jueves, 5 de mayo de 2016

DISCURSOS VESPERTNOS (Capitulo II)


Llevaba unas sandalias de monte con corederas subidas hasta la rodilla, unos pantalones cortos anchos, una camiseta muy flácida y, debido al gran calor del verano,  un pañuelo anudado en la cabeza.
Los que le seguían, los que le estudiaban y aquellas que tanto le criticaban, allí estaban todos.
Miró de un lado al otro de la plaza a la par que entraba y mientras se aproximaba al centro de ella, alzó la mano derecha y comenzó a decirles
- Y que ninguno de vosotros, nunca se olvide de su propia singularidad y que no hay ninguno ni nadie, entre todos nosotros, que sea como él. Tus ideas son tuyas, propias y particulares.
Las  vecinas bajo el arco de la puerta de la casa señorial comenzaron, como todos los días en todas sus mañanas cuando aparecía
Mi marido - dijo Fidela- si que tenia una forma particular y única de actuar como alcalde de este pueblo, y no como otros, que al parecer éste no conoce -en sus 80 años mantenía una inmensa lucidez mental, para recordar y criticar.
Haberle dicho, a mi marido que cada uno de los que cortaban la carne para él era único - dijo Pura- todavía estaría riéndose - se carcajearon  las tres
Os tengo que decir, algo parecido me decia mi marido - dijo Carmela, lo que aumentó, durante unos segundos, en sus amigas la mirada recelosa hacia la antigua aristocracia del pueblo.
Girándose, dos vueltas, observando a cada un que aquella mañana allí estaban.
!Siquiera podemos saber que tiene en la cabeza aquel que te dice que ve el mismo color que tu!, !mientras hayamos sido criados en la libertad, la diferencia formativa es inevitable y constitutiva!,  y no os equvoqueis, que a las mismas conclusiones se pueden llegar por diferentes caminos.

Gloria comenzaba a admirarlo y David, su novio, estaba empezando a cambiar la, también admiración, por envidias y celos. En sus largas noche alrededor de la mesa del perdido café, en el barrio de todos los neohippies se reúnen a fumar marihuana, se estaba cansando de escuchar comentarios sobre él.
Gloria - dijo Pedro- cuanta razón que tiene este hombre, !cuan diferentes y particulares somos cada uno de nosotros!
Somos - le contesto Gloria con alguna emoción- mundos distantes entre los que sólo el amor y la comprensión puede provocar la cercanía.
Desde luego, eso no es lo que parece, cuando todos jueves nos reunimos en el mismo café y además, todos los últimos hablamos del orador vespertino.

Pedro y Gloria se giraron algo extrañados de su tono, pero tras apenas nos segundos, volvieron su atención hacia el centro de la plaza.
No os dejéis arrastras por la vergüenza y los miedos. No viváis coaccionados por las fuerzas aglutinantes de la sociedad actual y ser capaces de reivindicar vuestra propia y única personalidad, igual de valida que la de cualquier otro - dijo mientras con una mano en los riñones, movía la otra en el lento caminar hacia las escaleras.

Los empresarios volvieron a reír
el problema es haber como le das de comer o te compras el coche siendo, molonamente tú- siguieron riendo..
Bueno no es incompatible tratar de ser tu mismo y llevar una vida relativamente normal - añadio Nacho
Si - dijo Andrés- pero te guste o o, dentro de unas reglas de juego, que a pesar de lo que este nos diga, las hemos creado nosotros mismos.
Ahora nos hablara de las imposiciones de los mass media…!no hay que ver la televisión ni enganchar a tus hijos en ella para poder trabajar! - rieron los tres ante lo considerado una estupidez.

Llegando a los alto de las escaleras se giro y continuo
!cuanto se la imposibilidad de la comprensión de mis palabras a todos aquellos que vivís ya absolutamente atrapados en las inmensidades de las generalidades!, !ciegos sois y estas ante la verdad!, Despacito, lentamente, como si el tiempo hubiera desaparecido a su alrededor y provocando el total silencio de la plaza, comenzó a doblar sus rodillas, hasta sentarse sobre el último escalón

Escucharme, hacerme caso, buscaros en vuestro interior, no sois aquello que os dicen. actuar con libertad y no con aquello que os dicen que es.

Desde los dos balcones, Francisco - Filósofo-  Valentín -Psicólogo- ya mantenían conversaciones y observaciones conjuntas.
Conozco pensadores históricos que pronunciaron palabras similares - dijo Francisco.
Sal del engaño - continuo Valentín- la teoría es directamente dependiente de la situación mental del orador. Su desprecio a la sociedad actual, es radical, constitutivo, evidente. El trauma y la paranoia en éste, se hacen cada vez mas evidentes
Justo eso es lo que denuncia, la imposibilidad de ser diferente sin recibir las criticas. Es un buen pensador, y dentro de la desordenada estructura y difícil comprensión total de sus palabras, empiezo a sentir cierta atracción hacia ellas.

Los dos se giraron y se miraron fijamente. Uno tranquilo del camino de la verdad, siendo siempre este su fin y el otro, estudiando los avatares del camino del pensamiento del otro.
en la soledad de mi persona me descubro. El Nirvana de los pensamientos habitan en mi casa. El ser humano se domina y realiza cuando piensa en la soledad. No huyáis de vosotros, estudiaros, observaros con vuestros ojos y no os vistáis y peineis para los demás - se levanto y apuntando a toda la plaza con el dedo índice- si hacéis esto, desapareceréis y dejaréis de ser entidades. Seréis juguetes en manos de los sinsentidos constitutivos.

Tras esto bajo de las escaleras y volteando el perímetro de la iglesia comenzó a andar hacia su casa. Antes de salir de ella, giro su cabeza al completo y dio una pequeña mirada justo al lado opuesto, allí, debajo del Ayuntamiento
Si, si, me a mirado  se dio emocionada Julia- !ohhh!, he tenido tanta miseria que ha llenado m vida de palabras y poemas que no hacían mas que mentir, una pequeña mirada con sinceridad me ha llenado, !dios!, ¿habrá sentido mis ganas de que lo hiciera?

Pobre Julia, en forma del dolor del dinero, la vida la había castigado demasiado. Daba, toda su fortuna por un beso de aquel hombre.
Al desaparecer, las ancianas recogieron sus sillas en sus comentarios despectivos, los neohippies entre la admiración de unos y la envidia de otros se fueron hacia sus coches, los empresarios entre sus repetitivos comentarios vanales y falsos cogieron calle arriba, el psicólogo y el filosofo continuaron su conversación allá, en los balcones como si nada hubiera acabado y Julia, se fue deshojando la margarita de los posibles y siempre fantasiosos amores que los ruines y la trama del dinero le habían quitado.

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