viernes, 10 de agosto de 2018

El café. los fascismos. (corregida)




Ya habían acabado la jornada laboral del viernes en la editorial y los dos, cada uno desde su campo de trabajo, habían acabado en el bar. Eran blanco y negro, pero como el yin yang acababan discutiendo juntos en el mismo rincón del café.
El camarero los miraba mientras seguía su conversación. Se sentía perturbado por las palabras con las que Andrés se expresaba. Estaba casado y tenia tres hijos, pero su gran trifulca emotiva le hacia sentir una atracción hacia Andrés. Lo que no tenía muy claro era si fuera por el color de sus ojos o por el tono de sus palabras. Desde la lejanía de sus cafés y detrás de la barra, también sentía y estaba detestado por los avatares y movimientos políticos.
Y estaba hablando Andrés, comentando la subida de tensión emocional y la conclusión degradante en sus pensamientos sobre el comportamiento de los sujetos en el mundo político, como casi en cada campo que quisieras a nivel público.
    • Andrés, eres exagerado, marginal, numerero – le dijo el compañero de barra.
    • No, Antonio – le contestó – lo fácil y sencillo es hacerse el tonto y no ser consciente de la realidad.
    • Bueno, pues eres repetitivo y no hay garra que te saque de la dichosa temática de la falsedad publica – le contesto, señalándole con el dedo indice mientras elevaba el vaso del gin tonic. El relax del fin de semana comenzaba rápido para Antonio. Su elegancia nunca distonaba con sus buenos gin tonics
    • Cierto, porqué pienso que es la punta del iceberg del mal social. Unos engañados y los otros que nos engañan.
    • Pero, Andrés, no sé porqué quieres una cosa que no es ni existe. Leete a Marx, a Nietzsche y comprenderás la dualidad esencial en cualquier sociedad  - no me creo que sea yo, el que esta vez te cite a estos dos grandes locos más.
    • No, no quiero nada, Antonio. Esta mañana llegó Dark Veder y nomás me he levantado con la intención de criticar y pasar de todas las imbecilidades sociales, de insultar a todos los dirigentes que me tratan como si estuviese tonto, o, y peor, ver como los rematadamente tontos, me dirigen y conforman mi futuro. Detesto las sonrisas del millón en los políticos, siento nauseas ante las frases hechas, estudiadas, vacías de contenido pero con un gran impacto teatral y efectivo.
    • Andrés ¿qué te has tomado esta mañana?, ¿te has fumado un canuto, bien cargado, de Marihuana?
    • No, Antonio, no, he oído declaraciones de esta político esta mañana y mis nauseas se amontonan.
    • Pues ¡cámbialo!
    • La endogamia es constitutiva de la realidad política...¡hay lo que costó que entra los Borbones a reinar en España pese a la deformación mental de los Austria por su propia endogamia!


Mareado y cansado se había levantado aquella mañana Andrés. Había decido no callarse nunca más en dar su opinión nefasta sobre la construcción social que le rodeaba. Se encontraba valiente y sin miedo a ser calificado de una manera o de otra. Se decía que es de listillos hacerse el sordo, modo a ciego y callarse ante la realidad. Decidió ser el tonto sublime que sabia que era, inevitablemente.


Esto era literatura y ahora viene la opinión del autor, solo para deciros mi cansancio ante la actitud de los Políticos. Todos los sabemos, somos conscientes de sus actos interesados, maquiavelicos, falsos, inoperantes. Todos sabemos que nos mienten y no cumplen sus palabras. He estudiado Filosofía y tengo muchos conocimientos sobre las construcciones sociales, las democracias, las revoluciones, el mercado, los capitalismos, los comunismos, los pensadores y demás y esta mierda social y política actual, son las que desencadenan la aparición de tiranías, fascismos, provocadas ante la desesperación del pueblo con una democracia que se convierte en el beneficio lucrativo de unos y entre el ridículo personal y el ataque a la dignidad de los otros.






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