martes, 19 de junio de 2012

DESHUMANIZACIÓN


I
Es evidente que por el camino marcado en la manera establecida de funcionamiento y relaciones humanas, ya sean sociales, personales, o económicas, nos lleva insolublemente a la deshumanización.
Es fácil de concretar los valores y objetivos sobre los cuales pendula nuestro existir y también es sencillo concluir que los motivos de funcionamiento solo enriquecen al propio sistema y empobrecen nuestra naturaleza y esencialidad.
El aspecto ético si que avanza, pero va hacia adelante sobre normas de pura acción social-normativa y ninguna convicción moral.
El sistema se agota.
Las razones de funcionamiento se han quedado obsoletas.
El comunismo es inllevable, el capitalismo nos deforma; o es el estado que se impone o es el mercado quien nos domina.
El individuo se difumina.
Las personas dejamos de decidir sobre nuestro futuro.
El cambio es necesario pero ordenado, con fines objetivos y conscientes.
II
La solución debía de venir y estar en manos de los dirigentes; o bien los palpalpables o bien los facticos. Es decir o la política o los elementos endémicos, es decir, las fuerzas económicas.
Los primeros son unos grupos de engañados por el poder y tentados, corrompidos por el dinero, que mas que ayudar, perturban, ensucian y molestan.
Las fuerzas primeras, las económicas, el baile del dinero, son muy listas y actúan dentro del sistema, con normalidad y legalidad. Estas van deformando el futuro.
Vemos con absoluta normalidad los actos racionalmente ridículos pero que están totalmente enmarcados en la sociedad.
La acción, visión y objetivos, en el campo empresarial actúan, pues así se permite dentro del marco y estructura legal.
III
Me cubro de vergüenza cuando oigo a la clase política vociferando mentiras, conclusiones interesadas o verdades escondidas y,  como puntilla, toman al pueblo como tontos e ignorantes.
Votamos, pues sentimos la obligación dentro de la democracia y por las ansias de cambios. Si solo fuera por su presencia y el contenido de sus discursos,  lo que nos llevase a salir de casa a votar, el tanto por cien de los que saliésemos se dividiría, digo yo, entre seis al menos.
Los excluidos, auto o por diferentes razones, del funcionamiento social, no traerán los cambios.                     La protesta de esta manera solo produce más desequilibrios sociales que son más perjudiciales para los individuos.
El cambio ha de ser ordenado y profundo.
No formal, sino básico y esencial.
No es una corbata o pendiente, son unos valores formadores y constitutivos u otros.
IV
La solución es difícil y complicada.
No es el darle la vuelta a la tortilla, sino que además hay que cambiar la sartén.
Digamos y por ejemplo que la máxima competitividad sin más razón que ella misma, enajena al individuo.
  La ambición material no satisface ni justifica la vida de una persona allá, en los albores de su vida.
La formación espiritual, vital, social y cultural permite a las personas, realizarse como tales.
El ser humano tiene una diferencia abismal con el resto de la naturaleza que lo engendro.
No la imitemos y actuemos tal y lo que somos.

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