lunes, 27 de agosto de 2018

EL DOCTOR WILLIAMS TORCIDO Y LAS CURVAS ANÍMICAS





  • Hola doctor
  • Que tal, Buenos Días, dígame, paciente.
  • Mire quiero que me oculte mi misero pecho y me digo el tono, calidad, trascendencia, angustia, alegría de mi espíritu por el escrito que haré esta tarde.
  • Quítese la camisa y comience a respirar profundamente tratando de olvidarse de todos aquellos cabos que le impiden abrir su alma.

La clínica “Estructuración tu alma. Diagnostico y consecuencias del sentido animo en la futura construcción intelectual” era dirigida por el doctor Williams Torcido, conocido animólogo, doctor en animología y ciencias anímicas de la universidad de la ciudad Mejicana del Alma Perdida. Su tesis doctoral: “Las lagrimas que conducen y guían mis pensamientos y razonamientos” le había elevado a la fama con una premura sorprendente,por la belleza del escrito, por la utilidad practica y por la necesidad que tenían de una explicación fuera cual fueses circunstancias como aquellas. Poco después, aplicando en programas informático todos los síntomas con los que trabajar abrió clínicas en muchas tierras Sudamericanas y en su tierra natal, en la traidora Europa, en la engañada `por amor España y en su bella y dulce ciudad, Valencia, donde él estaba y recibía con afición y arte a sus clientes. Lo hacia por belleza y afición pues el cash ya le sobraba.

  • Uhyy, aquí tiene pitidos de un fracaso amoroso. ¿Habló al final con la conductora del autobús tratando de concertar una inocente cita para cenar?, y ¿qué le dijo?
  • Que me hablaba de matrimonio o vida en común o no había asunto que discutir ni amores que soñar. !oh¡, yo buscaba pasión, deseo, la fugacidad del sentimiento altruista y me encontré con el supuesto amor, siendo no más que intereses ocultos entre las falsas promesas de amor eterno.
  • Tiene Usted mucho talento, ya lo sabe, pero hasta que su balance anímico no se desestabilice, sus teorizas filosóficas, vitales, ontológicas, esenciales y estética cogerán el camino del racionalismo cartesiano ante el miedo y temor al fracaso.
  • Pero ¿que hago?
  • Usted desea escribir algo que nos saque a todos de nuestra rutina repetitiva, insista en su fracaso. Llévele flores y dele una en cada parada y aguante, en la desesperación del desprecio, cada momento del viaje. El desequilibrio le llevara a la diferencia y la creación. Recuerde, si ve en sus ojos una ápice de satisfacción, de empatía, comience a separarse, si no quiere que su diferencia de evapore. Y huya sin la mas mínima duda si ve amor y comprensión, ¡es el veneno de su creatividad!
  • Doctor, me lo pone Usted muy difícil. Sueño con cenar e irnos después a mi casa a estrenar y corromper las sabanas de mi inocente cama.
  • ¿quiere ser un escritor que sea recordado con el paso del tiempo o quizás solo publicar algún articulo en algún humilde y perdido periódico?

Arturo Cortafuegos,, salió cabizbajo de la despacho-enfermería para almas y mentes enfermizas y comenzó a calibras las palabras, consecuencias y elecciones que el doctor le había planteado. Fue a coger el autobús,, pues tenia cita al día siguiente.

  • A ver Señor cortafuego, despeje su toras
Comenzó a oscultar

  • El mal de amores sigue ahí, bien, la ilusión de la vida compartida también – alzo la cabeza y le miró con cara correctiva- pero ¡¡si, si, tiene pitidos altos en la zona posterialfonica que enlaza su alma con el musculo dortisos!!!..¡¡¡las dudas, la incomprensión, la incomodidad ante la realidad comienzan a invadirle!!!
  • ¿Voy por buen camino?, lleno de amor, le lleve ayer las rosas mas bonitas que habían en todas la ciudad y no recibí mas que miradas de desprecio y molestia, pero ¿porque?, ¿no valía un simple no con alguna sonrisa?, no solo es que no me quiera, me detesta y mis sueños se llenan de rocas incandescentes del volcán y de fieras que lo persiguen durante todo su recorrido. Se siente feliz con sus palabras, yo no.
    El paciente comenzó a llorar y entre sollozos decía
  • Dígame, dígame, Doctor, ¡cuan misera puede ser esta vida!, ¿tiene algún sentido buscarle entonces un razón de ser?, ante esta injusticias ¿tenemos algo más que nuestra inmediatez?, ¿porqué busca amores formalizados cuando la pasion siempre fue antes que las estructuras impuestas sociales culturales?, ¿estamos atados a ellas?, ¿será todo el mal de nuestra vida el hecho de estar sujetos a unas circunstancias, como el autobús que aunque quisieramos huir, tenemos que mantener?....
    La sonrisa del doctor Williams Torcido fue en aumento a la par que las dudas del enfermo surgían y crecían de manera acelerada. Y el paciente seguía y seguía y las dudas le llevaban a preguntas, las preguntas a soluciones cargada de mas preguntas. El doctor sabia que la solución de la vida no era un elemento estático, sino una elección vital, un camino sin destino. En aquello, el señor Torcido paró, y sus ojos se abrieron como platos. La comprensión llegó sin llamar a la puerta y sin ser esperada. El doctor le dio el alta al paciente, se despidieron cortésmente y ambos dos decidieron no verse más y permanecer siempre en la duda cual seria el futuro de ambos.

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