Tenemos conceptos
abstractos que carecen de cualquier definición conceptual por su
falta de entidad acabada.
No pasa con todos
los conceptos abstractos, pues, hay también los que podemos definir
con medida y precisión.
En el primer tipo
de conceptos abstractos indefinibles nos encontramos, y digamos, con
el Amor o la amistad.
El Amor no tiene
una existencia conceptual, sino, práctica y empírica. No habría
ninguna manera de definirlo sin entrar en las repeticiones
ontológicas y conceptuales. Se realiza constantes bucles sobre la
propia definición. La única manera de conocerlo, sería la
experiencia empírica.
Sí que hay ideas
abstractas que si que tienen una conceptualización teórica que
refleja la entidad del concepto, digamos, la Justicia. El desarrollo
teórico-conceptual, nos lleva a su comprensión.
Aquel que no
hubiese sido nunca amado, jamas, con la teoría, podrías enseñarle
o que entendiera qué era el amor, pero y ahora bien, aun viviendo en
el mundo de las diferencias e injusticia, la teoría de la justicia
podría ser entendida y aplicada.
Los conceptos
abstractos son un tema difícil.
Muchas personas
importantes en la historia de la humanidad, se han expresado a través
de metáforas o ejemplos, para producir el correcto entendimiento de
la temática expuesta. Platón y sus diálogos, Nietzsche y sus
relatos, Sartre y sus novelas, es un medio de trasmisión de
información igual de válidos sino mejores e indispensables, en
muchas ocasiones.
Jesús el Nazareno,
enseño y trasmitió sus enseñanzas, siempre en metáforas o
historias paralelas para su comprensión y aceptación. Hasta hoy,
seguidas y aceptadas.
¡Cuan lejos de
nuestra comprensión se aleja en demasiadas ocasiones la teoría!
Pensamos, en
ocasiones, que la repetición teórica de una serie de vocablos, es
producto de la comprensión. Pues no, no tiene porqué ser así, y
más lejos todavía, suelen ser referidos y utilizados, estos
conceptos vitales abstractos, sin la más mínima asunción,
comprensión y asimilación de la entidad.
Además, no hay
manera más humana de actuar, que moverse en esta ligereza
definitoria.
Quizás esté más
cerca de nuestra esencia la relación profunda, primera, mágica,
sentimental con todos los elementos que nos rodean.
Es posible que sea
más fácil llegar hasta nuestra esencia y definición, mediante ecos
en los dibujos metafóricos o estas lineas trazadas mediante
ejemplos.
El error
consistiría en tratarnos como elementos sometidos a leyes
calibrables y sujetas, a posteriori a una definición correcta,
acabada y definida.
Hay conceptos
abstractos que nunca podrán ser definidos en su totalidad, tal y
como serían nuestra propia definición como personas.
¡Díganme que
adjetivos utilizaríamos en la explicación de la definición que no
estuvieran utilizados ya en ellas!
Y ¡con que mala
cara me miraba mi antiguo profesor de Filosofía al escuchar mis
palabras!, y más cuando le decía que pensaba, que ciertos temas,
asuntos, campos, hay que sacarlos totalmente del mundo de la
Filosofía entendida como tal, es decir, como el uso de la razón
lógica en el encadenamiento de conceptos definitorios.
Hay ideas
abstractas tratadas desde siempre por los Filósofos que quizás los
tratase mejor, los hiciera más comprensible y les diera una razón
de ser, el corazón de un poeta que el raciocinio de muchos de los
grandes.
Esta reflexión
podía estar justificada y puesta en practica por la misma evolución
consecutiva de la Filosofía. De la Grecia Clásica, al
Existencialismo, pasando por el Racionalismo, Empirismo y Vitalismo.
Dejó, en momentos,
de hablar la razón como nuestro primer representante.
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