El error es necesario.
Sin él nada tendría sentido y es la
explicación de nuestra existencia.
Con o sin la participación divina, la espina
dorsal de la explicación esencial como seres humanos es la libertad, pues sin
ella no somos nada. Y la libertad es producto de la existencia del error. Si no
tuviésemos posibilidad de equivocarnos no tendríamos posibilidad de elegir pues
toda acción seria correcta y consecuentemente no actuaríamos libremente.
Cuando hacemos, nuestros movimientos, se encuentran con
errores. Estos hay que aceptarlos pues son parte inherente del proceso. Son
reflejos de nuestra libertad.
Si somos la culminación del desarrollo del Cosmos, la
autoconciencia, la superación del mecanismo y la libertad, el error es, por
tanto, elemento constructivo y explicativo de esta realidad.
Si es Dios, el creador de la Humanidad, su Omnipotencia solo
deja cabida a la libertad para llegar a El, y encontrar, entonces, el sentido
de la vida.
Un camino u otro me lleva a aceptar con plenitud y sabiduría mis errores
siempre entendiéndolos como un medio de superación y aprendizaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario