martes, 17 de abril de 2018

De la química que se nos devora.




Parece ser un asunto secundario dadas las problemáticas que nos rodean, pero real y directamente tiene una consecuencia negativas sobre nuestro desarrollo.
Navegamos entre avalanchas de productos sintéticos en todos lugares y allá donde nos movamos.
La utilización constante y continua dibuja y dirige nuestra evolución y desarrollo, sólo que no será la Darwiniana, sino la Lamarckiana cuando la evolución es real en la medida de la educación de las generaciones.
Y en la utilización de la química a nivel neurológico es un hábito que ya nos condiciona, nos apresa y nos dibuja. Y atentos a lo que os digo, el Paracetamol y la Heroína, tienen y cumplen exactamente las misma característica, pero diferenciadas en intensidad. Es y parece una comparación ridícula, pero dibuja el espacio de acción de los elementos químicos que ingerimos que van desde una simple pastilla de paracetamol a un chute de heroína.
El tema comun, y tal y como os lo digo, es la variación en la concepción vital que pueden trasformar estas sustancias que se han convertido en festín curativo y placentero.
Los tranquilizantes se están convirtiendo en un medio funcional admitido y ya concebido en muchos lugares como elementos oportunos y consecuentes de unos actos admitidos y seguidos.
El habito en el consumo de estas sustancias química del modo constante produce modificaciones en la forma, costumbres, hábitos y posibilidad de los sujetos, lo que supone, necesariamente una trasformación a traves de los hechos, esencial.
Esa concepción y prespectiva vital, por educación y ejemplo, se heredará y así seremos y así será nuestra esencia y naturaleza.
El uso constante y diario de paracetamol puede producirte, allá, muy lejos, una incapacidad de actuación propia del cerebro, el uso constante de narcóticos socialmente admitidos y recetados medicamente, varia los ritmos operativos, el uso elevado de alcohol, cannabis producen dependencias físicas y psíquicas.
Os escribo algunos de los muchos elementos químicos que ingerimos para variar el funcionamiento natural del organismo de los muchísimos que hay.
No hablo de dejar de ir a la farmacia, hablo del problema de basar la evolución comportamental y estabilidad psicológica en sustancia sintéticas y químicas por las consecuencias directas en la realidad social.
Esto que cuento puede ser no más que la punta del iceberg que resalte la inoperancia y el engaño constructivo que hemos montado.

Sí, al menos en España, vivo en un sistema funcional, correcto, con máximas garantías, pero lo que digo y pienso que por efecto de los principios operativos del mundo, la química que se nos devora, el que conozco, occidental, o se empiezan a cambiar pequeños detalles que parecen que no, pero que son mucho, pero mucho sí.