viernes, 27 de septiembre de 2013

SÓCRATES EN LOS ALBORES DE LA FILOSOFÍA




            Venía de las tierras de mis padres situadas a poca distancia de Atenas. Aun siendo un hombre, tenía 30 años, todavía no había podido degustar la exquisitez del Partenón construido por nuestro gran gobernante Pericles. Me habían comentado que debía de ir a verlo.
            Aquella día por la mañana me había paseado por la belleza, deambulando entre la perfecta armonía y simetría reflejadas en las columnas de la construcción. El cambio angular me ofrecía la verticalidad en todos los lugares que mirase. Era bello y la serenidad de su proporcionalidad perfecta me llegó y me llenó todo mi espíritu.
            En ese mismo día por la tarde, salí a pasear con la intención de ver todas las construcciones desde las perspectiva de la distancia.
            Y, entonces fue cuando me encontré con aquel pequeño grupo de personas que rodeaban a un hombre mayor, ya anciano, pero robusto y con una gran luminosidad en la mirada hablando con fuertes pero cortos movimientos de sus manos. La curiosidad me llevo a su cercanía.
            Este hombre estaba dialogando con un grupo de jóvenes. Puse mi sentido a su merced.
-         ¿Dónde encontraremos, entonces, la justicia de este acto?-les pregunto.
Un jovencito levanto la mano. Tenía aspecto de aguerrido, bravo, curioso pero
con calma y naturalidad le dijo
-         Quizás en las leyes que nuestro gran gobernante Pericles ha dado a esta ciudad, tu Atenas.
-         ¡oh!, mi joven y válido  Jenofonte, y yo te sigo preguntando ¿me hablas de un acto o de la justicia?
El joven permaneció dubitativo y mudo.
Un hombre  joven sonrió a Jenofonte, en reflejo de su ya amistad al compás que
Levantaba su mano.
            - Dime, Platón, dime, háblame desde los ya muchos años que estamos juntos recorriendo las colinas circundantes de Atenas
-         Y yo le digo, Maestro, ¿no estará fuera de este mundo que nos rodea, de formas concretas e inexactas, teniendo una existencia real?
-         ¿Me hablas de ese triangulo perfecto sobre el que Tales habló, y midió con toda la exactitud posible las pirámides de las columnas de las tierras del nilo?
-         Si maestro, de ellas te hablo.
-         ¿Y que relación le asignas con la realidad?, ¿es ésta copia de aquellas?
-         ¡Si, maestro, si!, ¡coloquémoslas en un mundo que huya de las imperfecciones!
Pensativo y sereno se le quedó mirando.
Energitico y respetuoso le contesto
-         Si, bien, pero quiero que me hables de la justicia y no de matemáticas ni geometría que se nos escapan de nuestras manos. Quiero que definamos la justicia como medio y camino para llegar a construir una comunidad con
     Comunidad correcta. Quiero huir de los actos con contenido pero vacios de         significados que los bien llamados sofistas tratan de imponer en este mundo buscando la utilidad de las leyes, nomas. Así pues ¿la justicia se encuentra en las enseñanzas prácticas y formales de estos maestros que les dan a la juventud de nuestra ciudad para que se muevan después en ella?
Impresionado me tenía su conversación.
Fijaba mi atención en cada uno de los pensadores hasta que volteé, pensativo mi cabeza, y vi a un elegante hombre, con una hermosa túnica tejida con delicadas telas apoyado con su mano izquierda en un gran pino mediterráneo y observando plácidamente la conversación. Sócrates fue, entonces también consciente de su presencia y exclamo
-    ¡Protagoras!, ¿qué nos trae el placer de verte?
-         ¡Sócrates, amigo!, no el placer de escucharte, que siempre lo es. Estaba meditando en el orden jurídico que aplicar en función del bien y del mal a ésta, nuestra gran ciudad. ¡oh!, amigo ¿cuándo dejarás de huir hacia la nada?, ¿cuándo concretarás tus pensamiento en la utilidad y practicidad de ellos?
-         Amigo también me complace oirte, pero sabes que no estoy de acuerdo en la simple construcción de elementos prácticos de funcionamiento y pienso que debemos encontrar la esencia de estos elementos que superen la propia construcción de esta ciudad.
-         Adiamanto ya te habló, Sócrates, de las difentes Justicias que nos encontramos en este mundo.
-         Sí Protagoras, sí, le respeto y mucho, como a todo aquel que piensa pero como ya te dije, debemos de buscar verdades fuera de las circunstancias propias y que tengan una generalidad. Conocimientos que ya están ahí, circulando en nuestro espíritu y conocimiento.
En aquel momento, y con cara de atención, emoción, concentración e interés, el joven, de anchas espaldas, Platón, interrumpió la conversación dijo:
-         Encontremos estas ideas inmutables, huyamos con la inteligencia, dejemos los sentidos y entremos en el mundo de las perfecciones intemporales que nos llevarán al estado social y mundo perfecto.
Sin aliento se quedó tras realizar estas afirmaciones, mientras los dos sabios mayores se miraban entre los dos ¿admiración, extrañeza, distancia, afinidad? Leí en sus miradas.
Volví hacia casa, había sido un día realmente espectacular.
El sol se  escondía en el horizonte allá a lo lejos en el mar donde en sus limbos acaba el mundo. Su luz se reflejaba tranquilidad.
En el carro que avanzaba lento, tras estar en situaciones como estas comprendí porqué el centro del mundo y el futuro estaba aquí.
Rodeado de olivos e mis tierras, vi a lo lejos a mi madres que salía a recogerme.



                                                

jueves, 26 de septiembre de 2013

LA TÉCNICA, LAS PERSONAS Y EL AVANCE


Es un sinónimo equívoco, el aplicar la técnica a la mejora de la calidad de vida.
Es una imposición absoluta de la actualidad como el bien y la situación mas óptima.
Es un juicio preestablecido.
El conseguir, digamos, un mínimo esfuerzo físico en la realización de ciertas actividades no es, ni debe de ser una mejora en la calidad de vida como así se acepta. Éste, es un detalle, quizás más fácil de apreciar.
Pero hay otros menos evidentes, pero también que pueden ser (no afirmo el contenido, sólo opino) tal y como la velocidad de la comunicación.
¿Ustedes creen que realmente mejora las condiciones de crecimiento y desarrollo de las personas el asunto de estar fácilmente localizables las 24horas del día?
¿Piensan que es beneficioso el saber que se puede dar noticias constantes de los detalles y que esto obligue a la realización de ellos, por entrar en la normalidad?
En ocasiones la lentitud del viaje da tranquilidad del espíritu y las prisas del trayecto produce nerviosismo y tremulaciones.
¿Y si desaceláramos el mundo en general?
¿Y si tratásemos de realizar las mismas acciones pero bajando la velocidad conjunta de todo, respetando por tanto las resultados bajo la misma ratio operacional?
El avance técnico es un arma peligrosísima en la deformación de nuestra esencia como seres humanos y nuestras disposiciones naturales.
Nuestra asimilación de la información está sin duda limitada y se puede realizar una sobrecarga.
La contaminación producto de la técnica es inmensa. Pero no hablo de los humos, hablo de la contaminación acústica, publicitaria, subliminal y otras formas y maneras de que no somos conscientes pero que existen y se dan.
Retroceder en el tiempo no es la solución.
La solución estriba en no ponerse en manos de la técnica, sino la técnica en las nuestras.
Les voy a poner un ejemplo ilustrativo. Imaginasen que limitásemos la velocidad y características de los coches de carreras. El modelo y características las mismas, y lo que marcara las diferencias fuese sólo el piloto. El avance técnico de refleja siempre la mejoría del objeto nomás.
Sumergidos en la velocidad perdemos la noción de nuestras posibilidades y fundamentos.
La cantidad de lo que fuese sustituye a la calidad de lo que fuere.
La técnica es un hecho complicado. Optima en muchas ocasiones pero deformadora en otras.
Bien es sabido el mal producido en los niños el uso y abuso de los productores de información digital, vídeos, juegos y otros.
Esto es quizás ampliable a la totalidad. Me encuentro mas a mi mismo y pienso que es mejor si bajásemos la velocidad, volumen y magnitud de los elementos que nos rodean. Esto es precisamente lo que la técnica intenta.
No creo que el pasado fuera mejor, pero esto tampoco implica que el futuro ha de serlo.
El estudio propio de la naturaleza humana debería de ser la parte de esta reflexión.
El calcular nuestro propiedades, límites y fundamentos nos darían salida a la resolución de estas discusiones.

El calibrar hasta que punto es conveniente el distanciamiento de los principios ambientales en los que nuestra familia, especie y orden llegaron a ser, es bueno o llevadero.

martes, 24 de septiembre de 2013

LOCKE, EL GOBIERNO Y MI CACHONDEO



Y los ciudadanos comenzaron a teorizar contra el poder divino de las monarquías que por aquel entonces todavía lo utilizaban en la justificación de sus gobiernos y mandatos.
En esta coyuntura nació Jonh Locke (1632-1704) y comenzó a teorizar sobre los gobiernos y el poder.
Escribió “Tratado sobre el gobierno civil”(1690) dividido en dos tomos, uno sobre el derecho divino de los reyes y otro sobre la naturaleza del poder.
Sin entrar en mas sobre ellos quedémonos con que marca el movimiento de las democracias actuales, marcando los principios del liberalismo político.
La nota característica y revolucionaria de esta teoría consistía en que los ciudadanos tenía unos derechos inealineables  y la unión de ellos en sociedad era para que ellos fueran respetados. No éramos todos malos por naturaleza pero alguno había que sí, así que nos teníamos que organizar para que hubiese un orden que garantizase, en el caso que él mas insiste, nuestras propiedades (el fruto de nuestro trabajo abogaba)
Insistía en que el pueblo por decisión propia elegía y ponía un grupo de mandatarios que controlasen estas cuestiones y en el caso que no lo hicieran bien el mismo  pueblo tenía todo el derecho a quitarles al poder.
Pues bien, este gran autor es el fundador, con Adam Smith, del llamado liberalismo político, base del las democracias actuales.
Imaginaos cuanto me reí al pensar que este gran autor era el principio teórico de lo actualmente existente como formas de poder. Un gran autor, sin duda, pero su teoría la han deformado tanto como les ha venido en gana.
Me río tanto cuando escucho que aquí en España, digamos, somos los ciudadanos los que tenemos el poder, que el dueño de la papelería de abajo me llama al telefonillo, preocupado por si había algún problema grave.
El poder no pertenece al pueblo, a los ciudadanos. Tenemos una formación jerárquica de los partidos políticos, los cuales deciden quien tendrá el poder en función de sus valoraciones propias que yo no quiero imaginar, elucubrar ni deducir. Gente que su único merito para ostentar y manejar los supuestos deseos de los ciudadanos sea su camino de escala, de trepa en las tripas del partido.
¿Elección libre?, no, estamos vinculados a unas elecciones impuestas. No es una persona libre de moverse o no cuando está atado. Eres libre de elegir, ¡y un cuerno!, pues tengo la elección ya definida en unos campos en concreto.
Quizás, y no las conozco, el sistema de Inglaterra sea capaces de respetar mas la elección propia de cada ciudadano al hacer la elección particular.
Aquí en España no. Los ciudadanos elegimos sobre lo ya dado, como los Ingleses, pero al menos ellos parece ser que dentro de lo dado, al menos eligen sus partes. Aquí ni eso.
Y su cachondeo sigue sin parar y al resto de los ciudadanos nos siguen vendiendo el pastel que hasta ellos se lo creen.
Pericles (sV adc Atenas), gobernó en las primeras democracias pues eran modos de elecciones absolutamente directas en las que todos y cada uno de los ciudadanos (que eran con unos pocos y elegidos, pero todos ciudadanos) tomaban una decisión directa sobre la temática o acción.
Ahora los supuestos ciudadanos ya no actuamos así.
Quizás sea porque aquí en España somos mas de 40millones y las formas de gobierno han de ser otras. Estoy estipulando por elucubrar sin tomar ni definir ninguna solución.
Quizás, tanta es mi desazón, llego a pensar que un rey con una dotación Divina y bien instruido, llevase, mejor el gobierno en este país donde el poder ahoga y desdibuja a los políticos. Las circunstancias los inutiliza.
Quizás sea lo mejor de todo lo peor posible.
La tecnocracía me resulta sinceramente atractiva.
La única condición irrenunciable para tener el poder que es la búsqueda del bien de todos, no se toma y siempre, siempre las decisiones están vinculadas a diversas cuestiones e intereses.

viernes, 20 de septiembre de 2013

PENSADORES



Hasta la época contemporánea la división entre filósofo y científicos era o mínima o no reconocida, y si no díganme, cuando hablamos o estudiamos a, y digo como ejemplo, a Descartes o Aristóteles, donde lo hacemos, donde los ponemos, donde lo ponían ellos y que títulos le dieron los autores a sus escritos.
Aristóteles solo tiene una obra de lo hoy considerada filosofía, es decir, lo concerniente al estudio del ser. Lo demás es ciencia, lógica, política, o antropología, actualmente vistas no como conocimientos filosóficos. Cierto es que los conceptos son cualitativos pero su mayor intención era encontrar una manera de explicar el mundo circundante.
Descartes, hace matemática geometría, ciencia y un método de actuación.
Pongo estos dos ejemplos, pero los hay mas, muchos mas.
En la actualidad esta dicotomía ya no se da, los grandes científicos no hacen ética ni hablan del estudio del ser.
Einstein nos cuenta la relatividad del tiempo por la velocidad fija de la luz, pero no tiene libros de etica.
Stephen Hoking, habla del principio del tiempo o del universo, pero no nos da su concepción del estado.
La división o definición divergente es moderna.
Yo, me aferro a denominarlos Pensadores por su amplio campo de actuación aplicando su pensamiento y razón.
No es justo estudiar a Descartes sólo como Filósofo nomas, cuando su aplicación a las matemáticas supuso un avanze grandisimo.
No es justo estudiar a Aristóteles sólo como Filosofo cuando explico todo el funcionamiento material del mundo circundante.
Y el error sigue en como definimos a los filósofos en la actualidad
Mi concepción, como la de muchos, de la Filosofía y los filósofos es diferente a la de otros muchos mas. El concepto de Filósofo, está esteriotipado a unas formas, campos y métodos de estudio que no se ajustan a la historia
Actualmente, es una definición pasarse seria decir despectiva, pero al menos, misericordiosa.
Los filósofos han sido, a lo largo de la historia grandes y la han configurado de manera definitoria.
Ahora se entiende, en su mayoría como a Nietszche perdido en las nubes de su rebeldia o Sartre hundido en los rincones de su angustia.
Pensar, elucubrar, decidir y definir sobre nuestra esencia ha sido y debe de ser realizado por personas muy lúcidas y ciertamente insertados en la realidad y sociedad.
Yo fui uno más en mis estudios de filosofía del movimiento o formas externas en la busqueda de lo diferente, precisamente por que la sociedad allí los hemos llevado a los filósofos.
Démosle dignidad y valor a la filosofía
califiquemosles como técnicos en
el pensamiento, por su estudio y utilizacion para enfrentarse a las situaciones.
Tengamos dignidad aquellos que la hayamos estudiado o parcticado filosofía y no te  presentes un tanto recabido en elevar la utilidad.
Ser un filosofo, y con todos mis respetos, no es ser un poeta perdido en el amor.
Critiquemos la sociedad, porque la hacemos los y para las personas y no le damos nada para ellas como tales.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

DESCARTES, EL PRIMERO


Como siempre y  en todo conocimiento, la línea  en la cual empieza un autor y acaba el otro, es difusa y poco demarcada. En el caso de Descartes y la filosofía moderna también. Es nombrado como el primero de ellos, aun habiendo otros anteriores que ya cogieron  ese camino.
                Sin embargo, me aferro a Descartes, para huir de la propia crítica, dudosa y temporal como ya dije, que yo le puse a la Filosofía en no más de un día.
                Es en este autor, cuando la validez y efectividad del estudio filosófico, entendido como el tratamiento de entidades y procesos abstractos adquiere  una aplicación real.
                Método, método y método, reglas, reglas y reglas, que hemos de seguir para llevar correctamente nuestra capacidad del conocimiento a aquellos saberes que, eso sí, él consideraba posible.
                No era ya un estudio ontológico perdido en el misterio del ser, ni era una especulación del funcionamiento del mundo por su cualidad, ni era una teología en el sustento de Dios, ni era tampoco una lógica que entendían y que dirigía el mundo bajo el peso de su irresolubilidad en cuanto a su verdad. Fue un paso más y este autor puso los pies en el suelo y decidió hacer del pensamiento un medio comprensible de una acción en abstracto de la que sí que podíamos encontrar su verdad y validez en nuestras manos y realizar una aplicación.
                En el proemio  a  unos libros de ciencias desarrolló el método aplicable para encontrar la verdad  utilizando correctamente la razón y  no buscó ideas lejanas y trascendentales,   sino elementos aplicables y utilizables tal y como se enroscan los tornillos y antes, no mucho más, instruyó como hacerlo.
Como todo gran científico y pensador, entró en elementos que carecían de aquello que tenga fruto y dio una base de su trabajo a encontrar los elementos primeros y su forma, las intuiciones, que las describió como punto primero, aunque y saliéndose por la tangente, poco objetividad y aplicación científica tuviera., pues la claridad y nitidez con la que pide esos principios, la puede encontrar también un geómetra en principios que para mí son difusos y extraños como menos.
                Es un gran autor por el que siento gran admiración

                Es el Aquiles del siglo XVI, pues si el primero, escapando del destino de los Dioses, buscó el suyo propio, Descartes, se vio  capacitado para con su razón y sin las escrituras, encontrarle una explicación y un funcionamiento al mundo, aun que, no nos olvidemos donde y cuando vivía, fue Dios su última justificación total.

lunes, 16 de septiembre de 2013

ESCRITO DE FILOSOFÍA O CARTA DE AMOR


            Cuando, equivocadamente, veo la inutilidad de la filosofía como ciencia en sí,  cuanta explicación encuentro en aquellos que empezaron a tratarla o, mejor a practicarla.
            Haciendo alusiones etimológicas, que no voy a desarrollar por mi aficionado conocimiento, la filosofía era entendida como el arte del razonamiento, como la ciencia del pensamiento en sí  y por sí.
            En mis primeros estudios, no quise entenderla como tal, soñaba como viaje resolutivo, como medio de unión, como camino correcto y hoy, hay días en los que rehuyó esta definición. Sin embargo, una vez acabados los estudios y en días como hoy, aprecio totalmente la inutilidad de sus frutos materiales, admiro y disfruto con su práctica y me hago consciente de su única utilidad como ciencia resolutiva en los modos del pensamiento. Entiendo sus razonamientos, comprendo sus pasos, llego a sus conclusiones desde sus puntos de partida y tras el disfrute me digo la inutilidad que se tiene con el fruto de su pensamiento.
            Sólo le encuentro la validez ya dicha, en cuanto que te ayuda a enfrentarte a situaciones en las cuales haya diversos elementos relacionados y debas de obtener una estructura formativa en ellos. Te lleva a estructurar tu pensamiento, y a jugar con términos abstractos de modo, sustancia o relación.
            Pero y sin embargo, y digamos, ¡qué poca utilidad resolutiva en el ontológica del estudio del ser!
            Me esfuerzo en salir del rechazo actual  en el cual se instala al pensamiento en sí y por sí. Sólo entendemos utilizarlo con una utilidad práctica. Es más, resulta una afición ridícula, apartada y mal vista aquel que disfruta dándole cobijo conceptual a aquellas cuestiones que no tienen una base material.
            Intento imaginarme un grupo de ilustrados del siglo XVIII, ya sea Racionalistas o Empiristas reunidos en una tertulia, entonces en algún local y ahora en algún café. Inimaginable. Trato de evocar los paseos de los maestros griegos con sus alumnos debatiendo sobre el lugar del conocimiento y cuando trata de colocarlos en loa actualidad , se difuminan mis pensamientos y llego a la locura del ridículo.
            Según lo atrapado en los lugares actuales o empujado en las circunstancias, el arte del pensamiento se desprecia.
Aquella característica que nos define, nos cataloga y nos da el sentido de seres humanos, es decir, el pensamiento sólo y en si, está totalmente desvirtualizado, desprestigiado y abandonado.
                Cuantas contradicciones, fruto de mi corazón y mi razón hablando juntas. Recuerdo a aquel que habló que la razón, en ocasiones, no comprendía a su corazón.
            Maldigo y crítico mis amores o niego su utilidad a lo que a algunos le dan la vida. Defiendo su validez pero el rechazo sufrido, ella, me lleva a su inutilidad.
            Es el escrito de los sinsabores. Es el escrito de la contradicción.
            Me digo y me hablo de la inutilidad en cuanto que la veo como camino y elemento resolutivo de la construcción del mundo.

            Y como final, os diré que estas letras están más cerca de ser una carta de amor que de un razonamiento ligado de manera u otra con la filosofía.

lunes, 9 de septiembre de 2013

LA MÍNIMA VIGENCIA O LO INVARIABLE




                Parece un cachondeo o un acto de total  irresponsabilidad las palabras de los dirigentes políticos prometiendo arrasar toda la labor del gobierno anterior en el caso de ser elegidos.
                ¡Cuán manera de perder el tiempo!, ¡Cuan manera de no poder llegar a ningún lado!
                ¿Qué sentido tiene que se intente hacer un cambio, se supone a la mejora, se tramite, se apruebe, en aquellas o estas circunstancias, y cuando apenas llevará dos meses funcionando y habiendo habido de cambiar las empresas o quien fuera sus estructuras, que venga otro gobierno y todo lo cambie.
                La cuestión de mi conformidad, si o no, con un u otro cambio, es secundaria con el motivo de este escrito. Lo primario es la actitud expuesta por la  oposición, en este caso unos, en el otro los otros sin ningún cambio de actitud, al decir textualmente que “lo primero que  primero que hará si llega al poder será echar por tierra ésta ley” (cuando lleva pocos meses en funcionamiento pleno.
                Solución: El consenso. Imposible. El acuerdo entre los grandes partidos en España ES, Desde que yo tengo conciencia de la política, imposible. No han llegado nunca a un acuerdo. Los únicos movimientos paralelos han sido el camino hacia la  hacia la desprecio y menosprecio mutuo y la crítica constante.
                Así pues ese no.
                Sí que hay uno. Éste sería marcar un tiempo mínimo de vigencia de las leyes aprobadas por los diferentes gobiernos, es decir, que pudiérase que uno destrozara todo la posible construcción iniciada por el otro hasta no pasada un tiempo oportuno, digamos ocho años.
                La vigencia mínima ante la cual la ley seguiría en vigor aun cambiando el partido que dirigiese el gobierno sería de ocho años, en un intento de búsqueda de la estabilidad y normalidad.
                El ánimo constructivo en todos los partidos Españoles es mínimo. Puedo y llego a comprender que los partidos nacionalistas sólo quieran beneficiar a sus regiones, comunidades o lugares. Pero los partidos nacionales deberían de cambiar las normas de actuación.
                Aún y así, la culpa sigue siendo nuestra por votarlos, pero sino ¿qué hacemos?
                Se tienen que ir esta generación de políticos que ya no están de acorde con  los intereses e inquietudes de unas generaciones que buscamos hechos y actitudes y no ideales y promesas.
                Viven anclados en el pasado de la política Española.
                Arrasan, no con “lo hecho por el gobierno anterior” sino también, y esto es mas grave, con la enorme potencialidad que tenemos.
                Siempre acabo igual.
                Siempre pagan algunos lo que hicieron otros.

                Pero, mira que daríamos tanto por tener otros.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

CIENCIA, PROGRESO, FILOSOFÍA Y RELIGIÓN



              

            La ciencia ha tenido una gran progresión y cambio a todos los niveles a lo largo de la historia. Desde Tales de Mileto en el siglo VII adc, hasta digamos y sólo digamos Einstein en el ya siglo XX.
Hablo de las primeras diferencias comprensivas, pues, no estoy hablando de la tecnología, la cual cambia y evoluciona, muchísimo más rápido, cada diez años, incluso menos. La tecnología es una perfección de lo que ya hay, es un cambio cuantitativo y no cualitativo. El ejemplo más claro y más a mano son los teléfonos móviles que fijaos lo que había no hace más de cinco años y lo que ahora se comercializa y su crecimiento consiste en, y dejadme que lo diga así, empequeñecer, físicamente, lo ya existente.
            Vengo a referirme de la manera de hacer ciencia, entendida como la búsqueda de una explicación al mundo que nos rodea, al mundo físico más en concreto.
            Esta definición usual, comprensible, mundana que todos utilizamos y  que acabo de escribir, siquiera ella totalmente correcta bajo lo que se estudia con nombre en la actualidad y dista bastante más de la que se hacía muchos siglos atrás.
            No siempre hacer ciencia ha sido lo que hoy entendemos como tal y hoy hay conocimientos que se introducen en la bolsa de la ciencia y están mucho más cerca de la filosofía al ser especulaciones casi de conceptos y situaciones metafísicas.
            Hace ya mucho tiempo, en los albores del siglo VII adc y allá por el oriente próximo, las personas, metidas en una plena actividad económica y de cruces de culturas, comenzaran a buscar una explicación a su  mundo circundante sin que fueran los Dioses quien se la diera, sino ellos mismos en su potencialidad como personas y utilizando su razón. Y así comenzaron a observar el mundo que les rodeaba.
            Todas las personas y animales, estamos compuestos, más o menos de un 70% de agua, la tierra, su superficie, está formada en dos terceras partes de agua y hielo, nieve y lluvia hay y se produce por todos los sitios. Es directo, si miramos a nuestro alrededor buscarle su implicación y colocarla según su importancia.
            Así y cómo ejemplo, válgame Tales de Mileto.
Un hecho que se observa, es que la forma líquida impera sobre cualquier otro elemento, en la forma biológica, en los ríos y mares. Agua hay por todos los sitios y si no es agua, es un compuesto que tiene parte de ella. Así pues los primeros científicos, como tales de Mileto, pensaba observando su mundo circundante y utilizando su razón, que el principio fundamental  y  formador del cosmos (Arje) era el agua y sus diferentes situaciones daban lugar a todo lo existente. Pensaron que la vida estaba compuesta por el principio del agua y además ¡llovía!, el agua cubría y envolvía la tierra y además flotaba cual isla en ella.
            Es una deducción bastante probable y posible, dados los conocimientos y datos que se tenía entonces. Ellos no se consideraban científicos. Pensaban, reflexionaban y hacían filosofía.
            El cambio en las concepciones siempre va acompañado de una variación y evolución histórica.
            Por los vaivenes de ésta, los pensadores, comenzaron a preguntarse sobre términos tales como la justicia, belleza y otros, producto de la mayor unión  y  prácticas sociales, políticas y humanísticas. Se llegó, como no, a un nivel más alto de abstracción sino, díganme ustedes que forma, lugar y cuánto pesa el termino justicia. Se hablaba de algo que no vemos, que no toca, pero sí existe.
            El  resultado de este movimiento fue crear una explicación del mundo fuera de éste.
            Y entonces, apareció el Filósofo (en la edad media no se aludía a él por su nombre, era simplemente “el Filósofo”), Aristóteles y escribió un libro de física que se diferenciaba, por fin, de la ontología, es decir el estudio del ser de las cosas en forma genérica. Quería saber acerca del mundo circundante, cuál era su funcionamiento, por qué era así,. Por qué, cuándo y cómo algo subía o bajaba. Se  bajó de aquel mundo lejano y difuso donde habían colocado la explicación de aquello que no tiene forma , ni peso, ni medida y se habían llevado a aquello que sí lo tenía. Afirmó que estas propiedades innatas estaban en el mismo objeto. Una piedra llevaba, en si y por esencia, el movimiento de caer.
            Continuó hablando de fuerzas esenciales, sustanciales,. Metafísica, pero ya no huía de nuestro mundo circundante. Hablaba, de otra manera, de energía propia del objeto que le llevaba a  ponerse en  movimiento y en ésta  nueva situación esencial, allí se mantenía. Dio, lo bien llamado, explicación causal suficiente, pues consiguió describir cómo funcionaba el mundo (estuviese o no equivocado). Poco tenía que ver con el futuro, pero es el primer científico que estudia directamente el mundo que le rodea dándole una explicación física y, con más importancia  el movimiento propio de los objetos.
            Si algo ha traído y ha supuesto la realización de estudios y teorías ha sido, sin duda, el movimiento. Sus razones, sus causas y sus formas. Si golpeamos una piedra  ésta se mueve y para cuando llega al suelo. Aristóteles, entonces pensó que el movimiento era un estado del cuerpo. Podía estar en movimiento o reposo y no calibraba ninguna otra relación.
            Así, como totalidad de situación y sin variabilidad llegaremos hasta Galileo, el cual haciendo experimentos y dejando caer objetos sobre planos vio que no era una cualidad total y esencial de los objetos, sino que se trataba de unas fuerzas físicas a la que estaban sometidos. Las cuales se podían estudiar, deducir y definir.
            Antes, por ejemplo, pensaban que los objetos caían según  fuera su peso, es decir, por razones propias formativas, cuanto mayor fuera , mayor era la velocidad, dentro de su cualidad cualitativa formativa que era la de caer. Era su esencia la que actuaba y ninguna otra fuerza más. Esto es algo absolutamente normal. Si no haces un experimento como el que realizó Galileo, los sentidos te engañan y te producen rápidamente esta conclusión. Pero no esta gran científico inserto en un momento histórico absolutamente dominado a todos los niveles, político, científico, social y demás por la Iglesia (y más en la Europa continental) tuvo que emigrar, esconderse y aceptar bajo pena su error comenzó la nueva experimentación.
            Puso dos objetos, bolas de plomo, de diferentes pesos, en un plano inclinado, en una bajadita y comprobó que la llegada al final era la misma, es más que la velocidad con la que aceleraban también. Este era uno de los primeros experimentos que después serían el modo de acción de las futuras generaciones. Con lo cual, puso en duda toda la física clásica.
                        Primero, discutía el modelo del movimiento Aristotélico y segundo, con sus observaciones con el nuevo artilugio que construyo, pequeño telescopio, al montar lentes y con el que pudo observar el movimiento de los astros, se atrevió a negar a las escrituras y afirmando que la tierra no era centro propio de la creación, del sistema solar, entonces como totalidad conocida.
            Era tanta la influencia que la iglesia tenía, que un Párroco protestante Polaco, Nicolás Copérnico, apenas unas decenas de año menos que Galileo, construyó una forma de explicar el movimiento de los planetas mucho más perfecta y acabada que la ya utilizada, la de Ptomoleo (Siglo II). La de  éste estaba llena de cálculos geométricos correctores imperfectos para justificar el geocentrismo. Copérnico, lo explico todo de una manera más sencilla situando al sol, heliocentrismo, en el centro sistema solar, lo que era una gran herejía. Cuenta la historia, que Copérnico, presa del miedo a la inquisición murió, sim publicar con su libro, De revulitione orbitum caeliste, entre las manos, sin publicar, su hogar.
            Galileo, fue, sin duda, la revolución personificada en la entrada del pensamiento moderno que después se extendería a otros ámbitos del pensamiento. Cierto es que el caldo de cultivo allí estaba pues coetáneo fue de él el considerado el primer Filosofo del modernismo, es decir Rene Descartes.
            Galileo utilizó la razón para hacer ciencia, al igual que Aristóteles, pero éste, además tocó el mundo que le rodeaba.. Descartes también fue el primero que trató de explicar la funcionalidad del pensamiento humano y un sistema de conocer partiendo de nuestra razón y capacidad de describir la verdad con ella. Fueron el principio de la superación de un mundo que estaba totalmente sometido a las escrituras, Platón y Aristóteles.
            Descartes partió de su pensamiento y trato de comprender como veíamos el mundo exterior y que posibilidades, teníamos y cómo podríamos conocerlo- Hasta él, nadie se preguntó en cuanto a nuestro conocimiento de la realidad que nos rodeaba.
            Pero, seamos justos y digamos que  la superación de los conocimientos anteriores, es inherente en cualquier campo de estudio,  y cualquier momento de él. La evolución siempre se construye sobre un estado anterior. Ahora bien, ir hacia adelante, es ya otra cuestión.
            Cierto es que los Griegos clásicos no realizaban experimentos, deducían de observaciones, pero ya huyeron de los mitos, Dioses Antropomórficos, para explicar el mundo y sin este paso Galileo no hubiese actuado así. Verdad es que Newton fue uno de los mayores científicos de la historia pues realizó unas leyes universales en diferentes campos que tenían una totalidad en su aplicación.
            El conocimiento humano y más la física es totalmente progresivo.
            Es bastante discutible que la Filosofía o el pensamiento humanístico vaya a más. Se acepta y se puede hacer, que pensamientos realizados hace miles de años estén más de acorde con nuestra esencia humana. Se dice que sí o se afirma que no. No es un conocimiento empírico, es el arte del acuerdo.
            Pero la física siempre da explicaciones verídicas con lo observado y aumenta nuestra capacidad de cálculo sobre éste.
            Cosa que no ocurre con la Filosofía.
            A saber hasta donde habrá llegado el conocimiento  del mundo que nos  rodea, de su funcionamiento y demás y a saber, también, si en filosofía, estaremos, otra vez, dentro de tres mil años educando a nuestros hijos con las notas que tomó Platón en las clases de Sócrates.