miércoles, 25 de mayo de 2016
Discursos vespertinos (III)
Llena estaba la plaza.
La emoción suscitada entre los espectadores y oyentes iba atrayendo a más gente.
Expectantes allí estaban.
Pero, la tarde pasaba y el solitario orador no aparecía.
Desde el portal arqueado de la vieja casa aristócrata del pueblo, entre comentarios triunfales, allí estaban la esposa del ya fallecido alcalde, Fidela, la mujer del también ya fallecido carnicero del pueblo, Pura y la ultima aristócrata, la mujer del ultimo ya fallecido, terrateniente. La edad e historia las mantenía unidas.
- Por fin se debe de haber dado cuenta de sus tonterías - dijo, Fidela, moviendo despacito y realizando gestos de afirmación con la cabeza.
- Habrá averiguado que la gente viene aquí mas por el espectáculo que por lo que nos dice - giró sonriendo y diciéndole esto a Fidela, Pura.
Se rieron manifestando una profunda y gran ironía.
- Bueno, sigue habiendo mucha gente, igual esto le hace salir - añadió Carmela.
Pura y Fidela se miraron. Pese a la amistad sin solución por ser las últimas, siempre habían mirado y entendido a Carmela desde la inocencia de ella.
Justo, a la par, las tres inclinaron la tazita de las hiervas.
Se habían traído, por fin, una pequeñas sillas plegables retro, de colores pastel y flores estampadas, a juego con sus modernos cortes de pelo.
- ¿Qué pasará? - preguntó David- ¿donde quedará nuestra conversación nocturna de la semana sin sus comentarios? - tenia el pelo liso y mientras comentaba esto se acariciaba el pelo pasando sus manos de arriba a abajo.
Los tres neohippies, que subían desde la cercana ciudad a oírle, se encontraban preocupados y desencantados.
- Es un hombre, tal y como tú y yo - continuó Gloria- también tendrá días con más clarividencia.
- O como tal - continuó Pedro - habrá días que no tendrá ganas.
Lo de la persona dentro de la normalidad le chirrió en los oidos de sus compañeros.
Todos tenían sus ojos puestos en la calle que desembocaba en la plaza del pueblo.
A lo lejos, como la última ola en la ya perdida playa, comenzó a dislumbrarse su figura.
- Mira, mira, ya viene.
El pelo lo llevaba más flácido que nunca y sus pasos iban al ritmo del camino de las desgracias. No llevaba la cabeza tapada y los hombros iban desnudos pues llevaba una túnica que le tapaba el pecho hasta cintura.
Estaba muy lejos para verlos, pero todo el mundo querían que tuviera ojos claros y limpios.
Tardó el doble en llegar allá donde siempre comenzaba sus solitarias meditaciones.
La verdad de hombre sin nada que perder.
Todos esperaban el comienzo del discurso.
Esta vez se fue directamente a las escaleras de la iglesia.
- Ya os dije que la diversión se acabaría - dijo Arturo.
Los tres empresarios, veraneantes y con dinero se rieron, pero los tres querían y deseaban que apareciera. Nacho era el mas sincero y franco de los tes.
- Venga, amigos, algo aprendíamos.
- Sí - dijo Andrés- a soñar.
Rieron de nuevo.
Se puso de pie, saco su cabeza de entre las manos y se acerco hacia el centro de la plaza. Con los brazos a la altura de la cintura comenzó a poner el cuerpo en tensión
- ¿Por qué os cuesta tanto ser lo que sois y lo hacéis tan difícil para los demás?, ¿queréis vivir en una falsedad impuesta? - caminó con la cabeza mirando hacia el suelo - ¿ es que no sois conscientes de vuestra siempre defectuosa realización?
Alzó las manos, dió vueltas con ella a toda la plaza y añadió
- Lo veo en los ojos de todos vosotros.
Las tres ancianitas comenzaron a recoger sus sillas y empezaron a meterse en la casa.
- Hombre, sólo falta que nos dé clases de cómo debemos de actuar - dijo Fidela, aconstumbrada, al lado de su marido a controlar todos los movimientos del pueblo.
- Sí, vámonos - añadió Pura que siempre fue la reina del corte de la carne de vacuno.
Carmela las siguió, pues no había sido más que la mujer del marido terrateniente.
Pero, apenas se fueron de la vista, pues, con disimulo, se instalaron en el gran balcón de la casa.
- ¡Sí!, ¡sí! - dijo Gloria- es el veneno de todo lo que nos rodea - vivir movidos por los demás.
David la miró y comento
- Vale, pero nosotros vamos vestidos con la ropa de marca actual.
La cara agresiva de Gloria fue grande. Andrés y ella habían roto ya su relación, entre otras cosas por la atracción que él notaba de ella por el orador.
- Bueno, no podemos ir de piratas y ya condenamos los males usos y actuaciones de nuestra unidad social - añadió Pedro
Los tres sabían que mentían y que el asunto de fumar porros de marihuana en el viejo café era también un acto social, pero el vivir en el consabido engaño les atraía.
- ¿Sabéis a donde os llevará ir por allá donde os plantan como el camino si pensais?, ¡ a la ruina y la desesperación!, somos algo más que barcos de papel en el gran río de la vida, tenemos capacidad de formar nuestro propio mundo y de encontrar aquellas soluciones que nos satisfagan y nos realicen.
Con las manos en la cintura, se les quedó mirando. Hoy se estaba moviendo menos que nunca y parecía ansioso por hacerse comprender.
- Sí, claro, pásale los números que hay en tu cuenta, Nacho, y después hablaremos de realización - rieron los tres.
- o Tu chalet, Pedro
- Bueno - continuó Nacho, dicen que en la riqueza no siempre está la felicidad, aunque espero que nosotros no tengamos nunca jamás que averiguarlo - rieron de nuevo, se lo pasaban bien.
Empezó a caminar y aumento el diámetro del circulo para ponerse más cerca de los espectadores.
- Y yo me pregunto ¿cuantos de Ustedes se han planteado conocerse así mismos y tratar de descubrirse? - hablaba para nadie, pensaba en voz alta.
La plaza se hundió en un ruidoso silencio.
Desde los dos balcones, barda con barda, del fondo de la plaza, Francisco le dijo a Valentin.
- Ya te lo dije, este hombre tiene conocimientos de Filosofía ¿quien te crees que hablaba así? - Valentín le contestó.
- Sí, ese, que gran verdad. Cada día me encuentro más identifica con este supuesto loco.
Valentín se giró y como Francisco no era consciente de ello, permaneció observándolo unos segundo, tratando de insertarlo en los movimientos y posturas patógenas que las diferentes enfermedades por él, como buen psicólogo, había estudiado.
- Francisco, tu atracción por este personaje va a más y ya te lo dije que sufre de algún hecho traumático que le ha llevado montarse una realidad paralela.
- Sí, Valentín y es sin duda esto, aquello que más me atrae.
- ¿Por qué no perdéis el miedo y comenzáis a imponeros?, sabed que la verdad no tiene forma ni color y la utilizada por nosotros no es mas que una imposición circunstancial - volvió hacia las escaleras y se sentó.
En las escaleras del ayuntamiento, justo en frente de las de la iglesia estaba Julia.
Tenía la sensación de haber encontrado a un hombre y persona, por fin, buena y de una sola intencionalidad. Sentía pena cuando le veía algo aturdido en su clara búsqueda de la tranquilidad en la verdad.
Se moría, textualmente, por hablar con él.
Sin más preámbulos, se levantó de las escaleras de la iglesia y con los brazos colgados paralelos a su cuerpo, acabó
- Y la pena y dudas no las siento por mi, la siento por el mundo entero. Yo ya soy libre pues únicamente soy lo que, en la soledad y tranquilidad del amanecer, surge de mi corazón.
Casi todos permanecieron pensando estas últimas palabras mientras se iba.
Algunas lagrimas internas se derramaron por ahí, en la verdad y envidia de sus palabras.
Julia lo volvió a desear
- "Gírate y mírame, Amor"
Por un segundo paró en el camino de su casa, parándose también el corazón de Julia, con la esperanza que se girara y la mirara.
No, continuó andando hacia la solitaria felicidad de la verdad.
A la par que se iba, las nubes veraniegas que estaban amenazando con la tormenta, comenzaron a aguar el pueblo sin piedad.
sábado, 14 de mayo de 2016
...de los mellizos y el porqué de la muerte...
Y
levanto sus ojos y le miró a los suyos.
-
¿Y por qué nos tenemos que morir?
Seis
años y sólo la curiosidad.
Una
duda muy tierna.
-
Pues Andrés, no lo sé.
-
¿qué? - estaba acostumbrado a que su padre se lo explicara todo.
-
Ya te digo, mi amor, que no lo sé – se quedó sonriendo ante
semejante cuestión.
Allí
estaba sentados, en las bardas del pequeño jardín en medio de una
gran ciudad.
Sonreía
a la par que la gente pasaba a pocos metros de él.
-
“¿cuantos de ellos se habrán preguntado alguna vez esta
cuestión?, pero ¿tiene solución la pregunta? Y digo y me pienso,
bajito y con temerosidad, que es un imperativo su existencia, siendo
esto lo único que tiene verdad, que su verdad, es la existencia.”
En
aquel momento el hermano, eran mellizos, se giro, sin darle ninguna
importancia al asunto.
-
Es porque si no nos muriéramos acabaríamos por no caber – dijo
con la más absoluta cara de inocencia, pero con una afirmación de
ser una explicación evidente, clara y deducible – dijo su hermano.
-
Sí, Pedro, me parece una razón buena para que nos muramos –
riéndose, o al menos, sonriéndole, le dijo. Siguió pensando - “es
absolutamente una respuesta con tanta capacidad de ser real que las
más grandes teorías o creencias. El valor experimental es lo que
da la verdad y el mismo de este tipo, tiene unos que otros”.
Seguía
pasando gente por el pequeño paseo que dibujaban al rededor del
pequeño jardín.
-
Pero, papa – dijo Andrés, entonces ¿nos morimos todos?
-
Sí, Pedro, sí.
-
¡ah!, ya – le contestó con cara de total tranquilidad, girando
para seguir mirando al frente, tras haberle dispersado la duda, y
poniendo la expresión, tal cual le puso, al saber el sabor del polo
que le compró aquel día.
-
“Cuantas explicaciones hay, habrán y han habido, sobre la
cuestión. Buscarle la razón es un callejón sin salida que muy
pocos toman. Su salida y solución no es deductiva”
Le
cambiaba, siempre, cuando pensaba en esto, el cariz de su rostro
-
“ No hay explicación racional sobre nuestra existencia. O Fe y
creencias, o una indudable aceptación, de su existencia por motus
propio y no por agentes externos a ella. La vida, sólo es.”
Andrés
y Pedro se cansaron de estar allí sentados, los tres, y se pusieron
de pie. Amigos desde siempre y para siempre, continuaron el juego, de
todos los días, y que empezaron al nacer-
-
“qué validez racional le puedo poner a esto” - estaba observando
a sus hijos jugar delante de él.
-
“Cual quiera y un intento en su razón, sería equivocado y al
engañado, le restaría belleza y valor el hecho”
Se
levantó y continuó el camino con ellos, a hacer el recado.
jueves, 5 de mayo de 2016
DISCURSOS VESPERTNOS (Capitulo II)
Llevaba unas sandalias de monte con corederas subidas hasta la rodilla, unos pantalones cortos anchos, una camiseta muy flácida y, debido al gran calor del verano, un pañuelo anudado en la cabeza.
Los que le seguían, los que le estudiaban y aquellas que tanto le criticaban, allí estaban todos.
Miró de un lado al otro de la plaza a la par que entraba y mientras se aproximaba al centro de ella, alzó la mano derecha y comenzó a decirles
- Y que ninguno de vosotros, nunca se olvide de su propia singularidad y que no hay ninguno ni nadie, entre todos nosotros, que sea como él. Tus ideas son tuyas, propias y particulares.
Las vecinas bajo el arco de la puerta de la casa señorial comenzaron, como todos los días en todas sus mañanas cuando aparecía
Mi marido - dijo Fidela- si que tenia una forma particular y única de actuar como alcalde de este pueblo, y no como otros, que al parecer éste no conoce -en sus 80 años mantenía una inmensa lucidez mental, para recordar y criticar.
Haberle dicho, a mi marido que cada uno de los que cortaban la carne para él era único - dijo Pura- todavía estaría riéndose - se carcajearon las tres
Os tengo que decir, algo parecido me decia mi marido - dijo Carmela, lo que aumentó, durante unos segundos, en sus amigas la mirada recelosa hacia la antigua aristocracia del pueblo.
Girándose, dos vueltas, observando a cada un que aquella mañana allí estaban.
!Siquiera podemos saber que tiene en la cabeza aquel que te dice que ve el mismo color que tu!, !mientras hayamos sido criados en la libertad, la diferencia formativa es inevitable y constitutiva!, y no os equvoqueis, que a las mismas conclusiones se pueden llegar por diferentes caminos.
Gloria comenzaba a admirarlo y David, su novio, estaba empezando a cambiar la, también admiración, por envidias y celos. En sus largas noche alrededor de la mesa del perdido café, en el barrio de todos los neohippies se reúnen a fumar marihuana, se estaba cansando de escuchar comentarios sobre él.
Gloria - dijo Pedro- cuanta razón que tiene este hombre, !cuan diferentes y particulares somos cada uno de nosotros!
Somos - le contesto Gloria con alguna emoción- mundos distantes entre los que sólo el amor y la comprensión puede provocar la cercanía.
Desde luego, eso no es lo que parece, cuando todos jueves nos reunimos en el mismo café y además, todos los últimos hablamos del orador vespertino.
Pedro y Gloria se giraron algo extrañados de su tono, pero tras apenas nos segundos, volvieron su atención hacia el centro de la plaza.
No os dejéis arrastras por la vergüenza y los miedos. No viváis coaccionados por las fuerzas aglutinantes de la sociedad actual y ser capaces de reivindicar vuestra propia y única personalidad, igual de valida que la de cualquier otro - dijo mientras con una mano en los riñones, movía la otra en el lento caminar hacia las escaleras.
Los empresarios volvieron a reír
el problema es haber como le das de comer o te compras el coche siendo, molonamente tú- siguieron riendo..
Bueno no es incompatible tratar de ser tu mismo y llevar una vida relativamente normal - añadio Nacho
Si - dijo Andrés- pero te guste o o, dentro de unas reglas de juego, que a pesar de lo que este nos diga, las hemos creado nosotros mismos.
Ahora nos hablara de las imposiciones de los mass media…!no hay que ver la televisión ni enganchar a tus hijos en ella para poder trabajar! - rieron los tres ante lo considerado una estupidez.
Llegando a los alto de las escaleras se giro y continuo
!cuanto se la imposibilidad de la comprensión de mis palabras a todos aquellos que vivís ya absolutamente atrapados en las inmensidades de las generalidades!, !ciegos sois y estas ante la verdad!, Despacito, lentamente, como si el tiempo hubiera desaparecido a su alrededor y provocando el total silencio de la plaza, comenzó a doblar sus rodillas, hasta sentarse sobre el último escalón
Escucharme, hacerme caso, buscaros en vuestro interior, no sois aquello que os dicen. actuar con libertad y no con aquello que os dicen que es.
Desde los dos balcones, Francisco - Filósofo- Valentín -Psicólogo- ya mantenían conversaciones y observaciones conjuntas.
Conozco pensadores históricos que pronunciaron palabras similares - dijo Francisco.
Sal del engaño - continuo Valentín- la teoría es directamente dependiente de la situación mental del orador. Su desprecio a la sociedad actual, es radical, constitutivo, evidente. El trauma y la paranoia en éste, se hacen cada vez mas evidentes
Justo eso es lo que denuncia, la imposibilidad de ser diferente sin recibir las criticas. Es un buen pensador, y dentro de la desordenada estructura y difícil comprensión total de sus palabras, empiezo a sentir cierta atracción hacia ellas.
Los dos se giraron y se miraron fijamente. Uno tranquilo del camino de la verdad, siendo siempre este su fin y el otro, estudiando los avatares del camino del pensamiento del otro.
en la soledad de mi persona me descubro. El Nirvana de los pensamientos habitan en mi casa. El ser humano se domina y realiza cuando piensa en la soledad. No huyáis de vosotros, estudiaros, observaros con vuestros ojos y no os vistáis y peineis para los demás - se levanto y apuntando a toda la plaza con el dedo índice- si hacéis esto, desapareceréis y dejaréis de ser entidades. Seréis juguetes en manos de los sinsentidos constitutivos.
Tras esto bajo de las escaleras y volteando el perímetro de la iglesia comenzó a andar hacia su casa. Antes de salir de ella, giro su cabeza al completo y dio una pequeña mirada justo al lado opuesto, allí, debajo del Ayuntamiento
Si, si, me a mirado se dio emocionada Julia- !ohhh!, he tenido tanta miseria que ha llenado m vida de palabras y poemas que no hacían mas que mentir, una pequeña mirada con sinceridad me ha llenado, !dios!, ¿habrá sentido mis ganas de que lo hiciera?
Pobre Julia, en forma del dolor del dinero, la vida la había castigado demasiado. Daba, toda su fortuna por un beso de aquel hombre.
Al desaparecer, las ancianas recogieron sus sillas en sus comentarios despectivos, los neohippies entre la admiración de unos y la envidia de otros se fueron hacia sus coches, los empresarios entre sus repetitivos comentarios vanales y falsos cogieron calle arriba, el psicólogo y el filosofo continuaron su conversación allá, en los balcones como si nada hubiera acabado y Julia, se fue deshojando la margarita de los posibles y siempre fantasiosos amores que los ruines y la trama del dinero le habían quitado.
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