Si
queremos buscar una característica sobre la cual buscar y basar
nuestros estudios sobre la pura Ontología del ser humano, entonces,
debemos estudiar la voluntad, como único hecho diferencial que no se
encuentra en ningún otro lugar más que en las personas y que no
tiene ninguna necesidad de vinculación , para su presencia, de
ninguna entidad material.
Todas
las demás característica humanas, pueden encontrarse, en mayor o
menor medida, en los demás seres vivos.
Es
más, mil detalles sacan a la voluntad de cualquier ámbito que no
sea endógeno al sujeto.
La
voluntad es de esencia supramaterial y define y caracteriza a las
personas.
Los
impulsos, afecciones, deseos y otras actividades sentimentales y
sensitivas que realizamos las personas, tienen un origen biológico
ante la presencia de elementos químicos o huellas eléctricas, en el
cuerpo o en el cerebro.
La
actividad de razonar sería también producto de unos caminos
operativos ya aprendidos, por estudios y experiencia, y que te llevan
a la correcta solución de problemas.
La
razón puede tener una estructura material y sino veasen los PC
Sin
embargo, el acto voluntarioso, pertenece única y esencialmente al
espíritu conformador de la persona.
La
lucha contra los vicios mediante un acto voluntativo, pone de
manifiesto su especial naturaleza al tener que luchar contra unas
circunstancias físico-biológicas desde una situación diferente.
No
hablo de la Voluntad entendida como fuerza cosmológica, tal y como
fue concebida entonces.
No
es un estudio Ontológico de la Voluntad tratando de explicar su
origen y procedencia.
Es
la aceptación de la Voluntad como acto propio, único y no material
realizado por las personas.
Y
he aquí el comienzo.
Es
un hecho apenas contemplado y debatido, pero es bastante fácil
deducir, la especial naturaleza de un acto contra los impulsos
vitales.
La
persona que realiza este tipo de acciones estará enfrentado dos
partes constitutivas de su mismo. Tendrá la lucha entre las
diferencias ataduras bio-fisicas, por todos conocidas y aceptadas
contra la parte que tiene una existencia, con efectos, pero no
ubicable ni situable.
Hay
una serie de elementos químicos, naturales o artificiales, que
provocan unos procesos nerviosos que explican directamente cierto
comportamiento, lo mismo e igual que ciertos hechos repetitivos
pueden provocar caminos entre las conexiones nerviosas que expliquen
las reacciones y que les dé, una cabida material.
Pero
la voluntad no.
No
hay ninguna sustancia no estado físico que aumente o disminuya
nuestra voluntad propia.
Sólo
queda la salida de una existencia extra material.
Y
si aceptamos esta salida de forma cognoscitiva y metódica, el campo
estudio en busca de respuestas concretas sobre nosotros, se precisa y
define.
Es
parte formativa de nuestra persona y por aquello trabajamos con ella,
la potenciamos o la disminuimos. Está, actúa y funcionamos con
ella. Pero ni es ni responde a ninguna ley natural en sí.
Si
buscáis un elemento sobre el cual realizar un estudio propio
Antropológico, ir a la Voluntad, pues sin esta parte formativa
extramaterial, el estudio de las personas siempre estará a la mitad.
En
ocasiones me cuesta entender como no le damos importancia a un hecho
tan trascendental, importante, definitivo y definitorio al momento de
estudiar y analizar al ser humano como tal.
Lo
no conocido, no implica su imposibilidad.
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