Y la mañana llega galopante entre la plenitud de mis sueños
¡ por qué me tuviste que sacar de ellos!- me pregunté.
Serpenteando hasta la cocina de mi casa ahogué mis últimas esperanzas
de seguir en la cama cuando tenía el vaso de desayuno y las galletas entre ambas
manos.
El vestirme era un solemne y triste ritual que realizo, con respeto
y consternación, todo los días.
Salir a calle es un insulto para mis ojos y oídos ¡qué hice yo
para sufrir tales contaminaciones rompe-tímpanos y desvela-pupilas…!
Pero siempre se sigue, que hay un nuevo principio y salida…y
es cuando llega la música y el tren que me devuelven entre besos a mis sueños e
imaginación.
El tren me llena de reflexiones… quizás sea por el contacto de
las ruedas metálicas sobre las vías o el temblar de las pequeñas piedra blancas
que sostienen todo el viaje espiritual con forma de vagones de tren.
Así cuando quise darme cuenta allí estaba con alegría e ilusión
camino del trabajo en el tren, sonriendo, soñando, creando e imaginando para hacer
poesía.
La poesía está en las ideas entrelazadas con virtud, con arte,
con amor, en la que las frases sean cascadas y ríos haciendo poesía cantando mientras en el mensaje.
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