martes, 16 de enero de 2018

La escalera automática hacia la Felicidad.


“Es el hecho más sencillo y llevadero para escribir.
Te lleva a las corrientes de sentimientos existencialistas y profundos, que realizados en frases subordinadas, dibujan, con arte y sentimiento, la angustia ante la dificultad de la vida.
Es el descanso de la imposibilidad e incapacidad de resolución.
Es la perdición compartida ante un destino ya dibujado e interpretado como fin para la felicidad y realización.
Es más complicado coger el otro camino.
Buscar razones y movimientos propios del mismo sujeto que le produzcan un auge sobre todo el supuesto destino infalible que la realidad externa me ofrezca, imponga o seduzca.
Es bastante más difícil pensar en caminos de realización que retozarse en la imposibilidad de los ya impuestos.
En la bifurcación surge con fuerza, el mismo, único y real sujeto. Se impone como única verdad en el acto del destino.
Dados unas circunstancias, experiencias, conocimientos, ejemplos externos, ¿es el sujeto el que crea, construye, descubre el camino hacia la realización o la felicidad estará allá donde llevamos miles de años escarbando?
De la falta de conocimientos de los pensamiento de la gente que nos rodea surge nuestro individualismo. Esto es un hecho, conocer los primeros principios y razones de los sujetos con los que interaccionamos, que hoy es imposible. Con la imposibilidad de compartir nuestro primer elemento formador, es decir, nuestros pensamientos, la individualidad será ineludible.”


- ¡Angustia! - No – dijo Andrés, creatividad ¡no hay ninguna estructura exterior que encadena nuestra capacidad de realización allá´donde queramos!, mucha razón tiene este autor - ¿Alberto Barata?, me has dicho?- es el sujeto el que debe de ser capaz de auto imponerse y aceptar que nuestra pequeñez no es por estar sujeta a una realidad englobadora, que marcará nuestros objetivos. Somos unas pequeñeces, pero nosotros en y el todo. Las posibilidades que yo elijo vivir, siempre que estén dentro de la legalidad, tienen absolutamente la misma validez y están a la misma distancia de la verdad que cualquier otra opción. La felicidad está en belleza, arte, y realización de encontrarte.
- Andrés, siempre suponiendo que tengas los dineros como para comer y pagar la luz de tu casa- le dijo sonriendo Antonio. Los ideales mueren en ocasiones dentro de las necesidades.
- Vivo mirando al cielo, pero con los pies en el suelo, amigo. Está claro que hablaré para un tanto por cien de la humanidad, pero bastante más alto seria la felicidad en el caso que las masas se calmaran y los individuos tuviesen una mayor capacidad de elección y decisión personal sobre ellos y sus actos. Mayor felicidad para estos y mayores, seguro, posibilidades de la mejora de los demás.
- Andrés, me quito el gorro hacia tus pensamientos – le dijo Antonio, sonriendo siempre, muy formalmente pero agradable y cierto- pero hablas, y creetelo ya, de la imposibilidad.
- Antonio – le dijo Andrés elevando sus hombros y moviendo, en su frente, sus manos abiertas de un lado para otro -te voy a decir un secreto – volvió a acercarse – la capacidad de soñar es una virtud y un regalo, amigo.
Los dos rieron.

Antonio estaba a un paso de coger la escalera automática, con Andrés, que te sube al segundo piso en los grandes almacenes de la vida.