Claro, el asunto está en tomar como posible aquello que no es así.
Es decir, la insatisfacción vital se compone de un ansia ante no tener lo deseado, cuando esto, lo deseado, no es una realidad formativa.
Calificamos como negativo algo que no lo es pues sólo tiene una dimensión y por tanto no se subdivide en bueno o malo.
No esperemos más de lo que hay.
El aceptar las circunstancias formadoras y constitutivas es necesario.
Soñar es bueno, pero es un error hacer sobre lo imposible.
Entiendo que se puede llevar una buena vida teniendo un alto grado de satisfacción material, bienestar circundante y una gran dosis de inconsciencia.
Sin ella, la inconsciencia, una gran tranquilidad emocional no es posible o al menos muy difícil.
No son pensamientos pesimistas ni trágicos, pues el asumir la dimensión formadora y esencial de la vida nos puede llevar a la consciente tranquilidad.
El aceptar la realidad, nos hace libres.
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