Inamovible y absoluta, la tomo.
Razonaré tratándolo como ya
cierta.
Este escrito no es más que la
descripción de esta verdad.
En la cual entiendo que la suma
de las sensaciones sea la realidad.
Todas aquellas experiencias constitutivas forman nuestro material de
trabajo. Eso y nada más. Y con ellas vivimos.
Es de sentido imposible intentar
dar una solución como acabada que
configure todos los diferentes sucesos y acontecimientos dados a lo largo y
ancho de tu vida. La consecuencia de este no poder, son dos.
O bien, huimos de la
razonabilidad teleológica y tratamos la vida y sus condimentos como una,
siempre y supuesta, bella aventura, o bien le damos su posible inteligibilidad
allá donde la tenga.
Y esta sólo puede estar en lo a
posteriori, es decir en lo movible, transformable y controlable.
Y esto sólo es el tratar correctamente aquello
que te sucede.
El camino hacia esta corrección,
estaría en la comprensión de la necesaria experimentación para el conocimiento de
los avatares de la vida.
A todos nos sobran ejemplos y
conocimientos en los que la misma circunstancia, hecho, posesión,
característica, estado, volumen y demás,
tomados y considerados de manera positiva, han provocado buenas o malas
consecuencias.
Pues el problema se duplica al
acontecer sucesos llamados o calificados como malos pues también hay
consecuencias buenas y aprendizajes útiles. Quizás ante la muerte de alguien
cercano, nunca deseada pero inamovible, llegas a tener una nueva dimensión que
te es útil para y en tu vida.
Atisbo el mundo que me rodea y
perfilo sucesos y normalidades habituales que ni comprendo ni comparto. Esto
es, sin duda, un problema, pero, sorpresas, incomprensiones, dudas y entonces,
la bella Filosofía.
Éste se
triplica cuando realizando un definitivo salto Copernicano comprendo que la
disfunción está en la lente que observa.
Si aquí, en este punto
describiéramos una verdad a aceptar, la
solución sería unívoca.
Pero
no, no lo es. Hay un elemento voluntarioso y el problema o asunto se multiplica
por cuatro..
Mi mente
lo intenta, pero mi espíritu se aferra a sus estribos y se niega.
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