No
medimos más que una forma minúscula de la importancia de este dato.
Es
un hecho absolutamente necesario e indispensable para atisbar
cualquier camino de continuidad.
Cuando
hablamos de ella, aludimos a su importancia operacional y otras
cuestiones mínimas en el desarrollo social. Los dolorosamente
poderosos, dan Barroquismo a todos los acontecimientos educativos
pero, tal es su importancia, que nunca hacen suficientes medidas
propulsoras.
Se
gastan folios y folios en discursos que no hacen más que despeinar
la melena del león.
La
educación no es un elemento decorativo o funcional, la educación es
la esencia de la existencia de cualquier sistema.
Nuestra
ignorancia, nos arrastra, siguiendo a los que vociferan, por el
ejercicio deductivo en el que buscan supuestos estados de felicidad,
que no existen. Los sistemas deductivos que acaban en sistemas
ideales, son abstracciones que no tienen ninguna aplicación real.
Lo
que sí que existe es la correcta actuación en el momento oportuno,
y éste es el camino de la educación, es decir, nos tiene que dar a
todo individuo la capacidad para decidir, teniendo y manejando datos
objetivos, el futuro cercano.
Hagamos
una acción inductiva y retrocedamos, de lo actual a sus principios
formadores.
Y,
la educación es el único mecanismo para la convivencia de los
grupos sociales.
La
capacidad de autodecisión de los sujetos proporcionada por el
conocimiento de los hechos es el único camino de la correcta
solución.
Debe
de decidir el ciudadano o individuo preparado y educado, y no
aquellas personas que ahora saben y quieren y nos llevan, por
nuestra carcomida ignorancia, allá a donde consideran, ellos,
necesario
No
hay plan, ni adjetivo, ni destino, lo que hay son unos individuos
preparados para ir andando el camino, vaya donde fuese.
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