miércoles, 13 de junio de 2018

El individuo y la colectividad o el sujeto en la sociedad.




- No, Antonio, él me dijo que nos consideramos y nos nombramos elementos sociales y colectivos, apelamos que en nuestra esencia, está la vida grupal como elemento definitorio y definitivos , y yo, amigo, después, muy ignorante de mi, salgo a disfrutar y compartir esa esencia colectiva, que por definición, su realización, me llenará de alegría mi vida.
- Bien ¿y qué te pasó? - le dijo Antonio mientras le hacia una pequeño sonrisa levantando la taza del poleo.
- Anonado y desconcertado me quedé, cuando comenzé a mirar a los ojos a todos los peatones circulantes que transitaban a mis alrededores – le dijo con cara de resignación cómica irguiéndose de la taburete de la barra del bar.
- Pero, Andrés, ¿qué esperabas encontrar?
- Te lo digo, ¿donde está esa parte constitutiva y compartida?,¿en que lugar sé que coincidimos?
¿qué mundo estará viendo?, ¿el mismo que yo?
- Sabes que nunca encontraras aquellos elementos en los que tu quieres moverte. Sabes que eso no lo verás ni sentirás nunca.
- Uno, ¿porqué me acusas siempre de la inutilidad de la existencia de verdades primeras, esenciales y lógicas constitutivas de la realidad que van más allá de aquel puente de cables?, y dos amigo, si tuviéramos una parte compartida, anímica, esencial, constitutiva, espiritual, nuestras maneras de conexión serian totalmente diferentes y lo sentiríamos y notaríamos,
- Entonces, nuestro desarrollo y configuración actual, ¿de donde viene?, ¿a qué se debe?. Esto que hoy tenemos, no vino en las lluvias de la primavera.
- Mira, Antonio, dejame que te lo explique. Nuestra comunicación actual es pura necesidad de acto, las reglas sociales son puros elementos mecánicos para la vida grupal, surgida ante las dificultades naturales.
- Bueno, y me pregunto intrigado y expectante ¿que aspecto negativo tiene esto?
- Ya te lo digo pues, el sentimiento de soledad pulula por todas las calles de mi ciudad.
Cada individuo pasea, expandiendo por sus codos, una vida única, inabarcable e incompartible.
Según la cercanía, la distancia propia y constituida, la diferencia, se esconde, susurra, y el conocimiento del próximo aumenta o se pierde entre la ética, moral o el amor.
- Me estas hipotizando, Andrés y las hipótesis y como tales no tienen fin en su proposición.
¿y si sí que la tenemos?
¿no será que aquello que damos como bueno está ahogando a nuestra esencia compartida?, ¿a nuestra realidad común?
¿qué en otras circunstancias actuaríamos todos al unisono?
¿y por qué no?
- Sí, sí, Antonio. El problema es el encadenamiento.El mercado, es decir, el intercambio de elementos materiales, toma forma, se nos convierte en necesario, toma entidad y funcionamiento propio y nos somete a actuar tal y como es. Coste, dinero, intereses, prisas, leyes de belleza, falsedades, efectividad numérica, horarios, regularidades y más.
El desastre formativo viene cuando estos movimientos toman forma constitutiva y esencial en los sujetos.
Nos metamorfomizamos en mercados andantes, las leyes del mercado se convierten en nuestras fuerzas constitutivas. (Pero la de aquel, la mía y la tuya que esto estas leyendo).
- Conclusión, habrá que cambiar los sistemas – le dijo a Andrés.
- Leches – tácito, explicito y gestual, contesto Andrés. Que ¿quieres construir otro sistema artificial que cubrira nuestras necesidades y trazar el camino para nuestra realización personal? Otra chapuza de aprendices de la nada.
Antonio sonrió abiertamente. Le encantaban las explosiones de franqueza de su amigo.
- El único camino, y esto lo siento como mi pulso, es la educación.
Liberémosnos de las imposiciones autoimpuestas y sin ellas tratemos de conocernos.



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