miércoles, 25 de abril de 2012

SOCIABILIDAD


         


Y me pregunto cómo me comportaría si viviera en solitario con mi mundo circundante.
         Hay bastantes acciones que las realizamos y encuentran sentido en el sistema social propio, es decir, en compañía y justificación social, sea esta como fuere.
         Y me pregunto, hasta qué punto se reparten en estos hechos, la naturaleza, la sociedad y nuestro ego.
         Hay acciones que tienen su punto de mira, no más, que en los del alrededor, de lo más cercanos posibles.
         Tal que ¿Cuál es el objetivo de ir a nadar?, a pesar de su indiscutible valor sanitario, ¿nadarías si jamás tuvieses que enseñar tu cuerpo a nadie?
         La estética se nos mezcla y nos domina.
         Bajo la escusa de nuestra sociabilidad entra de lleno la interdependencia de los modos, las formas y las modas.
         Hay que luchar por la individualidad que nos compone.
         Gritar libertad tiene el problema de huir hacia el fanatismo o rebelión, in situ y porqué sí. Negar lo existente es una mentira muy peligrosa.
         Esta unidad contigo mismo no es desorden y desconexión.
         Nuestra natura se quedó atrás. Estamos totalmente constituidos por la sociedad, somos seres sociales.
         El ser, ser social no significa estar maniatado ni esposado a ella, sino es un caldo donde cocer nuestra unidad propia y seamos capaces de mantener nuestra libertad.
         La estética social mueve en este época y mundo mas que los hechos empíricos claros, consecuentes y con consecuencias.
         Y la luz del sol, en poniente comienza a escalar y huir en el edificio de enfrente.
         Es estética bien, pero es también un hecho natural e impoluto de intenciones, es materia prima y no un elemento elaborado con un fin concreto.

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