martes, 29 de noviembre de 2016

...de los conceptos abstractos...



Tenemos conceptos abstractos que carecen de cualquier definición conceptual por su falta de entidad acabada.
No pasa con todos los conceptos abstractos, pues, hay también los que podemos definir con medida y precisión.
En el primer tipo de conceptos abstractos indefinibles nos encontramos, y digamos, con el Amor o la amistad.
El Amor no tiene una existencia conceptual, sino, práctica y empírica. No habría ninguna manera de definirlo sin entrar en las repeticiones ontológicas y conceptuales. Se realiza constantes bucles sobre la propia definición. La única manera de conocerlo, sería la experiencia empírica.
Sí que hay ideas abstractas que si que tienen una conceptualización teórica que refleja la entidad del concepto, digamos, la Justicia. El desarrollo teórico-conceptual, nos lleva a su comprensión.
Aquel que no hubiese sido nunca amado, jamas, con la teoría, podrías enseñarle o que entendiera qué era el amor, pero y ahora bien, aun viviendo en el mundo de las diferencias e injusticia, la teoría de la justicia podría ser entendida y aplicada.
Los conceptos abstractos son un tema difícil.
Muchas personas importantes en la historia de la humanidad, se han expresado a través de metáforas o ejemplos, para producir el correcto entendimiento de la temática expuesta. Platón y sus diálogos, Nietzsche y sus relatos, Sartre y sus novelas, es un medio de trasmisión de información igual de válidos sino mejores e indispensables, en muchas ocasiones.
Jesús el Nazareno, enseño y trasmitió sus enseñanzas, siempre en metáforas o historias paralelas para su comprensión y aceptación. Hasta hoy, seguidas y aceptadas.
¡Cuan lejos de nuestra comprensión se aleja en demasiadas ocasiones la teoría!
Pensamos, en ocasiones, que la repetición teórica de una serie de vocablos, es producto de la comprensión. Pues no, no tiene porqué ser así, y más lejos todavía, suelen ser referidos y utilizados, estos conceptos vitales abstractos, sin la más mínima asunción, comprensión y asimilación de la entidad.
Además, no hay manera más humana de actuar, que moverse en esta ligereza definitoria.
Quizás esté más cerca de nuestra esencia la relación profunda, primera, mágica, sentimental con todos los elementos que nos rodean.
Es posible que sea más fácil llegar hasta nuestra esencia y definición, mediante ecos en los dibujos metafóricos o estas lineas trazadas mediante ejemplos.
El error consistiría en tratarnos como elementos sometidos a leyes calibrables y sujetas, a posteriori a una definición correcta, acabada y definida.
Hay conceptos abstractos que nunca podrán ser definidos en su totalidad, tal y como serían nuestra propia definición como personas.
¡Díganme que adjetivos utilizaríamos en la explicación de la definición que no estuvieran utilizados ya en ellas!
Y ¡con que mala cara me miraba mi antiguo profesor de Filosofía al escuchar mis palabras!, y más cuando le decía que pensaba, que ciertos temas, asuntos, campos, hay que sacarlos totalmente del mundo de la Filosofía entendida como tal, es decir, como el uso de la razón lógica en el encadenamiento de conceptos definitorios.
Hay ideas abstractas tratadas desde siempre por los Filósofos que quizás los tratase mejor, los hiciera más comprensible y les diera una razón de ser, el corazón de un poeta que el raciocinio de muchos de los grandes.
Esta reflexión podía estar justificada y puesta en practica por la misma evolución consecutiva de la Filosofía. De la Grecia Clásica, al Existencialismo, pasando por el Racionalismo, Empirismo y Vitalismo.
Dejó, en momentos, de hablar la razón como nuestro primer representante.


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