martes, 30 de octubre de 2012

FILOSOFÍA A RAS DE TIERRA

Si andamos por la calle de cualquier ciudad de España, podemos intentar mientras paseamos, aplicar o encontrar aquellas reflexiones encontradas en pensadores conocidos y estudiados. Por Valencia, cuando alcanzo la conciencia, me encuentro totalmente rodeado de coches, motos, autobuses y demás que producen una contaminación acústica grande. Al llegar a la plaza del ayuntamiento, la gente corre y no para a hacer sus obligaciones y trabajos. Mi pequeño paseo, murió en su intento. Y recuerdo a Aristóteles, el peripatético, que caminaba con sus discípulos, y les enseñaba paseando y relajándose. ¿Por donde paseo? Y sé, que en el Ágora, centro público, las conversaciones valían en la política y era un asunto socializante, Lo mismo que en la puerta del ayuntamiento rodeado de coches oficiales y gente sin ganas de hablar. Y también, y digamos, Agustín de Hipona, el cual nos hablaba del éxtasis en momentos de refugio personal. Cosa que actualmente es difícil conseguir. Paseando por los centros urbanos actuales estamos sometidos a la presión de las máquinas con sus motores de explosión y su agobio propio. Cuando Vuelvo a casa, tratando de dominar los caballos de la sensibilidad me encuentro encendida la televisión. Anuncios manipuladores, noticias interesadas, programas engañosos, publicidades subliminares y más actos intencionados. Mal, en este caso. La información individual, subjetiva, borrosa y univoca imperan. Y me viene a la memoria Descartes y su intento de encontrar información objetiva, clara y distinta con la intención de encontrar la verdad. Si, igualito dijo aquel riéndose. Y cito a Hegel, el cual coloca por encima de todas manifestaciones subjetivas y objetivas- que ahora imperan y nos invaden, las absolutas producto de la razón. Hablo con unos y con otros y nadie me manifiesta ni dudas, ni teoría ni interés sobre el, digamos, sentido de la vida. Esto es una pregunta que la filosofía trata de responder. Y me aparece gente como Sartre, que la buscan y sienten inquietudes en la respuesta. Se la plantea y le produce angustia la reflexión. Pero se es mas humano por cuestionarlo. Construye planteamientos vitales desde la duda. Y pienso que los problemas existenciales o no hay, o no se plantean o son ahogados por la televisión, sexo, drogas y alcohol. Todo en su medida. Y a sabiendas que las personas teníamos un destino común con lo que encontrar un medio de convivencia y realización era fundamental. Una Ética soluble con nuestra identidad. Epicuro, Séneca, Tomas de Aquino, Kant y otros preocupados por enderezar nuestra actitud moral. Y reflexiono a la vuelta del paseo y me digo que no encontré ni un solo mensaje que traviese algún pequeño fragmento de actitud o valor, religioso o laica. Es mas, cualquier intento suele ser desvinculado de toda posible solución. Lo único que manda es el dinero. Y antes de subir a casa vi como un gran coche aparcaba justo al lado de un contenedor en el cual una joven mujer metía la cabeza buscando cobre y demás para vender. Y ni mi Marx n i mi Jesús, el nazareno, son recordados, ni igualdad económica social ni fraternidad con los mas perjudicados. Y ahora pasamos a su vera, sin sentir por el hábito nada. Hume de esto nos habló y aludió a los hábitos y costumbres como formadores de la cultura social. ¡Quién le iba a decir a Van Gong que el café que pintó con lágrimas en los ojos, de locura, amor e incomprensión se iba a utilizar como inversión, como objeto de especulación o como un juguete económico.

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