sábado, 5 de mayo de 2012

CAFE VIII

      -¡Quiero ser libre! Dejando el corazón en mi casa.
      -¿Qué me quieres decir?
      -Contarte que no puede ser que mi idea, visión y concepción del mundo esté totalmente y absolutamente ligada al color con el que alumbre el la luz de mi alma.
      El camarero, amigo y de confianza, comenzó a murmurar a su máquina de café que ya volvía Andrés con sus andanzas. Andanzas que siempre escuchaba estando detrás de su delantal pues intuía que allí se tomaba una dulce infusión.
      -Pero Andrés, claro, la vida no es agua en un tubo de laboratorio, sino un rio cabalgando y descendiendo por el barranco de “El águila muerta”. De ahí que el cambio también sentimental es constante.
      -Vale, vale, Antonio -sonriendo y acercándose ligeramente a su amigo- pero pongas donde pongas el barco, necesitas un acto de voluntarismo, de dominio sentimental para imponerte a tu alma al actuar.
      Ahora Antonio se alejó, también ligeramente.
      -¿Y al control sobre tus impulsos naturales o inclinaciones personales le llamas libertad?
      -Si.
      -Y, entonces ¿Caes dentro de la objetividad y necesidad de los hechos?
      -También.
      -Andrés pienso igual que tu que hay que huir de la presión de los sentimientos. Pero tengo dudas en cuanto a la sumisión a la razón. La prisión de la lógica, la necesidad de la ciencia y la desesperanza de los mecanicismos, no sé hasta que punto potencian   mi libre albedrío.
      -Antonio, no es una sumisión a una verdad que no existe, que no es. No hay nada completo, infracturable, una unidad sin fisuras es decir una verdad absoluta. Sólo la hay en aquellos sistemas artificiales y creados por el ser humano, tal como la lógica, que es un sistema coherente consigo mismo pero que no dice ninguna Verdad por encima de su constitución.
      -Pero ¿De qué hablamos entonces?
      -Yo te hablo de la voluntad capaz de dominar la loca estética del corazón, los juguetones sentimientos del alma o los inevitables pequeños traumas que la vida deja en cada uno de nosotros .
      -Andrés, complicado es lo que dices y pretendes.
      -Si, claramente. Este asunto no es un hecho puntual, es un acto repetitivo hasta llegar a la tranquilidad. Por supuesto que tenemos una base fisiológica y genética, pero somos ya, seres totalmente sociales, con lo que así pues la educación es un elemento   fundamental en el control, entendida como usos y costumbres que aumenta tui capacidad decisoria por encima de mis impulsos, en varias circunstancia.
    El barman les miraba por encima del hombro, se giró y les dijo
      -Tras dos semanas después del verano, mi hijo, vence el uso y costumbre adquirido en el verano y cambiándolos comienza a levantarse con facilidad y normalidad para ir al colegio, ¿No, Andrés?, le dijo sonriendo.
      -Magnifico, magnifico, le afirmó entre sonrisas.
    Y entre estas risas ultimas del café, volvieron, todos y cada uno, a su trabajo.
    Era invierno ya anochecía a media tarde. El sol descendía lentamente por la pared en el edificio de enfrente de la editorial.

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