sábado, 11 de octubre de 2014

(Cartas 3 y 4.)

CARTAS A JORGE (3)

(Andrés, ¡por qué te fuiste!. Poco a poco te las iré mandando pues las últimas están en un cajón totalmente arrugadas. Me lo pregunto con constancia cual sería la razón por la cual huyó de nuestra vera en el camino)

25 Julio 1993

Jorge, ayer, tras tener que aguantar más de las indisposiciones vitales que hace pagar con todos sus empleados, nuestro jefe J...., tuve una gran revelación. Entró en los escritorios echando relámpagos de furia por la leve tardanza que tuvieron mis compañeros en la traducción de los textos y por la mía consecuente, en la realización de la sinopsis correspondiente a ellos, ¡ahy!, amigo, qué mala que puede ser la vida, qué juguetona y capricho es, qué falsa se presenta cuando aparenta dártelo todo y no hace más que llevarse lo mejor. Mi paranoico jefe se fue del trabajo a las últimas horas después de haber sudado ampliamente sus ya sucios cuellos de la camisa y bajo al garaje a coger su expendido coche. Tardé algún rato en dejar mi mesa bien ordenada. Me gusta vivir en el orden material pues todo el desorden ya lo tengo en el espíritu que trato de ordenar, ya lo sabes. Al llegar a la calle justo salia del garaje rugiendo con su flamante coche, el cual yo nunca podría tener. Durante unos instantes sentí algo de envidia pero poco me duró. Jorge, amigo, la vida es demasiado corta como para preocuparnos excesivamente de las cosas circundantes. La vida es un regalo que tenemos y debemos ser capaces de apreciarlo como tal y disfrutar sólo de estar respirando. Cantando me fui hacia mi redil. El fresco y reconfortante aire que venía directamente del mar acariciaba mis mejillas y me producía un gran placer. Me prometí a mi mismo, no más que preocuparme por lo importante y esto sería mi estabilidad mental y mi calma profunda.

26 Julio 1993

¡Qué poco duran las conclusiones teóricas cuando las tienes que asar con el fuego de la realidad!, ¿tan poco nos conocemos?, ¿con tanta facilidad nos engañamos?, es que ¿queremos algo que no somos? O ¿es que no sabemos lo que somos?. Así me sentí cuando volví a aquella mesa y sentí que el mundo me apreciaba poco para lo que yo valía. Jorge, gran amigo, la noche anterior me prometí que iba a ser feliz con la poesía entre mis pensamientos, con la visión tierna que de la vida me provoca, cuando atisbo, sin miedo, una gran felicidad en las pequeñeces que me doy. Pero esto no es fácil cuando sentía los ojos vigilantes de J...., oscultándome con un estetoscopio mi trabajo.

27 Julio 1993

A S....S...., me la encontré en el ascensor a la hora del almuerzo. Pensativo estaba cuando me espeto con una gran conclusión y me dijo, “Andrés, siempre pensando en tu interior y el mundo está más lejos, es más amplio y va más allá de ti”, asombrado le contesté que hasta que punto ella salia de si mismo cuando se comunicaba con los demás. Nos despedimos muy cordialmente. Sabes, Jorge, amigo, que soy y somos tu y yo, sociables. No somos ascetas ni huraños, pero y creo que a los dos nos es imposible dejar a un lado nuestros pensamientos interiores, pero y además te digo lo que estuve pensando el otro día y era cómo que nuestra subjetividad es absoluta y ninguno, nunca jamás tendrá una visión total y correcta de nuestros pensamientos, salvo los ligeros brochazos de significado que se hagan en el lienzo de la comprensión a través del lenguaje. El lenguaje es el mundo que nos rodea, que éste no somos nosotros, sólo lo utilizamos.

2 agosto 1993


Jorge, la otra tarde, me tropecé con S...S.... de nuevo, pero esta vez a la salida del ascensor. Teníamos ligeras pero buenas conversaciones. No pide evitarlo y la comente¿Por qué me dijiste que debía de abrime más al mundo circundante?, ¿es por la expresión de mi cara?, ¿es por mi sonrisa en la soledad?. Me dijo motivos tales como que el mundo va más allá y no se acaba en nosotros mismo. ¡oh!, ¡cuan equivocada que estaba!. Jorge, amigo, tú y yo, en las largas conversaciones que teníamos las nublosas y grises tardes en los abedules ya de hojas cobres, siempre nos íbamos con alguna duda sobre lo que pensábamos los dos. Si no te preocupa la comunicación, si que la hay dentro de la inoperancia, pero cuando intentas comprender y llegar al alma del contertulio, descubres los infinitos rincones inexplorables para el que lo observa y desconocidos para queden los posee y pertenecen.



CARTAS A JORGE (4)

(Jorge, se nota que Andrés te escribía tal y como le surgían las ideas, rápido y con prontitud, pues aun estando versado en las letras y trabajando con ellas, algún traspiés cometió entre los bolígrafos y las hojas. Me hubiera gustado haber estado allí, en alguna de vuestras conversaciones)

4 Octubre 1993

Mi gran amigo Jorge, lo primero es pedirte disculpas por estar tanto tiempo incomunicado pasando horas envuelto en asuntos que han sido de mucha importancia. Mi mujer está, de nuevo embarazada. La alegría fue múltiple, pero otros problemas también han comenzado casi a la par. El indeseable de mi jefe y director, realizó una rasura colectiva despidiendo a una gran cantidad de mis compañeros. A mi, entre grandes demostraciones de su gran vehemencia, me permitió seguir trabajando, pero con mi sueldo y mis horas dividido por la mitad. E...., esta engordando muy dulcemente, sus senos, sus caderas y sus mejillas van aumentando su belleza y volumen. Salvo las noches o tardes que tiene indisposiciones, sonríe y habla continuamente. La felicidad nos acompaña, aun a sabiendas de lo difícil que se nos ha puesto el asunto. A la vecina de enfrente le encanta especular y yo sé que todas o casi todas las preguntas están encaminadas en el puro y duro cotilleo, que realizará después efectivamente. El amor es bonito y E.. y yo lo tenemos. Ya veremos como se lo toman sus dos hermanos el hecho de tener que compartirlo todo entre tres. Veo los telediarios, jorge, amigo, al igual que tú y ya te digo que pese a mis limitaciones, tengo motivos de sobra como para sentirme feliz.

5 Octubre 1993

Las primeras hojas del otoño crujen bajo la suela de mis zapatos. Lentamente camino hacia mi casa. No está cerca del trabajo, pero prefiero, como ya sabes Jorge, andar y estirar mis músculos entre el asfalto y mi espíritu en las calles. Mi compañero J.....ha vuelto a pavonearse por los pasillos de la oficina. Bien rasurado, se cabello modernamente cortados, a pesar de ya no ser un jovencito, sus pantalones vaqueros, buenos, sí, pero con unas roturas total y absolutamente dibujadas, estudiadas y planeadas. ¡Cómo le gusta que le miren!, es más creo y pienso que no quiere conseguir que ninguna le ame, si no que todas le miren. Pero aquí todos sabemos ya de que va el asunto y me digo que menos yo, que soy bastante respetuoso con todas las personas, pienso que se carcajean de sus movimientos.


15 Octubre 1993

Ayer mi mujer y yo pasamos casi todo el domingo en casa. Ella bajo una manta bien calentita y yo con ella, cuando no tenía que estar con la pareja de piratas, para calmarlos, darles de merendar o acabar los deberes, que a sus 7 y 8 años, ya debían de hacer con hábito. No nos gusta ver la televisión. Recuerda que en el pueblo, cuando empezamos a charlas tu y yo, apenas parábamos en el gran bar del refugio a ver algún telediario. Me sigue sin gustar y sigo sin verla. Les devora la cabeza a todos, utiliza sus ideas y se las cambia, los estudia y derrota con sus armas propagandísticas. El barman del café de mi trabajo, pasa horas y horas de entre los servicios a los clientes, suspendido en una visión perdida enfocada hacia el televisor. Lo tiene totalmente atrapado y sometido. Entre comentarios, escuchamos la radio, E.. y yo. Siempre hay noticias que escuchar, ampliadas o cambiadas de perspectiva, mientras conversamos o leemos.

20 Octubre 1993

Jorge, ya sé que solucionamos y conciliamos el problema que ayer me volvió a deambular por mis pensamientos. Al acabar de escribir el informe, pensé que era bueno y que no era justo que su camino se muriera entre los banales, rutinarios y poco valederos de la junta directiva para enfilar las decisiones. Creo que descubro cosas descriptivas en los comentarios sobre las obras que debían salir de esos despachos. Por unos momentos me sentí algo trastornado. Pero solo fueron eso, pocos momentos. Amigo, sigamos con el trato que adquirimos entonces y pensemos que la alegría debía ser un camino propio y que ninguna persona nos la deba a conceder o a otorgar con su aprobación o admiración por nuestros actos. Soñemos en la viva, vivamos soñando. Decidimos que debíamos crear un mundo interior y propio donde buscar nuestra realización personal. La capacidad de descubrir la verdad y llegar a la felicidad en el colectivo, es mínima. Aquel que la encuentra, amigo, ya sabes que lo único que tiene es el lugar donde huir de su propia inoperancia. Tu bienestar sólo está contigo mismo, concluimos en aquella noche de la navidad que habíamos subido al pueblo a pasar las vacaciones. Esto se lo cuento a E.... Ella sonríe y me mira con ternura. En sus ojos hay mucho amor que me llenan totalmente, pero sé que ni lo ve, ni lo vive como yo. Pero en este caso es lo mismo, pues cuando el amor es verdadero, lo demás no son más que elementos contingentes y poco importantes.

25 Octubre 1993


Pensaba escribirte, Jorge, una carta más, hasta que me han llegado las noticias de la recopilación que hay que hacer, de informes y trabajos realizados a lo largo del año en nuestro departamento. Estaré unos días, bastantes sin escribir nada personal. Será una labor intensa y larga. He de medio leer los escritos de principio de año, pues han sido tantas las temáticas abordadas que apenas recuerdo, a simple vista, los últimos escritos que he realizado. Ya te contaré nuevas noticias y espero que buenas pues a mi mujer le van a hacer unas placas para ver el estado del futuro bebe ¿Y si es un niño o una niña?. Trato de pensar cómo será mi relación con una niña, pues hasta ahora solo hay en mi casa piratas y poetas. Yo, este poeta, tu amigo, sólo de corazón y no de pluma y estos dos piratas a los que adoro, que son de sable y espada, auténticos corsarios ingleses robando a los barcos Españoles llenos de oro que también habían robado.

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