jueves, 12 de junio de 2014

EL PENSAMIENTO ESPECULATIVO

A finales del siglo XIX y durante el siglo XX, la Filosofía, toma parte del grito existencial buscando un por qué y cómo, una razón de ser y no una descripción, ya sea Ontológica, Gnoseológica, Ética, Teológica, Estética y demás.
Si nos trasladamos siglos, milenios atrás, la Filosofa tiene pocas similitudes con la actual.
Me parece un acto retorico de generalización temática, hablar de una entidad formalizada buscando una unidad de intenciones, es decir, el utilizar la palabra filosofía como sustantivo. Entiendo que sería más correcto definir la acción (acto de pensar sobre entidades abstractas) que la entidad que forme..
Este acto de pensar sobre entidades abstractas, ha sido en la mayor cantidad de ellas, un acto explicativo y no significativo.
Actualmente siento un enorme placer al ojear la metafísica Aristotélica, fundamentalmente por la delicadeza y necesidad de sus razonamientos, pero a nivel personal no me soluciona nada a  mi propia comprensión como entidad pensante.
A medida que el ser humano dejó de mirar al exterior y empezó a mirarse así mismo, vino el vuelco y la caída al vacío, al no tener nada sobre lo que apoyar nuestra alma.
Actualmente sólo tendrían un punto de validez aquellos escritos que narrasen situaciones intimas, razonadas y trabajadas, desde nuestra individualidad, buscando la comprensión colectiva y la convergencia de intereses, sensaciones y motivos.
No se necesita estudiar el giro Copernicano Kantiano para comprender que la construcción propia del mundo como tal, la realiza nuestro pensamiento.
El pensamiento sobre nuestra persona como experiencia de ella y como descriptivo del genero humano, alcanza una doble dificultad ante su falta total de objetividad colectiva.
La vida no se coge con las manos y cada uno se la viste como le gusta, puede o le llegan los dineros.
Sea que, quizás, la reflexión del siglo XXI deba de describir de manera estructurada, conclusiva, clara, teológica, sensible y sentida de las experiencias personales pero con un fin didáctico y constructivo.
Pensar desde la soledad es un acto peligroso si crees en tus conclusiones.
Compartir estas conclusiones directas y primeras tuyas, le darán validez comprobada, significado ampliado, y la tranquilidad de compartir inquietudes.
El alejamiento intimo e intelectual, es claramente palpable en nuestra actualidad.
Entendamos a la Filosofía cono un pensamiento cuya finalidad y aplicabilidad sea la de compartir y provocar la unión precisamente ante las dudas que tenemos de y sobre nosotros mismos.







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