lunes, 20 de agosto de 2012

LA DEBILIDAD

Apenas llego a componer esta temática por la dificultad que ella supone.
No tengo claro como tratarla.
No sé como comprenderla.
No entiendo como actuar.
Si nos aceptamos entramos en la perdición.
Si nos engañamos, triunfamos, pero nos alejamos de lo que somos.
Tiemblo y no comparto, pero comprendo pues ocurre, cuando  nos hablan de la perdición de la misericordia  por aceptar la debilidad de aquellos que nos rodean y la tuya propia.
Si muestras tu pequeñez personal, no te engrandeces por aceptar un elemento común de todos, sino que te arriesgas a que los demás abusen de ti.
La persona cree que su realización está en la prepotencia y poderío.
La ambición material o de dominación nunca es satisfecha y jamás te hará feliz en nuestra esencia. Te parecerá a ti y  en público pero no en la soledad de tu alcoba.
¡Pobre de aquellos que busquemos el camino en la duda, pues vivimos en un mundo que no lo acepta!
El poderío está, así lo creo, en aceptar con totalidad tu debilidad y pequeñez.
No hablo de desgracia, no hablo de menosprecio, no hablo de pequeñez ontológica.
Hablo de nuestra limitada capacidad cognoscitiva.
Partamos de ello y quizás así lleguemos.
Tal es el asunto, que hablo aquí y así oculto en estas líneas.
¿Pensais que estas palabras están de acorde con el funcionamiento actual?
Si muestras tu  sabia ignorancia te bromean y humillan desde su ignorante sabiduría.
Creo que voy a escribir poesía o componer alguna historia las cuales me aclaran menos pero me aproximan más a la realidad mundana.
Las ganas de escribir me pueden y espero, al leer mi propio escrito mas adelante, no arrepentirme de nada.
Pero si así acurre, no haré mas que poner de manifiesto el mismo contenido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo que aceptarse sea entrar en la perdición; si no lo correcto.

Abogo por la sinceridad hacia nosotros mismos, pues es lo que nos falta.


..... Interesantes narraciones.
Telma.