viernes, 27 de diciembre de 2013

PAPA NOEL, LOS REYES MAGOS Y LAS NAVIDADES




Os lo anuncio para aquellos que no lo tengas claro.
Os lo digo por si alguien duda de lo que piensa.
Se piensa que todos somos consciente de todo esto pero nadie lo dice, nadie lo manifiesta y nadie hace nada por evitarlo, aunque sea aquellos que imponen el problema los que impiden su resolución.
Las grandes compañías con poder económico para hacer publicidad, van a romper en todas sus dimensiones estos tres elementos constitutivos de culturas y religiones.
La temática es repetitiva y constitutiva, pero da la sensación de nuestra inconsciencia hacia un hecho innegable.
Las fiestas Navideñas han pasado a dejar de tener otro sentido mayoritario más que el marcado por las grandes compañías hacia la compra como mudus operanti y, lo cual tenía que estar penado legalmente, mediante la utilización, manejo, conducción, engaño, adiestramiento y deformación de la debilidad propia y constitutiva de los niños pequeños.
Y ahora sigo con esto, pero como cuña también decir que se produce un mal momento para los adultos, una indigestión, ¿por qué?, ¿por abusar de la carne seca?, no, por la tremenda carga mental que supone la compra de todas los objetos pedidos y deseados por los niños tras el adiestramiento subliminar que estos reciben.
Le quitan toda naturalidad y satisfacción a los regalos que reciben pues siempre habría querido algo más ante la saturación de deseos que las mal intencionadas y maquiavélicas grandes compañías les dan, los toman y los conquistan.
En España, el ejemplo más evidente que yo encuentro es el de Papa Noel.
Bueno soy un hombre de mediana edad (42) y provengo de una familia de clase media bien acomodada que jamas tuvo un regalo de P.N. ¿Y cuando empezó?, bien, abramos los ojos, aquel día que aquel empresario, que su baba se desliza por entre sus dientes en cuanto ve la posibilidad de dinero, decidió enajenar al pueblo haciéndole ver la necesidad y alegría de introducir otro motivo de regalo. Este vampiro, supo como llevar a cabo el proceso y aquel estaba en atacar al los niños, induciendoles para que le pidieran juguetes a sus padres. Este empresario, goteandole ya las babas y cayéndole por entre las ranuras de la boca, vio como los padres nos sentíamos con el compromiso de satisfacer a “nuestra preciosa princesita” o “al fortachón vaquerito” (valgame dios que yo, regateando cualquier explicación minimamente realista les he dicho que los renos no cabían por la puerta)
Es el ejemplo más claro de la manipulación social por los grandes concentraciones monetarias.
¿La solución?
¡Clarísima!
Moderemos todos nuestras compras, apaguemos la televisión en estas fechas y respetando las culturas nórdicas y apuntalando la nuestra regalar en los reyes.
Si alguna persona de hace, digamos y sólo digamos, dos cientos años, levantara la cabeza y mirara, no es que estuviera de acuerdo con esta forma de navidades, sino que jamás la asociaría con la navidad que el conociera.
Hablando con algunos sobre algunos temas, la competencia eléctrica, los intereses ofrecidos por los bancos y etc, parecen no darse cuenta de la gran confabulación que realizan entre ellos para obtener, no robar, pero sí obtener los máximos beneficios disimulando una competencia inexistente.
Pues lo mismo con los regalos.
Las grandes fortunas o acumulaciones monetarias manejan el funcionamiento de la vida y desarrollo social.


 No soy un apologista, ni idealista o dogmático sin sentido. Pienso más como Hume que como Rousseau, pero no seamos inocentes y démosnos cuenta y denunciemos la constante manipulación a la que estamos sometidos.

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