sábado, 10 de noviembre de 2012

EL CORAZÓN O EL CIVISMO

Bien colocados en fila en su lugar y sitio y siguiendo el orden establecido según su llegada. Así no habrán problemas ante el orden o bien, seamos tolerantes, pacíficos, considerados y dejémonos llevar por los afectos en el desorden. Situemos e imaginemos. En la puerta de cualquier colegio y allí donde fuera, nos encontramos con carritos y niños por doquier. En el primer caso orden, un carrito tras el otro y los padres haciendo cola según su llegada. Atentos y puntuales se abre la puerta y con estas consignas entran sin alteraciones ni conflictos rápidamente. Y dos, el segundo caso, Pedro, el padre de Andrés para, y deja el carrito justo en la entrada. Sigue y saluda a Miguel. En el costado del carrito está Marta, la madre de Nuria que la mece suavemente. Suena el timbre y abren la puerta - Pedro, jovencito, quita el carrito, por favor. - Pues claro que sí, señora. Así entre risas y charlas se cuelan padres y carritos los unos con los otros hasta que entran todos contentos y felices. Son dos hechos perfectamente posibles y reales. Y concluyo entonces. ¿Es el civismo un atenuante de nuestra hipocresía social? ¿El Amor necesita con él? ¿La organización en hábitos, leyes, normas, órdenes sociales son un reflejo de nuestra insociabilidad natural? Si somos sociales por naturaleza ¿por qué necesitamos una estructura normativa para vivir en ella? ¿No habremos nacido para vivir juntos en el conocimiento pero lejos del contacto? Es obvio que hemos nacido acompañados y así hemos de vivir pero esto deja de ser necesario en ciertos volúmenes. Para reflexionar habrá primero que definir el concepto. La sociedad es el producto de la asociación libre de personas en un lugar en común, enlatados dentro de unas normas de comportamiento. Y mi pregunta aquí será: ¿En cierto volumen – en el cual la desconexión entre los individuos es total salvo en situaciones particulares que ni alcanzan cifras enteras en las estadísticas sociales como la familia o grupos de amigos, son también estructuras sociales? Encerados en la falsedad del beneficio de la vida social y sin entender las reglas de la pura masificación. Pienso y entiendo que no podemos calibrar bajo las misma palabra y estructuras una población con elementos comunes y conocimientos recíprocos a unas acumulaciones sin límite cuya relación directa es únicamente el lugar. En la idea de sociedad por mi entendida, no necesitaríamos un orden prestablecido para desarrollar ciertas actividades que por nuestra esencia y naturaleza haríamos. En aplicaciones masivas de individuaos si que tendríamos que realizarlas. Esto no son sociedades, son acumulaciones sin objetivo, y sin fin ni principio. No mezclemos la esencia humana con la acumulación de individuos. Nuestra esencia actúa en el contexto de relaciones directas. No creo en la realización esencial y personal en un medio organizado y ordenado por semáforos y si en una comunidad mandada con la palabra. Ego et absolvo – me dijo aquel cuando le dije lo malas que eran las ciudades, y más, con televisión. EL SISTEMA DE LAS MULTITUDES Sueño a lo grande y hago filosofía trascendental pero, para la multitud, para los gargarismos, sólo entiendo sistemas del bien estadístico. Practicismo puro y duro. Totalidades máximas. Generalidades normativas. Estudios y aplicaciones estadísticas. Paz, amor, tolerancia y compañía, en las relaciones individuales o pequeños grupos. Sólo puede ser así. Y lo digo consciente de las injusticias formadoras. Pero es el único camino con salida. Es el único motor. Es la única manera de actuar. En la máxima acumulación no se impongan como regla aplicativa sentimientos o sueños dogmáticos pues en cierto número no funcionan. En las situaciones impersonales, aferrémonos a las estadísticas como medio organizativo. Démosle un orden de individuaos como entidades y no como sentimientos particulares. Viva el amor, la poesía, el cariño y la tolerancia. Esos son mis objetivos y funcionan en mi vida privada pero no en una urbe de, digamos, 10 millones de personas. EL CONTACTO INDIVIDUAL ¡Me rio y desprecio la estadística en mi relación face to face con las personas! Sólo nos cuentas lo pasado y no nos vale en absoluto para decidir entre tú y yo. Es el futuro colectivo pero nunca entre los dos amigos deducir quien tendrá hijos o hijas. Que no te ahoguen las probabilidades, pues sean cuales sean, entre Pedro y miguel, no mas, las probabilidades se vuelan y desaparecen.

No hay comentarios: