miércoles, 9 de agosto de 2017

LA TECNOLOGÍA DE LA FELICIDAD (I-V)



LA TECNOLOGÍA DE LA FELICIDAD

I


La esencia del ser humano no existe, no tenemos fin ni motivo ni destino.
Somos una construcción accidental que tiene una operatividad correcta que puede ser buscada como elemento resolutivo.
Es la Tecnología de la Felicidad
El orden total y trascendente no existe, no hay una relación esencial de cada una de las partes de la totalidad.
Pero si que existen ordenes puntuales, reales y operativos que actúan como marco del desarrollo humano correcto.
De manera aséptica a toda tendencia irracional, siempre es posible construir un orden resolutivo en cualquier tipo de relación entre los individuos.
El moverse en la abstracción sustancial, con todas sus conclusiones, debe y tiene que ser tomado y comprendido como un acto placentero, no más, sin ninguna repercusión a nivel funcional, solo operativo en la educación de las personas.
No tienes que ser feliz directamente, por haber descubierto tu esencia, o voy más, la de la humanidad en general.
Pero y sin embargo, si aplicamos una técnica de disfrute y abstinencia, si que podemos alcanzar momentos álgidos de felicidad y comodidad.
El Arte del pensamiento, se queda en la belleza contemplativa o en la preparación del individuo.
Es el pensamiento operativo el importante, en el cual, los conceptos abstractos no actúan. El reparto justo, no implica el supuesto conocimiento de la justicia como entidad.
No quiero saber qué soy, sino, cómo ser feliz, que ni es lo mismo, ni es igual.
Las discusiones sobre el sistema operativo político para el funcionamiento social,son dictadas según unos principios partidistas que actúan sobre todos los elementos relativos a la persona que vive allí.
Este grupo de decisiones pretende ser la conclusión de una abstracción basada en el correcto funcionamiento social. Mentira. No hay ningún sistema operativo que exista como tal verdad.
El orden teleologico-esencial no existe, lo que hay, es tras un acuerdo, debate, dialogo, un orden establecido, concreto, puntual a susodicha situación.
 Es tecnología de la felicidad.


II


Vivo bajo techo techo de la Filosofía.
Me ducho en sus ideas cada mañana que me levante.
Compito constantemente en la comprensión de sus proposiciones.
¡Me gusta!, ¡la disfruto!, me forma y me construye, sí.
Pero no me equivoco cuando me entiendo y veo que la filosofía no tiene ninguna utilidad para optimizar ningún ejercicio práctico humano.
Es un camino propio de realización y no un mecanismo globalizante de Felicidad.
Es decir, mi búsqueda de las esencias queda, no más, con la introspección de la única y exclusiva existencia abstracta, que es mi propia consciencia. Todos los demás intentos de generalización en modo de abstracciones no son funcionales, sino más bien, ansias de totalidad.
Mas que me pese, me arrastro por un amplio materialismo, empirismo y funcionalidad en las concreciones de los actos a nivel social.
La operatividad, sea cual fuera sujeta bajo unos principios básicos – me conformo con igualdad, fraternidad y libertad- no tiene más base existencial que el movimiento optimo del conjunto social.
Por inducción llegares a los principios primeros de funcionamiento y su posterior construcción correcta.
Es una inutilidad funcional, debatir, sobre cual es el lugar al que debe de ir la humanidad.
Discusiones, malformaciones, abstracciones, principios, valores, irreconcializaciones, irresolubles. Estos son algunos de los Adjetivos y Sustantivos que en el camino aparecerían.
La formación del sistema debe de partir sin prejuicios constructivos.
Las únicas condiciones serian la libertad, la fraternidad e igualdad.
La forma resultante, de este movimiento, sin fin pero con condiciones, será incalculable.
La sociedad actual debido a estas - supuestamente bien deducidas ideas formadoras- encasilla y estanca la libertad y movimiento del sujeto.
Esas supuestas verdades concluidas, encadenan los movimientos propios de los sujetos en su capacidad de exponer sus opiniones.
Los caminos ya están elegidos, las elecciones ya están determinadas.

- ¡Mis ganas de ver a los actuales dirigentes de todos los países con la perspectiva de solucionar el problema absolutamente circunstanciado y definido y no de insertar el asunto en un movimiento abstracto que complica o imposibilita su resolución! - me dijo aquel, en el café, tras beberse la última cerveza de la tarde.



III


No medimos más que una forma minúscula de la importancia de este dato.
Es un hecho absolutamente necesario e indispensable para atisbar cualquier camino de continuidad.
Cuando hablamos de ella, aludimos a su importancia operacional y otras cuestiones mínimas en el desarrollo social. Los dolorosamente poderosos, dan Barroquismo a todos los acontecimientos educativos pero, tal es su importancia, que nunca hacen suficientes medidas propulsoras.
Se gastan folios y folios en discursos que no hacen más que despeinar la melena del león.
La educación no es un elemento decorativo o funcional, la educación es la esencia de la existencia de cualquier sistema.
Nuestra ignorancia, nos arrastra, siguiendo a los que vociferan, por el ejercicio deductivo en el que buscan supuestos estados de felicidad, que no existen. Los sistemas deductivos que acaban en sistemas ideales, son abstracciones que no tienen ninguna aplicación real.
Lo que sí que existe es la correcta actuación en el momento oportuno, y éste es el camino de la educación, es decir, nos tiene que dar a todo individuo la capacidad para decidir, teniendo y manejando datos objetivos, el futuro cercano.
Hagamos una acción inductiva y retrocedamos, de lo actual a sus principios formadores.
Y, la educación es el único mecanismo para la convivencia de los grupos sociales.
La capacidad de autodecisión de los sujetos proporcionada por el conocimiento de los hechos es el único camino de la correcta solución.
Debe de decidir el ciudadano o individuo preparado y educado, y no aquellas personas que ahora saben y quieren y nos llevan, por nuestra carcomida ignorancia, allá a donde consideran, ellos, necesario
No hay plan, ni adjetivo, ni destino, lo que hay son unos individuos preparados para ir andando el camino, vaya donde fuese.





IV


Patéticos me parecen, todos aquellos intentos de definir La Felicidad como un hecho objetivo, esencial, estático.
¡Todos hemos tenido un momento de felicidad!
¡todos nos hemos bañado por un momento en el rio de La Felicidad!
Pero, no para, es un delirio de emociones que no tiene ningún momento de estaticidad que se pueda dibujar, delimitar, concluir.
¿De qué nos vale saber el recorrido del rio hasta allá donde nos llegaran nuestros, siempre limitados, ojos, si nuestro barco se rompe en el rugir de los improvistos de las siempre injustas aguas del rio de la vida?
De nada.
Sólo cuenta en el estado estético de La Felicidad, el barco con el que navegues, independientemente de allá a donde lleva el rio que jamás llegaras a su final.
Es decir, el orden esencial y metafísico como elemento de búsqueda de las realidades operativas propias de nuestro actuar, es inútil.
La felicidad, siquiera en su práctica, tiene ningún aspecto igual en todos aquellos que disfrutan de ella. Movimiento y más movimiento.
La manera resolutoria del asunto será un orden correcto constructivo.
Orden, siempre orden, que es el mejor de los instrumento para llegar a una siempre ansiada pero nunca conseguida, justicia total.
En la puesta en practica de cualquier orden se produce el encontronazo entre el individuo y la totalidad.
Y aquí aterriza el problema máximo, pues ¿tendré que renunciar a parte de mi libertad por el bien del conjunto?

  • Sí, hombre – tengamos un comportamiento cívico.
  • No compañero, te hablo de una formalización de los problemas en los cuales el individuo desaparezca y vengan y entren, las variables constructivas. Es decir, es la resolución de los problemas entre países, comunidades e individuos olvidándonos, en todo momento, de aquellos sujetos que son representados por aquellas variables y actuamos con ellos como si tuviesen entidad propia y no mojama cargada de historia que siempre deja olores y aromas en las manos.
  • ¿Eres consciente del mal que trae la prioridad máxima de los ordenes?
  • Sí, sí – le contestó algo irritado a sabiendas de las verdad de sus palabras – pero me da lo mismo, me la juego y te lo digo, mis ganas que hubiera un orden constitutivo a nivel mundial que limitara mi libertad pero que diera más estabilidad para realización propia e individual.
  • En España ya tenemos unas leyes que se encargan de eso ¿No?
  • No, te hablo del desapego a todo estado estético, moral y propio a la hora de construir cualquier nueva circunstancia.
  • Es decir ¿cambiar la dirección de la flecha constructiva, tratando de olvidarnos de aquello que, supuestamente, somos concluyendo con lo que debemos hacer y comenzar a construir, sistemas estables, independientemente del contenido de las variables que lo ocupen?
  • Sí, eso barrunto, amic.


V



Parécese que no, pero son elementos posibles de cambiar sin cambio esencial del sistema operativo.
Las estructuras continuarían funcionando, pero que nuestra calidad de vida sería mejor.

¿Cómo?, fácil y directamente, con la prohibición de cualquier tipo de publicidad de masas.

Primero: la publicidad de masas implica poder decisorio y manipulador del funcionamiento correcto y limpio del mercado. La publicidad deforma hacia ilusiones ficticias,- elementos configuradores de una supuesta felicidad - el funcionamiento y discurrir de las totalidades. El dinero, en su abundancia y particularización , pasa a ser el elemento evolutivo social.
Si se redujera la publicidad sólo al lugar allá donde el individuo fuera a buscarla, es decir, voluntariamente, voy a leerla, verla, tocarla a oírla. La decisión seria más justa y correcta. Sería la calidad del producto la causa de definición.
Podríamos ir, digamos, al supermercado y sin más allá de poco tiempo de acudir allí, podrías conocer y saber, los productos, alimentos o cualquier elemento, si era bueno y, sobretodo, te convenciese. La publicidad de masas, los massmedia, no tienen una naturaleza necesaria en el funcionamiento del mercado.
Igualdad en las posibilidades de publicidad, igualdad de elección, más selección, más calidad.

Segundo: El sujeto, el individuo, el ciudadano, vive, vivimos, vivo, bombardeados con una suprema repetición de información que desvía nuestro ritmo operativo. Es decir, siempre tenemos un exceso informativo en cualquier tipo de operación social, que desvía nuestra atención y configura nuestro tiempo. Oír un programa de radio, viene con un ritmo configurado por un numero de bloques publicitarios, la televisión dificulta la concentración en cualesquier programa por los bloques publicitarios, cualquier viaje por la ciudad esta cargado, en 20 minutos, al menos,de doscientos mensajes publicitarios. Al recibirlos, has descifrar, entenderlos, situarlos, calibrar, asumir y otras operaciones automáticas. Sólo y digamos esas operaciones, pues hay más, que tu cabeza o la mía realiza obligadamente, por haber visto es botella de refresco al pasar, multiplicado por muchas cientos de oportunidades, produce estrés o fatiga mental.


Si que hay elementos razonados, concluyentes, acabados que, salen de los principios propio del sistema en su búsqueda resolutiva, pero actúan en función de lo que hay y de lo que, en estos momentos, somos.


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