jueves, 16 de enero de 2014

INTERNET



¡ufff!, Internet, ¡cuantas cosas buenas y malas nos traes!
Así, por qué no y para empezar, digo que he encontrado aquí círculos de interés temáticos que no afloran (pues muchos llevamos el germen de hacerlo) en nuestra realidad, por su absoluta indiferencia que se da por ellos. Hacer reflexiones sobre inquietudes internas y/o sobre filosofía es difícil que se den.
Aquí (donde estoy, en Internet) sí.
Esto entiendo que es buenísimo para nuestro desarrollo personal.
Es una acción excelente poder exponer tus pensamientos y encontrar conversaciones en los que se incluyan o participes con ellos.
Conocer otras visiones en diferentes paises y lugares y de personas que poco tendrán que ver contigo en su propia ideosincrasia
Y como todas las cosas tiene ese “pero” que construye con su puntualización.
Y este pero es que el cambio es radical y las consecuencia serán notables, tangibles y operativas.
No bueno ni malo, pero algo que compone un tanto por cien elevado en la trasmisión del mensaje como es los gestos que utilices, cuando realizas dibujos imaginarios con tus dedos, cuando moldeas las ideas entre tus manos con sus movimientos, desaparece. Ésto tendrá una consecuencia, mas pronto o más tarde en nuestra interrelación social.
Pienso que el escribir, libros digamos, se traduce en un acto reflexivo para transmitir un mensaje, del tipo que sea a desconocidos que jamás verá el autor. De ahí que ya desde el primer momento la descripción con palabras es lo único que se busca.
Pero en Internet no. El termino “ver” es metafórico totalmente, pero el termino conversación si qué se da literalmente. Y aquí cuando conoces al interlocutor, es más difícil y diferente conversar desde la distancia, con palabras y letras y su práctica incrementará la habilidad, rapidez y asimilación, lo cual implicará, según la frecuencia de uso y si ésto se convierte en hábito, que tendrá modificaciones a nivel relacional.
Tres, el asunto del Internet, puede llevarnos a una monotematización de los modos y fines del mundo en su totalidad. Los pequeños pensamientos quedarán reducidos a los pequeños círculos de amistades. El globalizar los acontecimientos da como resultado, por nuestra propia limitación a la hora de procesar la información, que sólo trabajemos con la mas importante a nivel general (qué será el nuestro dentro de la globalización.)
Corremos el peligro que la individualidad cultural, se difumine entre las teclas de los ordenadores.
Lo expongo en afirmativo pues son conclusiones que obtengo a sabiendas de que hablo sólo de un camino de continuidad, cuando hay más.
Es una asunto nuevo (¿25 años?, no sé) pero el ritmo de cambio a nivel relacional es potencial y esto tendrá con seguridad consecuencias a nivel social y cultural.
No habla de empobrecer o enriquecer, hablo de un cambio relacional, tangible y diferenciador.
Igual nos acostumbramos a dialogar con mas pausa acercándonos a la velocidad que se da cuando escribes o igual nos hacemos superfluos y rápidos en la conversación, o puede también que quizás la cultura personal aumente ante la posibilidad de consultar todo tipo y toda clase de información en el móvil quizás nos haga más ignorantes en la profundidad de nuestros conocimientos por no conocer más que datos puntuales de toda una generalidad., quizás aumente la relación social por la citación rápida que se da o bien disminuya la vida física social por la comunicación a distancia
¿La solución coger esto de aquí y un poquito de allá)
Aristotelismo hablaba de término medio como elemento moral y correcto. Los Griegos elevaron la razón en la explicación de su mundo circundante a todos los niveles, pero el gran, y siempre, Aristóteles nos habló de la teoría y no de la realidad. El término medio lo tienen los elegidos y estos no se si son.
Realmente los cambios serán grandes.
Mi anterior generación lo han conocido cuando ya sólo lo van a utilizar, sólo utilizar, mi generación nos lo hemos encontrado y es un elemento formador de nuestra vida, pero siempre como instrumento externo, la siguiente generación a la miá, la cual el móvil y demás son objetos cotidianos, Internet y la comunicación global serán parte integrante de su normalidad y en cualquier elemento constructivo, esta nueva comunicación será un elemento definidor.
Desde el momento en el que escribo esto y no debo, siquiera levantarme de la silla para encontrar opiniones sobre esto, o dar la miá sobre aquello, en mi caso, a 400 millones de hispano hablantes, es un acontecimiento importante que bien utilizado es bueno.
No hablo en ningún momento de realizar una acción normativa sobre el uso, ¡no!, ¡nunca!, pero (ya estamos otra vez) sí que tenemos que ser consciente del cambio no operacional sólo, sino esencial en la persona nos va a producir estos nuevos medios de comunicación.

Ya lo hicieron otros de una manera importante, pero ninguno supuso el nivel de cambio que la globalización total de Internet supone.

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