martes, 29 de abril de 2014

EL CAFÉ. EL FUTURO





Entraron pausadamente en el café.
El día no había sido agradable para ninguno de los dos, pese a trabajar en una esquina y la otra de la editorial.
Diseño uno e impresión, el otro.
Apenas se dijeron nada hasta estar bien acodados en el fondo de la barra, sentados en dos amplios taburetes y tomándose un chato de vino para celebrar que el duro día se acababa.
- Andrés -le pregunto Pedro, por tus comentarios veo que tu tienes confianza en la humanidad ¿no?
Pedro, desde el octavo piso de diseño, había estado hablando con Andrés al bajar a estudiar como aplicar el formato conseguido con las máquinas y posibilidades, quier manejaba Andrés – el jefe de la maquinaria le conocían algunos. El libro diseñado realizaba una gran perspectiva temática sobre los caminos de salida para la humanidad.
Los dos lo habían, más o menos, leído u ojeado.
- Bueno, Andrés ¿qué me dices?
- Creo ciegamente en el futuro, Pedro, es decir, no alcanzo límite a la hora de calcular hasta donde llegaremos en todos los sentidos.
- O sea, que coincides con el autor en sus propuestas, pero vamos cogidos de la mano con el problema que estriba en que nos comamos los unos a los otros.
- Pues plenamente amigo, pienso que no haremos nada tal que nos autodestruyamos y entiendo que con el avance potencial a nivel técnico no habrá ningún hecho natural que elimine a la raza humana.
- ¿Y qué hacemos con la podredumbre social que parece que nos lleve a menos?
- Opino que avanzaremos en las relaciones sociales, pues cada vez las posibilidades se ajustan a menos por su propio agotamiento y consumo y la conclusión sobre la acción, ya ha sido sufrida, pasada por estudiada.
- Pedro, no haces más que preguntas poniendo en duda tu futuro – se sonrieron ambos, y no creo que esa sea la respuesta oportuna. Pienso que vamos a más.
Por un momento Pedro pareció enfadarse y le dijo
- ¿Que vamos a más?, Andrés, ¿no ves la televisión?, ¿no sabes de las barbaridades que por ahí se realizan.
- Si lo sé, pero también te digo que en los lugares del mundo en los cuales hay masacres, genocidios y otras barbaridades, están en el momento histórico ya pasado en muchos lugares y ya superadas este tipo de acciones desde el más completo desprecio.
- Bien, bien, vale, Andrés Supertram, supongo que aprendemos a convivir y ¿qué hacemos con las dificultades ajenas a los individuos?
- Déjame que te diga que concluyo que nuestro control sobre la naturaleza no tiene límite ni fin.
no concibo nada que en un largo, pero cierto futuro, no podamos hacer.
- Andrés, estoy de acuerdo, la evolución es potencial.
- Sí, en los últimos cien años , la técnica ha evolucionado más que en los dos mil anteriores. Seamos, siempre, optimistas. Los problemas actuales serán, si se incrementan, un punto de inflexión en la historia, pero no un punto y final.
- Cierto es Andrés, que es indiscutible el proceso de evolución humana en muchos países. Se me hace inconcebible una nueva guerra entre los países Europeos.
La conversación estaba resultando muy fluida, sin apenas dificultades y con un acuerdo continuo. Esto era la primera vez que pasaba hacia mucho, mucho tiempo. Así pues, los dos, estaban navegando entre las calmadas y calientes aguas del bello lago de una de acorde conversación.
- ¿Y que hacemos, Andrés,. con los países hiperarmados?
- Buena pregunta a la que sólo te puedo decir, que no puedo entender que en cualquier momento ocurra una catástrofe atómica. El tiempo juega a mi favor en estas afirmaciones.
Siguieron disfrutando del pequeño vasito de vino y de una agradable conversación, bien merecida, antes de irse a casa ambos dos.
El barman se quedó mirándoles a medida que se iban. Percatándose de ello, ambos dos, y al ser todos amigos, estos dos se giraron con sonrisa y le dijeron.
- Venga, anímate, dinos algo
Juan, el hombre de la barra, sin sonrisa pero con cara de confianza les dijo
- Amigos, la especie y genero humano continuará. La supervivencia es un modo de aprendizaje.
Siempre sobreviremos. Siempre habrá futuro.
Frases lapidarias consiguieron que los dos amigos se fueran algo pensativos de aquel garito donde hacían el mejor café..

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