jueves, 24 de enero de 2013

OPTIMIZAR



Primero seamos técnicos.
Darle a cualquier elemento o acción su máxima utilidad, entendiendo esta como la puesta en práctica del objeto y acción en su mayor dimensión ya sea cualitativa, cuantitativa o temporal. Se sobreoptimiza las cosas encajándolas en su desarrollo con otros elementos o acciones, todos ya optimizados.
Pero vamos, también entiendo la fácil conclusión y el rápido entendimiento de la utilidad de la acción como hábito y costumbre.
Pero, sin embargo, esta idea no es barajada en casi ninguna conversación. No es un motivo de solución. No suscita reflexiones.
Es más, ahora aquella persona que aprovecha al máximo las cosas, que acaba todos los contenidos, que mantiene los utensilios hasta el final de su funcionamiento correcto, que sube por encima de las modas y no cambia sin exprimir la ya elegido, suele recibir otro tipo de calificativos, en línea despectiva, debido a la gran idea del exceso material como reflejo del éxito social.
Primero y como siempre, la coherencia  personal, debe ser, por definición, anterior a cualquier otro objetivo.
Y segundo y quizás más importante, las reservas son limitadas, ya sea por la cantidad propia del elemento o por tu capacidad de conseguirla.
Debemos tener un cambio mental en este asunto.
Menos de todo y los mismo resultados.
Es una función, proposición, elemento matemático puro y duro.
Pero si nos queremos a la mentira que tanto necesitamos, es decir, la abstracción de la realidad, nos dará, sin duda, un mayor orden mental y felicidad al no estar máximamente encadenado a las necesidades materiales y aumentar nuestra libertad personal.
Optimicemos y tratémoslo, no como característica personal, sino como elemento nemotécnico y metodológico eficiente y correcto.



sábado, 19 de enero de 2013

EL MERCADO (BORRADOR A CORREGIR CON Y EN EL TIEMPO)



I.
            En la naturaleza propia, en la experiencia y en el compendio teórico, me cobijo al afirmar que el medio de funcionamiento más óptimo entre los seres humanos es – aunque me duela ya sólo pronunciar su nombre por la utilización actual, el mercado.
            Pero este concepto tiene formas diferentes que no se contemplan en la actualidad pero que son en su esencia lo mismo.
            Nacemos buenos, sin duda, pero nos malformamos y corrompemos por las necesidades y situaciones propias de la construcción actual. El problema no está en su naturaleza sino en su nefasta utilización.
            Esta estructura tiene como primera característica y peor defecto su autonomía y autocontrol propio.
            No es el género humano quién toma las decisiones pues es el mercado, actuando sin intencionalidad pero sin control donde se producen. Es la personificación de una entidad material.
            Somos peces en el rio, que le damos vida pero no controlamos en absoluto las aguas y su caudal.
            Y con esto, entiendo, que aun así hay medidas para darle una forma justa, controlada, personal y no alienable.

II.  LOS LIMITES DE BENEFICIOS.

            Ahí va.
            Sin más liquidez constructiva que muchos otros, hay varios cientos o miles de personas que ganan en un año, cada uno de ellas, la suma de varios cientos o miles, todos juntos, que ganarán en toda su vida.
            Esto, no es justo o injusto, inmoral o moral, es un defecto de funcionamiento de un sistema correcto.
            El mercado, en su funcionamiento óptimo, debe de marcar las diferencias en función de varios factores, como serían, digamos, la venta del producto y otros. Esto hará que la buena labor y el esfuerzo primen. Más trabajo, más dinero.
            Pero démosle una inteligibilidad y coherencia. Humanicemos el mercado y no nos dejemos arrastrar por sus formas. Pongamos límites a las ganancias y no convivamos con monstruosidades.
            Ciertamente no sólo hago alusiones humanitarias, sino también una parte operante tal y como que aquellos beneficios que estuviesen ya por encima de los beneficios estipulados, fueran invertidos en la propia empresa. Ésta se ampliaría y daría más trabajo.
            No dejemos que el mercado nos devore y acabe merendándonos.
            Démosle y pongámosle límites y control.
            Algunos manejan cifras que lo único que hacen es pudrir su vida y llenar de violencia y envidia a otros.

III. LA COLECTIVIZACIÓN Y EL MERCADO

            Dentro de la competitividad propia del mercado, repartir los beneficios entre los propios productores.
            No hablo de centralización de la producción, no de un planteamiento estatal de ello.
            El estado compraría la empresa a su legítimo dueño y tras esto la pondría en las manos de los trabajadores cuyos beneficios, de la empresa, se dividiría entre los trabajadores, una mitad, y  la otra hasta pagar la compra y el préstamo  hecho por el estado.
            De nuevo no sé hasta cuanto es una ilusión por las cifras que manejamos, pero sí, en el caso en que fuera viable sería un elemento de justicia social y un aumento de la propia productividad por la propia integración e interés del trabajador en su papel y función, pues ya será su empresa y disfrutara o sufrirá el aumento o disminución del montante. Hay ejemplos actuales de este modo de operar (cooperativas alimentarias)

IV. CONCLUSIÓN

            El mercado debe de existir.
            Todo el poder económico no puede estar en manos de los individuos y nuestra corrupción posible.
            La ambición, el poder y la riqueza (poder estatal) ensucian cualquier corazón y corrompen el alma.
            La libre competitividad del mercado es sinónimo de creación y calidad.
            El mercado es una fuerza productiva de por sí, bienintencionado.
            El problema reside en su falta de control.
            Si no lo conducimos y dominamos  nuestra naturaleza es pequeña y débil para salir de sus trampas inherentes.

SENTIR Y ESCRIBIR



            Cuando siento que el mundo me devora, siempre me cabe refugiarme en los dedos de mis manos con un lápiz entre ellos.
            Componer con palabras me consuela.
            La belleza del escrito me sana.
            La intimidad expresada me fortalece.
            El mundo que me rodea pasa en ocasiones por encima de mis huesos y borra, rompe, muchos de mis tesoros.
            Pero siempre tendré la escritura. Jamás nadie me quitará expresarme, buscando la belleza, los sentimientos de mi corazón.
            En el momento de fortaleza me atrevo y hago filosofía sobre la realidad, en los momentos de enfado e indignación, opino y sobre todo en los momentos de tristeza me consuelo, buscando la belleza escondida entre los verbos y demás que pululan entorno a mi lápiz.
            Un centímetro más grande tengo el corazón tras escribir.
            Liberar mis sentimientos me consuela.
            Haciendo odas al mundo me lleno de humildad en mi persona y misericordia hacia el mundo.
            El escribir, las palabras son demasiado grandes para competir con ellas.
            Me dejo arrastras y disfruto en sus manos.
            “Y a media noche suspiros de amor me despertaron, abrí los ojos la vi y comprendí que no fueron los suyos sino los míos
            Y a la mañana, vítores de felicidad resonaban a su lado y buscándolos en su boca, supe que era mi corazón quien los cantaba
            Y al acostarme la tranquilidad me invadía y buscándola en mi alma sentí que estaba entre mis dedos, en la mano con la que nos cogíamos” 

viernes, 11 de enero de 2013

CRÍTICAS EN/DE/A ESPAÑA



TEMPORALIZACIONES

            Hay situaciones constitutivas de la realidad, regladas, legisladas y en este caso, temporalizadas que son unas barbaridades.
            Me parece obvio y manifiesto este error del sistema en el cual se acepta, comprende y permite que los representantes elegidos con el fin de la igualdad y solidaridad para todos y entre todos  los ciudadanos, le hagan bastante poco caso a este motivo de actuación.
            El trabajador, asalariado y con nómina, como ellos, tiene tres días de vacaciones en todas las Navidades, 25 diciembre y 1 y 6 Enero.
            Y aquellos a los que votamos y pagamos  depositando en ellos nuestra confianza en la construcción de una sociedad mas justa e igual, se toman , cogen o permiten todo el mes de Enero de vacaciones y se pasan por el forro de allí donde duele la supuesta igualdad.
            La tranquilidad con la que hacen y justifican este acto, es sublime e impresionante.
            Pero lo mas preocupante es que ésta minoría a nivel social lo pueda seguir haciendo.
            La vergüenza en su trabajo ha desaparecido.
            Aquellos que la tuvieron, yo no los conocí.
            Aquellos que la tienen,  pocos  son.
            Que no se les olvide y no se nos olvide que no son autónomos  viviendo de sus negocios, sino que trabajan para los que les pagamos, es decir, los habitantes de aquella organización estatal propia, en éste caso  en España, es decir, la mía.

VARIACIONES

            Cuando escucho, leo, veo, a los diferentes medios de comunicación dando información sobre declaraciones de políticos y otras entidades públicas, encuentro confusión, siento paradojas y me digo o creo en el error o alguien me está engañando.
            No es posible que aplicando una visión aséptica a las horas de describir los acontecimientos se pueda tener tanta diferencia en lo que se dice y lo que se ve.
            Las intenciones del protagonista de la acción, suscitan contradicciones al describirla. Que dijo blanco ciertamente, que dijo negro con sinceridad o que no nombró ningún color intencionadamente. Esto me dicen y con ello naufrago buscando la verdad.
            Entonces, ¿son los intereses e ideas propia las que malforman la realidad?, ¿son las malas intenciones las que manipulan los hechos?, ¿es nuestra ignorancia e incapacidad de juicio?
            Es, a mas no poder, una temática actual a resolver. En esta sociedad la verdad te hace pobre y la mentira te da dinero y poder. Y  a los hechos me remito. Esto no es necesario pero sí usual.
            Quien no me crea es que no vive  en algún lugar del mundo occidental, que yo conozco y vivo y como en él.

jueves, 3 de enero de 2013

CONVERSACIONES


            


Aristóteles, a lo lejos, observaba a Galileo  colocar las bolas en las rampas dejándolas caer, recogiéndolas y tomando anotaciones preguntándose cómo podía actuar así para comprender a la naturaleza y su movimiento propio, mientras éste, galileo, volvía la cabeza atrás y pensaba que cuanto talento se desperdiciaba por no tocar la realidad material y estudiar sus mecanismos.
            Al verle, Galileo, dejó sus experimentos y se acercó a Aristóteles. Los dos volvieron, andando el camino ya hecho, hablando, especulando, dialogando, corrigiéndose y sobre todo, disfrutando mucho ambos.
            Así, Galileo golpeó iba goleando piedras con su pie por el camino hasta que alzó la vista -Aristóteles era alto y delgado y él, Galileo era bajito y corpulento y le dijo:
-          Amigo, padre de la ciencia, mente privilegiada, fíjate en la trayectoria y la distancia ¡cambian con el golpe!
Aristóteles. Subiendo las manos le dijo:
-          Mi más que amigo, genio incansable, monstruo de la física, observa como todas las piedras caen igual,  pues tienen un movimiento propio por su naturaleza.
El camino hacia la posada era largo y lo disfrutaban mucho conversando desde sus antinomias.
Llegaron al lugar, a la posada y se sentaron en la mesa central iluminada por las enormes llamas de la chimenea.
El pelo largo, flácido y blanco de Aristóteles le caía suavemente por los hombros y con los antebrazos apoyados en la mesa y la túnica sobre las rodillas, miraba y escuchaba con interés a Galileo, el cual moviendo y trazado figuras con las manos y por el aire, se tocaba los rizos de su cabello, casi rojos, que salían y escapaban hacia todos los lugares.
-          Aristóteles, compañero, concéntrate en lo que te cuento y es que independientemente del peso ¡caían igual! Pruébalo y veras, ¡pon las bolas en las rampas!
-          Galileo, maestro, no toques a la  naturaleza para comprenderla, es su esencia lo que impera, así, tú y yo, en esta mesa y observando por la ventana, utilizando nuestra razón podríamos explicarlo todo.
Entonces, y a la par de sus comentarios, unas risas se hicieron audibles. Venían de otro caballero, cubierto, en la mesa de al lado.
-          Buen comentario, dijo.
Y galileo comentó
-          Venga a dialogar con nosotros, señor.
Ésta se quitó la capa y los dos se quedaron desconcertados al ver que el vestido de un hombre escondía el cuerpo de una bella mujer. Vestía una ligera, blanca y ceñida camisa a la altura de la cintura con unos pantalones rectos de hombre.
Siguieron hablando, haciendo ciencia, discutiendo sobre la naturaleza, los experimentos, la observación, todo siguió igual menos la mirada, que cambió de tono y lugar. Llegaron las sonrisas y se acabaron los vasos de vino.
            En la barra habían dos personas más, ocultas, discretas y observando la escena.
-          ¡Oh,oh!, sólo la voluntad les sacara del placer físico y los conducirá correctamente, dijo Zenón.
-          ¿Qué?, la voluntad ¿de qué?, sonrió Nietzsche mientras le contestaba.