Albert Einstein y Charles Chaplin, paseando por el Hemiciclo.
Paseando por el corredor superior y escuchando el debate, Charles
Chaplin le comenta a Albert Einstein – grandes amigos, que le parecía cómico el
espectáculo que daban estos dos personajes y le costaba encontrar solución al
asunto de que todos y cada cual de ellos describía y expresaba con pasión, una
visión absolutamente diferente de la misma realidad. Einstein, magnifico científico
con una mente privilegiada, le comentaba
– Amigo Charles, el mundo y su
verdad, se limita y se conforma según y desde los datos que utilices para
buscarla. El mundo no es más que el reflejo de tus conocimientos.
Charles se quedó pensativo…
- De acuerdo, Albert, pero ¿Qué datos
no comparten estos dos personajes?, viven la misma realidad.
Einstein giró la
cabeza y sonriendo en voz baja le dijo
– Amigo, la deformación de los
datos es total cuando se entienden y se ven bajo unos principios doctrinales propios
que conforman su entidad ontológica.
- Total, entre sonrisas – Charles
también era un hombre muy inteligente dijo- que la igualdad de la conversación
es casi imposible, al menos aquí, pues son incapaces de salir de su mundo mal
formado por sus principios - comentó mientras la faz de su rosto se ensombreció
ligeramente
– sí, así es, piensa, amigo que
el mundo que ves y que comprendes está conformado hasta allá donde llegan tus
datos y conocimientos.
Con cara de
curiosidad Charles preguntó…¿solución?..
-
mira, amigo, es más fácil comprender y aprender
la concepción geométrica curva del espacio de la realidad física que la torpeza
de estos hombres a no entender que la verdad no está en sus manos…que sepan y afirmen que no es más que una
construcción propia de la realidad. Amigo, la verdad no existe…solo nos debemos
de mover con los bien intencionados acuerdos.
Siguieron paseando por el corredor superior del hemiciclo,
viendo como la conversación oral de sordos continuaba.
- Einstein, voy a hacer una película
sobre estos individuos…haré que el público se ría
Con una gran sonrisa ambos, continuaron deambulando su camino
por el corredor, allá, en el último piso del hemiciclo.