.
La ruptura con la formación habitual
que se aplica con generalidad tiene que cambiar radicalmente.
Tratamos de formar especialistas
tremendos y se olvida con asiduidad enseñar a pensar y a educarlos
para ello.
La formación de seres humanos en toda
su dimensión primera, se pone en segundo lugar, tras la adquisición
de determinados conocimientos puntualizados.
El objetivo no es obtener jóvenes,
ellos y ellas, con una madurez y capacidad de actuar, sino que se
sepan de memoria todos los ríos principales del país.
Me pongo a dividir y a multiplicar
buscando las formas y maneras de hacerlo, y caigo en el túnel de
las confusiones ante que asignaturas valen, o cuales o cómo o
cuales habría que introducir.
El estudio y tratamiento sería largo y
costoso, pero posible.
Es posible ordenar un sistema didáctico
en el cual se busquen de manera palpable y visible otros objetivos a
los actuales.
Técnica y especialización, sí,
mucha, pero al final, sobre gente culta y formada.
Y con la consecución de este
razonamiento, viene su imposibilidad, sin cambio de la actualidad.
Para llevar a acabo la correcta
educación de las personas, se debía de alargar las años que son
por obligación aquí, en, en mi caso, España.
Esto traería, sin la más ni menos
duda, una mejoría en todos los sentidos.
Pero, como comentaba antes, la
necesidad de trabajo de los jóvenes en unas casas o la insuficiencia estatal para
ello, hacen en estos momentos difícil el asunto.
Aun así, la solución y salida es la
educación, pero ademas, volteando la que se da y se ofrece en estos
momentos.
En primer lugar, los grupos, ordenes y
temporalizaciones cambiarían.
Primero, formación física y, en mi
caso, un gran control y dominio del Español, en una segunda etapa,
Matemáticas, Física, Historia e Idiomas, en el tercero, la primera
especialización general, Ciencia o Humanidades y el cuarto nivel,
las especializaciones especificas.
A bote pronto, y lleno de correcciones,
ésta podría ser la dinámica.
Pero y aquí viene la conclusión, todo
buscaría el nivel alto de cultura de los estudiantes. Y después, su
punto de aplicación personal.
Una sociedad supertécnica, está
condenada al aburrimiento.
Es la despersonificación y la perdida
de identidad formativa.
Se pierden en su especialización cuando salen de ella.
La amplitud de horizontes y el progreso
implica una mente abierta y versátil.
No tiene sentido saber una enormidad de
algo puntual y perderte en trocitos pequeños de todo lo demás.
La ignorancia aumente si el saber
inmenso se acota en pequeños campos.
Fiel creyente en la educación correcta
de los ciudadanos como tal y cultos, es la solución a todos los
problemas sociales.
Es más, voy más lejos y pienso que no
hay sistema como tal solucionable, es decir no hay estructura que sin
la absoluta y sincera colaboración de los ciudadanos pueda
funcionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario