martes, 26 de febrero de 2019

LA VERDAD ES LA FELICIDAD





La verdad es la felicidad. No comparte ningún otro rinconcito con nada más.
No tiene, la verdad, ninguna forma objetiva, definitoria, conceptual.
La verdad alude solo y unicamente hacia lo que nos produce el placer de nuestra existencia.
La forma, ocupación o manera son totalmente secundarios.
No tenemos ninguna esencia definitoria más que el estado de la felicidad.
Nuestros instintos murieron con nuestra capacidad de elección y con ellos nos llego la responsabilidad de la opción en nuestra vida y búsqueda de actitud correcta.
La teoría nos envuelve en un sin soluciones activas.
Es la maniobra del vivir disfrutando de la existencia puntual como un estado personal y transitorio que nos obliga a su disfrute.
La elección no es conceptual, sino dinámica.
No es un sustantivo, sino un verbo cargado de intencionalidad.
El carpe diem que difumina la rigidez, marca la felicidad y mata del objetivismo y nos introduce en la felicidad del camino.
Solo encontramos la realización y razón de ser de la realidad en nuestro gozo personal.
Ésta es la verdad.
Cualquier otra explicación filosófica será falsa.
La Filosofía es un arte de divertimento.
No nos soluciona nada, puesto que no nos da ninguna solución real, objetiva, cierta.
Es una herramienta de progreso intelectual, de tratamiento mental, de incremento racional y cultural.
La Metafísica son suposiciones, intuiciones, esperanzas, convicciones, pero no son sino divertimentos al compás de nuestra ansias de resoluciones.
Buscarle un fin y objetivo a la vida es un camino equivocado o una acción infértil.
Caminar entre la alegría, la diversión, el gozo son los únicos motivos de realizar la experiencia vital.
Qué problema es ser un loco si lo eres siendo feliz.
Si la cordura te lleva a una seriedad, sindisfrute, ataraxia, distancia, frigidez, aun encontrándole justificación, es una contradicción existente, es una antinomia.
La vida deja de ser un regalo y se convierte en una lucha contra la incomprensión.
La actitud válida y única es el disfrute máximo de cualquier momento, entendiéndolo este como único, ultimo, irrepetible y pasajero.
Si buscamos otro motivo transmundano que supere al momento de acción, estamos perdidos.
El único mecanismo impositivo es la acción momentánea e instantánea por la propia entidad del momento resolutivo sin tener que ir más allá.
No hay fin en el camino, sino que el camino es la propia resolución diaria..

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