miércoles, 22 de octubre de 2014

J. P. SARTRE, ANDRÈ Y LA ALEGRÍA



- No, no, déjate de una pura metafísica disfrazada de ética -le dijo, su compañero de viaje en el tren a Jean Paul
- Pero amigo, no te hago más que realismo si te afirmo que sólo hay que existencia - le contestó.
- Sí, pero ves más allá. Igual me da igual lo que sea, lo mismo me resulta lo que haga, !lo acepto, lo asumo¡, Estáte, amigo, algo por encima de las vicisitudes humanas, y sigue su desarrollo como el trascurso natural del devenir.
El tren se alejaba del campo de prisioneros. El más poderoso ejercito alemán los hizo prisioneros y los encarceló hace ya unos 8 meses. Allí se conocieron y su amistad fraguó. Sartre le gustaba escribir, pensaba hacerlo y algo había publicado ya. Andrè le motie, nunca lo pensó. Reflexionaba, especulaba, pensaba pero no tenía ninguna intención de publicar. Disfrutaba haciéndolo. Éste era su premio.
- André, ¿no te provoca vacio el no encontrar ninguna entidad formadora que dé sentido a nuestra vida?
- No, amigo no, el que así fuese, implicaría un profunda aceptación de la realidad. Derriba tus pasiones que te atrastran por el mundo del debería y acepta el es, a las cosas cómo son. Controla tus sentimientos, maneja tu vida. No es una entidad lejana, no, la tenemos metida en el bolsillo de la chaqueta. Capta los derroteros propios del devenir como parte integrante de la vida.
Sartre lo miraba con los ojos grandemente abiertos y pensamientos de admiración. Parecíase pensar en nada, para cuando te sorprendía con una conclusión absolutamente definitoria y definitiva.
Mientras hablaba se desplazaba un mechón de pelo que le caía ondulante por entre la frente. Tenía la nariz recta y la boca pequeña. La mirada era dulce, pero cuando no la fijaba, las arrugas laterales reflejaban su reflexión y seriedad.
- Considero - continuó Sartre, el gran fracaso de la humanidad, estas dos grandes guerras del siglo XX. Creyéndose parte de un grandioso colectivo, llamado humanidad, hemos caído en una suma heterogenea de diferentes y mucho entre si, individuos. Me siento perdido Andrè, ¿donde estoy?,¿cual es nuestro sentido?, me siento vacío.
Alzándose del respaldo de la butaca le dijo Andrè
- ¿por qué?,¿quien te ha dicho que las cosas hayan de ser diferentes?,¿por qué te angustia si no hay nada más y tienes todo lo que hay? Acepta lo que hay con inteligencia y fortaleza. Deja de buscar algo que ni está, que no es más que un sueño inventado, una imposibillidad que te lleva a los fracasos. De sabios es no sufrir por aquello que no se puede cambiar.
Camino iban de Paris, era un día magnifico y bonito de otoño, con cielo azul, limpio y despejado. Jean pensaba en cómo actuar y poner en marcha sus inquietudes. Se iba a afiliar en una facción muy moderada comunista que en Francia estaba creciendo. Había que mirar hacia el furturo, luchar contra la miseria de la vida e intentar cambiarla.

Andrè pensaba volver con Paulinne, con la que soñaba todas las noches y trabajar en la impresora de la editorial para echarse grandes tertulias entre cervezas al fin de la jornada. Volvería a tener inolvidables paseos cada día de cada fin de semana por las verdes dunas de las primeras estribaciones de la cordillera, disfrutando y pensando simplemente en respirar, en el ahora más absoluto.

sábado, 11 de octubre de 2014

LA MISERIA DEL SIGLO XX Y SU NECESARIA SUPERACIÓN



Y el ser humano, allá donde se creía que estaba el centro de la civilización, se pensaba capaz de tener un dominio total sobre el conocimiento, sobre la técnica y sobre la forma y manera de vivir.
Los Ingleses, franceses y Alemanes, sobre todos y algunos más, tenían el total control mundial.
Las grandes teorías económicas, producto del la segunda revolución industrial, al hacer extensivo el comercio y los mercados, explicaban su funcionamiento y eran aplicables. El mercado tomaba vida, era la mano invisible de H. Spenser
La Filosofía se movía en términos del Objetivismo total, caso de Hegel, o la elevación del hombre a su máxima independencia como tal, tal como postularía Nietszche.
Los democracias incipientes comenzaban a ostentar el poder de las decadentes monarquías absolutas.
Los avances técnicos eran acelerados e impresionantes. En pocas decenas las distancias se evaporaron, tanto por los medios como por sus comunicaciones.
Con el fonógrafo de Edison, lo que antes eran meses de comunicación, Europa y los EE.UU, se convirtió en minutos. Jhoin Ford hizo asequible el coche a las masas, el hombre empezó a dominar el cielo con los dirigibles de Solomon Andrews y los aviones de Ader, los aires se alejaron de los sueños, Inglaterra, Francia, Alemania eran cruzadas por grandes vias de trenas. El gran tren transiberiano tomo vida y se pudo cruzar toda Asía. El mundo se hizo, en pocas decenas, más pequeño.
Todo era avance técnico, Medico y Científico, y, además, Europa llevaba varias decenas de años sin guerras entre los países conformadores, que salvo en la alta edad media en la cual la historia se paró, jamás había ocurrido.
En estas circunstancias y por la disputa de unas fronteras tan lejanas para los habitantes de la Europa occidental y pequeñas para los grandes imperios, como fueron las de los países de los balcanes, en este caso Servia, surgió una guerra que engaño a todos, tanto en su concepción como en su desarrollo.
La ilusión por ella de la juventud, por diferentes motivos en los países, como la solución rápida esperada por los dirigentes, se difuminaron en la crueldad y duración de una guerra, que aun equiparable a todas las muertes en la historia realizadas por la violencia, jamás pilló tan de sorpresa ni fue tan desconocida como entonces.
Los soldados Alemanes, decididos y comprometidos, seguros de su superioridad, los soldados Franceses, decididos y sintiéndose justificados, los soldados Ingleses decididos y seguros de devolver el orden, fueron a la guerra engañados de lo que se iban a encontrar.
Se dieron cuenta pronto, de lo misera y retorcida que puede ser la naturaleza humana y que ellos no sabían ni se esperaban. Sintiéndonse ratas en la trincheras. Supieron que su vida no valía más que el precio de las balas. Concepto del ser humano cayo en picado por el camino de la angustia.
La gran guerra, la primera guerra mundial, acabó.
En los países vencedores la angustia anido en el alma de la sociedad y cayó en el olvido. La frivolidad se hizo dueña de su mundo y llegaron los felices años veinte en los cuales solo querían esconder lo que ya sabían que había pasado.
En los países vencidos, la rabia y la humillación había hecho estragos. La máxima racionalidad centro europea estaba siendo vencida por la ideología ciega. Las estructuras democráticas se iban deteriorando.
La concepción de la estructura anímica de las personas cambió. Freud entendió que teníamos otras fuerzas que actuaban sobre nosotros y desviaban nuestra consciencia, el Eros, el Tanatos, nos impulsaban a la atracción o el odio, hablo del consciente, Subconsciente e inconsciente. El ser humano dejó de ser una unidad completa a explicar. Las nuevas ideologías surgieron ante la caída de las antiguas estructuras. Lenin revolucionó al pueblo ruso contra las anquilosadas estructuras monárquicas de los zaristas. Picasso cambió el arte. Munch reflejo la angustia. El existencialismo sustituía todo tipo de objetivismo en el pensamiento. El ser y la nada, no más que ser, nos hablará J.P Sartre. Fuimos parte de la nada y nos convertimos en puros individuos atrapados en el movimiento del tiempo. Es la revolución de las masas que ya había anunciado Ortega y Gasset. La física también tuvo un gran punto de inflexión, cuando Einstein en 1905 y en 1917, dio un vuelco a la concepción del tiempo y del espacio que la especie humana tuvo desde su nacimiento como tal.
En estas aguas calenturientas, en este caldo de cultivo, agarro el poder, tras la aceptación de su pueblo, el mayor asesino, por cantidad, que jamás ha existido, Hitler.
Con el odio acumulado creó el ejercito mas grande y potente nunca jamás visto y que solo fue vencido por la propia ceguez que el odio y la ambición le puso en los ojos al, ya entonces dictador, en su intento de conquista Rusia.
Tras los 80 millones de muertos en las dos guerras, el mundo vivió pendientes de un dedo que apretase un botón y el Argamedon llegase a la tierra en forma de guerra atómica.
Un siglo desastroso, un siglo en el cual el ser humano perdió toda la confianza en si mismo.
Y toda esta miseria la heredaron las generaciones nacidas tras la segunda guerra mundial, buscando cualquier tipo de salida diferente a los hasta entonces impuestos, movimientos hippies, drogas de evasión y buscando nada, absolutamente nada más que la huida.
Las últimas del siglo XX nos hemos encontrado con nada.
En la actualidad la inquietud humanística es nula.
Podemos encontrar en pequeños grupos algún tipo de acción reflexiva o filosófica discutiendo sobre nuestro futuro o naturaleza. Pequeños y escondidos por no caer entre las miradas de incomprensión de los grandes programas de espectáculos actuales.
La creencia en la construcción de un mundo seguro, cómodo, humano, feliz, tolerante y pacifico está absolutamente y totalmente perdida.
El practicismo de arreglar como podamos lo que hay para sobrevivir es la seña de todo el movimiento. Es el camino, pero no el fin ni el horizonte que ya no existe.
A nivel del orden mundial, estamos todavía viviendo las consecuencias de las tensiones propias del mundo occidental y esto produce mas desasosiego.
Ni siquiera la angustia de Jean Paul Sartre tiene cabida, el pasotismo y la ocupación en trivialidades es máxima.
Abogo por recuperar la confianza en nuestra especie y genero.
Creo y pienso que podemos seguir buscando una máxima realización de las personas en todos los lugares del mundo.
Cansado me encuentro ya de escuchar como idealistas y utópicas, es decir irrealizables palabras como estas.
No lo hagamos imposible y partamos de lo que hay.
Hemos de recuperar la confianza en nuestras posibilidades y salir del infierno al que la sinrazón del siglo XX ahogo a nuestros pueblos.
El conjunto de circunstancias y hechos que sufrió el mundo en aquellos años no tuiene por qué significar un hecho definitorio y definitivo del ser humano.

Que dejen de llamar soñador a aquel que luche y busque un mundo mejor. 

(Cartas 3 y 4.)

CARTAS A JORGE (3)

(Andrés, ¡por qué te fuiste!. Poco a poco te las iré mandando pues las últimas están en un cajón totalmente arrugadas. Me lo pregunto con constancia cual sería la razón por la cual huyó de nuestra vera en el camino)

25 Julio 1993

Jorge, ayer, tras tener que aguantar más de las indisposiciones vitales que hace pagar con todos sus empleados, nuestro jefe J...., tuve una gran revelación. Entró en los escritorios echando relámpagos de furia por la leve tardanza que tuvieron mis compañeros en la traducción de los textos y por la mía consecuente, en la realización de la sinopsis correspondiente a ellos, ¡ahy!, amigo, qué mala que puede ser la vida, qué juguetona y capricho es, qué falsa se presenta cuando aparenta dártelo todo y no hace más que llevarse lo mejor. Mi paranoico jefe se fue del trabajo a las últimas horas después de haber sudado ampliamente sus ya sucios cuellos de la camisa y bajo al garaje a coger su expendido coche. Tardé algún rato en dejar mi mesa bien ordenada. Me gusta vivir en el orden material pues todo el desorden ya lo tengo en el espíritu que trato de ordenar, ya lo sabes. Al llegar a la calle justo salia del garaje rugiendo con su flamante coche, el cual yo nunca podría tener. Durante unos instantes sentí algo de envidia pero poco me duró. Jorge, amigo, la vida es demasiado corta como para preocuparnos excesivamente de las cosas circundantes. La vida es un regalo que tenemos y debemos ser capaces de apreciarlo como tal y disfrutar sólo de estar respirando. Cantando me fui hacia mi redil. El fresco y reconfortante aire que venía directamente del mar acariciaba mis mejillas y me producía un gran placer. Me prometí a mi mismo, no más que preocuparme por lo importante y esto sería mi estabilidad mental y mi calma profunda.

26 Julio 1993

¡Qué poco duran las conclusiones teóricas cuando las tienes que asar con el fuego de la realidad!, ¿tan poco nos conocemos?, ¿con tanta facilidad nos engañamos?, es que ¿queremos algo que no somos? O ¿es que no sabemos lo que somos?. Así me sentí cuando volví a aquella mesa y sentí que el mundo me apreciaba poco para lo que yo valía. Jorge, gran amigo, la noche anterior me prometí que iba a ser feliz con la poesía entre mis pensamientos, con la visión tierna que de la vida me provoca, cuando atisbo, sin miedo, una gran felicidad en las pequeñeces que me doy. Pero esto no es fácil cuando sentía los ojos vigilantes de J...., oscultándome con un estetoscopio mi trabajo.

27 Julio 1993

A S....S...., me la encontré en el ascensor a la hora del almuerzo. Pensativo estaba cuando me espeto con una gran conclusión y me dijo, “Andrés, siempre pensando en tu interior y el mundo está más lejos, es más amplio y va más allá de ti”, asombrado le contesté que hasta que punto ella salia de si mismo cuando se comunicaba con los demás. Nos despedimos muy cordialmente. Sabes, Jorge, amigo, que soy y somos tu y yo, sociables. No somos ascetas ni huraños, pero y creo que a los dos nos es imposible dejar a un lado nuestros pensamientos interiores, pero y además te digo lo que estuve pensando el otro día y era cómo que nuestra subjetividad es absoluta y ninguno, nunca jamás tendrá una visión total y correcta de nuestros pensamientos, salvo los ligeros brochazos de significado que se hagan en el lienzo de la comprensión a través del lenguaje. El lenguaje es el mundo que nos rodea, que éste no somos nosotros, sólo lo utilizamos.

2 agosto 1993


Jorge, la otra tarde, me tropecé con S...S.... de nuevo, pero esta vez a la salida del ascensor. Teníamos ligeras pero buenas conversaciones. No pide evitarlo y la comente¿Por qué me dijiste que debía de abrime más al mundo circundante?, ¿es por la expresión de mi cara?, ¿es por mi sonrisa en la soledad?. Me dijo motivos tales como que el mundo va más allá y no se acaba en nosotros mismo. ¡oh!, ¡cuan equivocada que estaba!. Jorge, amigo, tú y yo, en las largas conversaciones que teníamos las nublosas y grises tardes en los abedules ya de hojas cobres, siempre nos íbamos con alguna duda sobre lo que pensábamos los dos. Si no te preocupa la comunicación, si que la hay dentro de la inoperancia, pero cuando intentas comprender y llegar al alma del contertulio, descubres los infinitos rincones inexplorables para el que lo observa y desconocidos para queden los posee y pertenecen.



CARTAS A JORGE (4)

(Jorge, se nota que Andrés te escribía tal y como le surgían las ideas, rápido y con prontitud, pues aun estando versado en las letras y trabajando con ellas, algún traspiés cometió entre los bolígrafos y las hojas. Me hubiera gustado haber estado allí, en alguna de vuestras conversaciones)

4 Octubre 1993

Mi gran amigo Jorge, lo primero es pedirte disculpas por estar tanto tiempo incomunicado pasando horas envuelto en asuntos que han sido de mucha importancia. Mi mujer está, de nuevo embarazada. La alegría fue múltiple, pero otros problemas también han comenzado casi a la par. El indeseable de mi jefe y director, realizó una rasura colectiva despidiendo a una gran cantidad de mis compañeros. A mi, entre grandes demostraciones de su gran vehemencia, me permitió seguir trabajando, pero con mi sueldo y mis horas dividido por la mitad. E...., esta engordando muy dulcemente, sus senos, sus caderas y sus mejillas van aumentando su belleza y volumen. Salvo las noches o tardes que tiene indisposiciones, sonríe y habla continuamente. La felicidad nos acompaña, aun a sabiendas de lo difícil que se nos ha puesto el asunto. A la vecina de enfrente le encanta especular y yo sé que todas o casi todas las preguntas están encaminadas en el puro y duro cotilleo, que realizará después efectivamente. El amor es bonito y E.. y yo lo tenemos. Ya veremos como se lo toman sus dos hermanos el hecho de tener que compartirlo todo entre tres. Veo los telediarios, jorge, amigo, al igual que tú y ya te digo que pese a mis limitaciones, tengo motivos de sobra como para sentirme feliz.

5 Octubre 1993

Las primeras hojas del otoño crujen bajo la suela de mis zapatos. Lentamente camino hacia mi casa. No está cerca del trabajo, pero prefiero, como ya sabes Jorge, andar y estirar mis músculos entre el asfalto y mi espíritu en las calles. Mi compañero J.....ha vuelto a pavonearse por los pasillos de la oficina. Bien rasurado, se cabello modernamente cortados, a pesar de ya no ser un jovencito, sus pantalones vaqueros, buenos, sí, pero con unas roturas total y absolutamente dibujadas, estudiadas y planeadas. ¡Cómo le gusta que le miren!, es más creo y pienso que no quiere conseguir que ninguna le ame, si no que todas le miren. Pero aquí todos sabemos ya de que va el asunto y me digo que menos yo, que soy bastante respetuoso con todas las personas, pienso que se carcajean de sus movimientos.


15 Octubre 1993

Ayer mi mujer y yo pasamos casi todo el domingo en casa. Ella bajo una manta bien calentita y yo con ella, cuando no tenía que estar con la pareja de piratas, para calmarlos, darles de merendar o acabar los deberes, que a sus 7 y 8 años, ya debían de hacer con hábito. No nos gusta ver la televisión. Recuerda que en el pueblo, cuando empezamos a charlas tu y yo, apenas parábamos en el gran bar del refugio a ver algún telediario. Me sigue sin gustar y sigo sin verla. Les devora la cabeza a todos, utiliza sus ideas y se las cambia, los estudia y derrota con sus armas propagandísticas. El barman del café de mi trabajo, pasa horas y horas de entre los servicios a los clientes, suspendido en una visión perdida enfocada hacia el televisor. Lo tiene totalmente atrapado y sometido. Entre comentarios, escuchamos la radio, E.. y yo. Siempre hay noticias que escuchar, ampliadas o cambiadas de perspectiva, mientras conversamos o leemos.

20 Octubre 1993

Jorge, ya sé que solucionamos y conciliamos el problema que ayer me volvió a deambular por mis pensamientos. Al acabar de escribir el informe, pensé que era bueno y que no era justo que su camino se muriera entre los banales, rutinarios y poco valederos de la junta directiva para enfilar las decisiones. Creo que descubro cosas descriptivas en los comentarios sobre las obras que debían salir de esos despachos. Por unos momentos me sentí algo trastornado. Pero solo fueron eso, pocos momentos. Amigo, sigamos con el trato que adquirimos entonces y pensemos que la alegría debía ser un camino propio y que ninguna persona nos la deba a conceder o a otorgar con su aprobación o admiración por nuestros actos. Soñemos en la viva, vivamos soñando. Decidimos que debíamos crear un mundo interior y propio donde buscar nuestra realización personal. La capacidad de descubrir la verdad y llegar a la felicidad en el colectivo, es mínima. Aquel que la encuentra, amigo, ya sabes que lo único que tiene es el lugar donde huir de su propia inoperancia. Tu bienestar sólo está contigo mismo, concluimos en aquella noche de la navidad que habíamos subido al pueblo a pasar las vacaciones. Esto se lo cuento a E.... Ella sonríe y me mira con ternura. En sus ojos hay mucho amor que me llenan totalmente, pero sé que ni lo ve, ni lo vive como yo. Pero en este caso es lo mismo, pues cuando el amor es verdadero, lo demás no son más que elementos contingentes y poco importantes.

25 Octubre 1993


Pensaba escribirte, Jorge, una carta más, hasta que me han llegado las noticias de la recopilación que hay que hacer, de informes y trabajos realizados a lo largo del año en nuestro departamento. Estaré unos días, bastantes sin escribir nada personal. Será una labor intensa y larga. He de medio leer los escritos de principio de año, pues han sido tantas las temáticas abordadas que apenas recuerdo, a simple vista, los últimos escritos que he realizado. Ya te contaré nuevas noticias y espero que buenas pues a mi mujer le van a hacer unas placas para ver el estado del futuro bebe ¿Y si es un niño o una niña?. Trato de pensar cómo será mi relación con una niña, pues hasta ahora solo hay en mi casa piratas y poetas. Yo, este poeta, tu amigo, sólo de corazón y no de pluma y estos dos piratas a los que adoro, que son de sable y espada, auténticos corsarios ingleses robando a los barcos Españoles llenos de oro que también habían robado.

viernes, 10 de octubre de 2014

LA BIBLIOTECA ALEJANDRINA Y SU AMOR


La cultura vive en el silencio y la somnolencia del ambiente,  es su amante. Su lecho siempre está cubierto del blanco y puro mármol y vive acobijada en  la madera. Los libros son su soporte y Dioses. Allí estaba  Estragón en el gran templo de ella.
Se fue de Atenas cansado de volar entre las ideas abstractas. Pues él sentía que estaba ubicado en una realidad tangible y material. El gran maestro, Aristóteles había comenzado el camino, pero su Liceo estaba insertado en un movimiento que se alejaba de observar el mundo. Dejó su dirección.  Se fue y acabó en Alejandría. Había llenado la gran biblioteca de todo tipo de artilugios y materiales mecánicos en todos los tipos de actividades para su correcta observación material. El materialismo llegó con él y lo sabía. Dejo su vida y familia en aras del conocimiento verdadero y real.
Aquella mañana paseaba con Andresoto. Hijo bastardo del gran rey Ptomeo I, uno de los generales que se hicieron cargo de una de las partes, Egipto,  del grande y jamás olvidado Alejandro Magno que trató de escapar del circulo de las aisladas ciudades griegas y extender su grandeza, la de la cultura Griega,  por todo el mundo. El griego era el idioma por excelencia de aquel que quisiera tenerla.
Desde lo alto del tercer piso, observan los 900.000 escritos que allí había. Todo el conocimiento que existía en el mundo estaba delante de ellos. Estratón emocionado, siempre se extasiaba al contemplarlo.
-          Maestro- dijo Andresoto ¿por qué jamás estudias al inimitable Platón?, ¿Por qué solo investigas los escritos Aristotélicos de filosofía natural y biología?
-          Y yo te digo, mi noble alumno ¿Por qué hemos de duplicar los problemas compresivos y explicar dos veces los misterios?. Platón nos dejó una realidad que interpretar detrás de aquella que intentó solucionar.
-          Pero ¿observando nuestro mundo circundante encontraremos su explicación?
Estratatón giro su cabeza y contempló la cara inocente del esbelto, bello y alto joven Andresoto. Sus largos cabellos rubios le ondulabas  mientras recorrían sus esbeltos hombros. Fidias hubiera disfrutado mucho realizando una escultura de su persona. La belleza – le dijo aquel día paseando por el ágora de Atenas, no tiene sexo.
-          Mira, inquieto y joven ciudadano, la esencia de las cosas está en la generalización de sus características. No haces tú aquella acción, si no que está y es parte integrante del objeto. Aristóteles ya nos habló de ella, pero siguió atrapado sin salida del alto grado de abstracción que envolvía los conocimientos. Los primeros físicos, Tales, Anaximandro o Anaxímenes, por ejemplo, habían  decido observar la realidad pero fue aquel que convirtió a las polis en maravillas políticas, Sócrates,  quien nos alejo de ella.
-          Pero ¿y los dioses?, qué papel  tienen?
El rosto del maestro adquirió un gesto grave. Sabía en qué aguas se introducía al responder a esta pregunta. Lo irracional e incomprensible era asignad a los caprichos de los Dioses que como los hombres también lo tenía.
-          Lo podemos explicar todo con nuestro conocimiento. La racionalidad humana no tiene límites ni fin. La materia responde siempre a unos principios matemáticos, que no viven, como trataba de hacernos ver Pitágoras allá, entre los dioses, sino que actúan y están,  en una realidad material que es la que hay que estudiarla. El conocimiento se encuentra en ella y está en ella. Tenemos a los esclavos para que realicen todos los trabajos, no debemos de utilizarla para crear artificios utilizables en el trabajo, pero y te repito el conocimiento está allí.
Ptolomeo de Cirena, director de la biblioteca lo pensaba también. Quería reunir el conocimiento del mundo en el que vivía. Biología, Zoología, astronomía, matemáticas y todo  conocimiento que huyera de las simples especulaciones que explicasen desde principios primeros el mundo.
-          Maestro, hay principios ineludibles que provocan una necesaria forma de la realidad. Platón los encontró y entorno a ellos la construyó.
-          Ya descubrirás que le camino puede ser a la inversa, alumno. De lo pequeño a lo necesario.
-          ¡Cuando!
-          Cuando hayas leído lo suficiente – dijo mientras le regalaba una sonrisa que un padre le da a su hijo que más quiere.
L a tarde llegaba con su ritmo cansino. El sol caía dulcemente por entre el horizonte. Las grandes puestas de la biblioteca se fueron cerrando mientras los soldados se guardaban en las puertas para proteger el gran tesoro.

Estratón se alejaba y cada poco tiempo giraba su cabeza y miraba el siempre inmenso y esplendido edificio del que estaba enamora como un joven  que ya no era. En la última mirada se pregunto ¿la bajeza y miseria  humana,  tomarán su forma más descarnada y harán desaparecer este tesoro irrepetible?,  espero, quiero estar ya muerto si esto ocurre. Se echó por los hombros su blanca túnica y continuó su camino