jueves, 17 de marzo de 2022

El Café. La inutilidad de tener sexo atómico


Entraba a El Café Alberta  con gafas oscuras y una gorrita de lana azul,  haciendo como casco y como gafas de volar, para aterrizar su kamikace en la barra. Se sentó en la butaca, como con prisas y comenzó a hablar.

-          - Imaginaros; presidente Francés, por la tarde noche del jueves a las 8'45 teniendo que decidir si mandaba las 400 bombas atómicas a Rusia. Las del dictador Putin ya volaban hacia Francia…a ver, valens ¿ dispararíais vuestras armas de fusión nuclear?

Andrés se echó ligeramente hacia atrás apoyando el codo en la la barra y le dijo.

-          -- Llevas dinamita,  amiga. Convence al personal Francés  de no responder la agresión atómica al mismo nivel.

-          - Pues ya te digo que apretaría el botón  y respondería.  No tendría la sangre fría – apuntó Antonio- ¿ está justificado según la moral en la que nos movemos por estos lindes, actuar intercambiando muertos, que es la única utilidad de las explosiones termonucleares?, ¿ de qué valdría la riquísima Rusia destruida como aval de reparaciones?. De nada.

Apoyando las manos y sonriendo dijo Alberta

-          - Y después de degollar como un cerdo a Putin, se desmonta Rusia para construir un Francia especial, nueva y única. Todas las riquezas del territorio ruso serán suficientes. Esto sí que sería racional..

Jesús se acercaba limpiándose las gafas. Acababa de moler el Café importado de la península arábiga. El olor, muy agradable, se sentía y les gustaba.

-          - No lo dudéis ni un instante de lo cierto de tus palabras, amigo. Es verdad  pero por nuestra naturaleza agresiva actuaremos tal que la ley del Taliot.

-         - La sangre manda más que la razón y la muerte volaría de un país al otro – añadió Alberta levantando ligeramente la mano.

Andrés cambio algo el semblante y moviendo la cuchara del poleo les dijo

-         -  Las armas atómicas son una inutilidad por si mismas, no dan victorias, solo producen destrucción. Es el cambio, por lotes millonarios,  de muertos, sin ningún premio ni beneficio. Para controlar, darle provecho, utilizar y explotar las indemnizaciones, debes de ir con tanques al lugar y tomar posesión . Las bombas francesas no pararían al loco dictador. Tanques hasta su casa y, en buenas condiciones,  pasearlo desnudo en una jaula, por todo el mundo.

Los cuatro sabían que habían muchas posibilidades de verdad de muchas de sus sensaciones e impresiones, pero también sabían que el mundo tenía otras y distintas sensaciones e impresiones en muchas ocasiones.

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