Por
más que me duela, hay una gran diferencia.
Hasta
hace poco, llegué a pensar que la filosofía era una una correcta
reflexión nomás.
He
estudiado y leído bastante pero fue antes de ayer, leyendo a Quine,
en en libro sobre las utilizaciones del lenguaje, cuando me di cuenta
y me sentí mucho más cerca de la definición de la que tanto huía
que dio, de ella, uno de los más grandes pensadores que ha habido
nunca, el filósofo (1), Aristóteles.
Ante
la dificultad de entenderlo y la multitud de veces que lo tuve que
leer, a Quine, para obtener una comprensión de las idas de este
hombre sobre las proposiciones descriptivas de las qué hablaba, fui
consciente de la dificultad que en nuevas circunstancias puede tener
para su comprensión la Filosofía. Tenemos la costumbre de leer
primero a un especialista (así me enseñaron y así estudié) o
escuchar a un profesor y más tarde ir a los textos. Ante esta
operatividad no nos damos cuentas del movimiento técnico en la
utilización de ciertos componentes abstractos y los leemos como un
hecho absolutamente reflexivo pues entendemos y trabajamos sobre una
realidad ya descubierta y entendida como normal que nos ha dado
nuestro profesor o nuestro libro introductor.
Aristóteles
nos hablaba de ciencia, trataba a la filosofía como pensamiento puro
y como una ciencia más.
Los
términos abstractos eran tratados, estudiados, estructurados y
tratados de una manera científica, es decir objetiva, estructurada,
relacional, constructiva.
Pero
tras él, como dirá, aquel que se autoculpa, la filosofía morirá.
Bueno éste, Nietszche, la hace morir algo más pronto, con Sócrates
y la llegada del sentimiento e interés a la hora de la
investigación. La Filosofía deja de ser ciencia, en cuanto que deja
de ser un saber puro y se convierte en un saber condimentado por los
intereses y perspectivas.
Todo
esto es para decir que Quine sí que hace filosofía al tratar temas
lingüísticos y perceptivos de maneja objetiva, ordenada, analizando
y concluyendo.
Llegado
el siglo XX y ya a finales del XVIII, la Filosofía perdió
definitivamente su ser y comenzó a trasformarse en pequeñas o
grandes reflexiones basadas sobretodo en interiorismos y experiencias
internas. Esto no es filosofía. Esto son reflexiones. Hagamos de la
filosofía un conocimiento aséptico a las emociones. Construyamos
una ciencia analítica, objetiva, estructurada, con definiciones y
relación entre los términos.
Este
escrito es una reflexión, una intención, una opinión, un reflejo,
pero jamás es un articulo de Filosofía, pues no discuto, analizo
aclaro ningún concepto técnico. Doy mi opinión y comparto mis
pensamientos.
La
filosofía hay que elevarla algo más.
Hay
que darle un rango más, si no queremos que se pierda.
Las
reflexiones ontológicas, por ejemplo, son válidas para la
comprensión, es ciencia de los existentes, pero ha perdido toda su
validez pues la filosofía es entendida como la opinión de uno y no
como un estudio científico con la realidad y verdad que hay en él.
Las
reflexiones son un elemento de expresión y comprensión grande. La
personas lo necesitamos para crecer como tales.
La
Filosofía es un tipo de conocimiento con una aplicación empírica.
Repito, no estudio, pero sí aplicación empírica.
(1)
Hasta la edad media en Europa, éste, Aristóteles, era conocido como
“el filósofo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario