martes, 27 de marzo de 2012

INAPROPIADO


                  Tengo que huir de ello.
            Es totalmente imposible que al escuchar algunos temas o melodías,  éstas, no envuelvan  y cubran mi alma y cieguen  mi razón.
            Remar en mi barco y recoger las velas de los sentimientos que me llevan allá donde los vientos de las emociones quieren.
            Pero, y además,  tiene  una doble dimensión. Una es las olas de la sociedad donde  los movimientos emotivos aparecen cuando nacen o cuando quieren con objetivos directos.
            La otra, propia y personal, que puede recorrer toda la vida,  encontrándose elementos  auditivos que te trasportan y te llevan al lugar aquel. Entonces te emocionas y perturbas.
            Actuar desde la razón  en ocasiones es posible, pero a la par que lo digo, siento esto que pienso y el  problema continua.
            La fenomenología pura y dura es una ilusión. Jamás podremos obviar nuestros elementos correctivos y deformantes en la objetividad racional.
            Es complicado ser juez y reo y quizás lo más conveniente sea permanecer, como  dijo aquel, de Espectador ante el espectáculo general y el desarrollo y movimiento vital propio.

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