LA PÉRDIDA DE LA PERSONA.
Y la persona queda olvidada y fagocitada entre las supuestas
estructuras que la potencian y la mejoran.
El ser humano desaparece entre teorías explicativas,
englobantes, objetivas, teleológicas, mecánicas, sintéticas, formalizadas y
aplicadas a colectivos o generalidades.
Todos los elementos interactivos enseñados están pensados en
el ciudadano como elemento perteneciente a un colectivo.
A los profesores se les pide una serie de requisitos
técnicos, formales y de contenido. El sistema educativo, está constituido por
elementos y teorías necesarias, trasversales y dominadoras de todos los
objetivos y los informes y proyectos generales, se basan en objetivos
relacionados con la naturaleza propia de la educación y sus repercusiones
sociales
Y ¿dónde está la persona?
El mayor valor, para cualquier tipo de acción, sea la que
fuere, será, en la educación, fomentar las capacidades propias como persona, en
las características formadas y educadas del sujeto.
La persona se nos olvida, se nos pierde.
En el tanto por ciento de la validez comunicativa a la hora
de dar clases frente a los conocimientos, será de un 80% a un 20%., a favor de
las estructuras deshumanizadas. Pero esto es igual. Son los conocimientos teóricos
los que tengan la llave del trabajo que ocupará, independientemente de lo aprendido,
usos, costumbres, capacidades, maniobras, psicología, vitalidad, comunicación,
y sus propias características tengan, como personas una capacidad educativa
grande.
No me interesa educar
y preparar personas para que actúen en la colectividad sino que sepan
enfrentarse a situaciones y problemas.
Lo único que sabemos hacer es darles materia y conocimientos
a las personas, creyéndonos que esto nos hará, cualitativamente, mejores
personas.
La preparación de persona como tal, en su amplio concepto,
está perdida y abandonada.
¿Al colegio?, ¿primeros años? ...niños y niñas fuertes, jóvenes
equilibrados, tranquilos, creativos. Potenciar el control mental, la educación
ética y etc...
¿Esto qué es?
Formarnos como personas.
Y esto, primero, poco interesa y segundo, aunque lo hiciera,
toda la banda de incompetentes que dirigen el país en estos momentos, dudo
mucho que tuvieran la capacidad de hacerlo.
La persona murió, el individuo dejó de tener sentido y
responsabilidad. Nos da miedo tomar decisiones y salirnos de los sistemas,
modos y maneras establecidos.
Los ríos de España se te olvidan o se te pierde alguno.
Ahora bien, si te enseñan la convivencia, su validez, su
necesidad y su alegría de tenerla, esto, jamás, pero jamás se te olvidará.
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