Y mientras pinchaba en la noticia, me di cuenta de mi error.
No paro de despreciar el funcionamiento desigual e injusto de un
necesario mercado, como ocurre, cuando grandes empresas dominadoras
de los sectores, imponen sus usos, costumbres, precios, modas y nos
produce subyugación.
Ahora bien, ¿de donde le viene todo su poderío mediático de
cualquier acto social que yo critico?
De actos como el mio.
He pinchado en una foto de una puntual acción del partido
Barcelona-Madrid y, lo que parece una acción sin importancia,
multiplicada por muchos millones, hacen de un desinterés, un
control mediático de unos pocos individuos, sobre todo el pastel
futbolero.
Si sientes vergüenza cuando escuchas los salarios de los futbolistas
que sepamos que es producto de una acción de oferta y demanda, que
yo con mi inocente “click”, he pagado parte de la rueda de
aterrizaje del Jet privado, de éste o aquel súper futbolista.
Es decir, la corrección del mercado, la tenemos mucho más cerca de
nosotros, pues tenemos en nuestras manos potenciar, mediante el uso y
compra, elementos diferentes.
Allí tendríamos el cambio social y no en las nuevas estructuras.
El mercado es necesario para el funcionamiento de la sociedad, pero
el error está en estar sumidos a sus placeres y dirección, y no ser
el pueblo, los sujetos, quienes decidan hacia donde quieren que se
dirija, pues el dinero estará allí.
No comparto con Cicerón, el asunto de que el pueblo es ignorante.
No, sus compatriotas romanos eran igual de listos que él, pero no
estaban informados.
Es un hecho de información, comprensión y voluntad.
La educación, entendida como estudios, seria la base fundamental
para enseñar a los alumnos, pero en el caso de no haber sido así,
la concienciación colectiva sobre este hecho es relativamente
sencilla y posible.
El razonamiento que te lleva a la solución del la situación, es
real.
El mercado sin control adquiere y toma entidad y toma el las
decisiones. Nadie decide la subida de los precios, son las
circunstancias del mercado, las que lo hacen, el que lo hace.
Pero conquistar su control es absolutamente directo; si yo compro o
si yo no compro, o si compro esto o si compro aquello.
Aun así, el mercado tiene uñas y garras, y es difícil no caer en
el borregismo y en las muchedumbres, guiadas por éste.
Voluntad y coherencia.
¿te parece indigno que a 1000metros a la redonda de un
maxifutbolista con cientos de millones en el banco haya gente
durmiendo en la calle?
Trato de obviarlo, pero ese click, vale para el cubata del atleta y
no otro Click que hubiera valido para el café del articulista o el
poleo del pianista.
No os equivoquéis y penséis que nuestra natura es más cercana a
jugar al fútbol que escuchar música.
Esto es lo que el mercado quiere.
Que me decís ¿tenemos capacidad de dicho cambio?
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