miércoles, 31 de julio de 2024

Albert Eisntein y Charles Chaplin, paseando por el Hemiciclo.

 

Albert Einstein y Charles Chaplin, paseando por el Hemiciclo.

 

Paseando por el corredor superior y escuchando el debate, Charles Chaplin le comenta a Albert Einstein – grandes amigos, que le parecía cómico el espectáculo que daban estos dos personajes y le costaba encontrar solución al asunto de que todos y cada cual de ellos describía y expresaba con pasión, una visión absolutamente diferente de la misma realidad. Einstein, magnifico científico con una mente privilegiada, le comentaba

                – Amigo Charles, el mundo y su verdad, se limita y se conforma según y desde los datos que utilices para buscarla. El mundo no es más que el reflejo de tus conocimientos.

Charles se quedó pensativo…

- De acuerdo, Albert, pero ¿Qué datos no comparten estos dos personajes?, viven la misma realidad.

 Einstein giró la cabeza y sonriendo en voz baja le dijo

                – Amigo, la deformación de los datos es total cuando se entienden y se ven bajo unos principios doctrinales propios que conforman su entidad ontológica.

- Total, entre sonrisas – Charles también era un hombre muy inteligente dijo- que la igualdad de la conversación es casi imposible, al menos aquí, pues son incapaces de salir de su mundo mal formado por sus principios - comentó mientras la faz de su rosto se ensombreció ligeramente

– sí, así es, piensa, amigo que el mundo que ves y que comprendes está conformado hasta allá donde llegan tus datos y conocimientos.

 Con cara de curiosidad Charles preguntó…¿solución?..

-          mira, amigo, es más fácil comprender y aprender la concepción geométrica curva del espacio de la realidad física que la torpeza de estos hombres a no entender que la verdad no está en sus manos…que  sepan y afirmen que no es más que una construcción propia de la realidad. Amigo, la verdad no existe…solo nos debemos de mover con los bien intencionados acuerdos.

Siguieron paseando por el corredor superior del hemiciclo, viendo como la conversación oral de sordos continuaba.

- Einstein, voy a hacer una película sobre estos individuos…haré que el público se ría

Con una gran sonrisa ambos, continuaron deambulando su camino por el corredor, allá, en el último piso del hemiciclo.


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