camino de la educación, es decir, nos tiene que dar a todo individuo la capacidad para decidir, teniendo y manejando datos objetivos, el futuro cercano.
Hagamos una acción inductiva y retrocedamos, de lo actual a sus principios formadores.
Y, la educación es el único mecanismo para la convivencia de los grupos sociales.
La capacidad de autodecisión de los sujetos proporcionada por el conocimiento de los hechos es el único camino de la correcta solución.
Debe de decidir el ciudadano o individuo preparado y educado, y no aquellas personas que ahora saben y quieren y nos llevan, por nuestra carcomida ignorancia, allá a donde consideran, ellos, necesario
No hay plan, ni adjetivo, ni destino, lo que hay son unos individuos preparados para ir andando el camino, vaya donde fuese.





IV


Patéticos me parecen, todos aquellos intentos de definir La Felicidad como un hecho objetivo, esencial, estático.
¡Todos hemos tenido un momento de felicidad!
¡todos nos hemos bañado por un momento en el rio de La Felicidad!
Pero, no para, es un delirio de emociones que no tiene ningún momento de estaticidad que se pueda dibujar, delimitar, concluir.
¿De qué nos vale saber el recorrido del rio hasta allá donde nos llegaran nuestros, siempre limitados, ojos, si nuestro barco se rompe en el rugir de los improvistos de las siempre injustas aguas del rio de la vida?
De nada.
Sólo cuenta en el estado estético de La Felicidad, el barco con el que navegues, independientemente de allá a donde lleva el rio que jamás llegaras a su final.
Es decir, el orden esencial y metafísico como elemento de búsqueda de las realidades operativas propias de nuestro actuar, es inútil.
La felicidad, siquiera en su práctica, tiene ningún aspecto igual en todos aquellos que disfrutan de ella. Movimiento y más movimiento.
La manera resolutoria del asunto será un orden correcto constructivo.
Orden, siempre orden, que es el mejor de los instrumento para llegar a una siempre ansiada pero nunca conseguida, justicia total.
En la puesta en practica de cualquier orden se produce el encontronazo entre el individuo y la totalidad.
Y aquí aterriza el problema máximo, pues ¿tendré que renunciar a parte de mi libertad por el bien del conjunto?

  • Sí, hombre – tengamos un comportamiento cívico.
  • No compañero, te hablo de una formalización de los problemas en los cuales el individuo desaparezca y vengan y entren, las variables constructivas. Es decir, es la resolución de los problemas entre países, comunidades e individuos olvidándonos, en todo momento, de aquellos sujetos que son representados por aquellas variables y actuamos con ellos como si tuviesen entidad propia y no mojama cargada de historia que siempre deja olores y aromas en las manos.
  • ¿Eres consciente del mal que trae la prioridad máxima de los ordenes?
  • Sí, sí – le contestó algo irritado a sabiendas de las verdad de sus palabras – pero me da lo mismo, me la juego y te lo digo, mis ganas que hubiera un orden constitutivo a nivel mundial que limitara mi libertad pero que diera más estabilidad para realización propia e individual.
  • En España ya tenemos unas leyes que se encargan de eso ¿No?
  • No, te hablo del desapego a todo estado estético, moral y propio a la hora de construir cualquier nueva circunstancia.
  • Es decir ¿cambiar la dirección de la flecha constructiva, tratando de olvidarnos de aquello que, supuestamente, somos concluyendo con lo que debemos hacer y comenzar a construir, sistemas estables, independientemente del contenido de las variables que lo ocupen?
  • Sí, eso barrunto, amic.


V



Parécese que no, pero son elementos posibles de cambiar sin cambio esencial del sistema operativo.
Las estructuras continuarían funcionando, pero que nuestra calidad de vida sería mejor.

¿Cómo?, fácil y directamente, con la prohibición de cualquier tipo de publicidad de masas.

Primero: la publicidad de masas implica poder decisorio y manipulador del funcionamiento correcto y limpio del mercado. La publicidad deforma hacia ilusiones ficticias,- elementos configuradores de una supuesta felicidad - el funcionamiento y discurrir de las totalidades. El dinero, en su abundancia y particularización , pasa a ser el elemento evolutivo social.
Si se redujera la publicidad sólo al lugar allá donde el individuo fuera a buscarla, es decir, voluntariamente, voy a leerla, verla, tocarla a oírla. La decisión seria más justa y correcta. Sería la calidad del producto la causa de definición.
Podríamos ir, digamos, al supermercado y sin más allá de poco tiempo de acudir allí, podrías conocer y saber, los productos, alimentos o cualquier elemento, si era bueno y, sobretodo, te convenciese. La publicidad de masas, los massmedia, no tienen una naturaleza necesaria en el funcionamiento del mercado.
Igualdad en las posibilidades de publicidad, igualdad de elección, más selección, más calidad.

Segundo: El sujeto, el individuo, el ciudadano, vive, vivimos, vivo, bombardeados con una suprema repetición de información que desvía nuestro ritmo operativo. Es decir, siempre tenemos un exceso informativo en cualquier tipo de operación social, que desvía nuestra atención y configura nuestro tiempo. Oír un programa de radio, viene con un ritmo configurado por un numero de bloques publicitarios, la televisión dificulta la concentración en cualesquier programa por los bloques publicitarios, cualquier viaje por la ciudad esta cargado, en 20 minutos, al menos,de doscientos mensajes publicitarios. Al recibirlos, has descifrar, entenderlos, situarlos, calibrar, asumir y otras operaciones automáticas. Sólo y digamos esas operaciones, pues hay más, que tu cabeza o la mía realiza obligadamente, por haber visto es botella de refresco al pasar, multiplicado por muchas cientos de oportunidades, produce estrés o fatiga mental.


Si que hay elementos razonados, concluyentes, acabados que, salen de los principios propio del sistema en su búsqueda resolutiva, pero actúan en función de lo que hay y de lo que, en estos momentos, somos.