La actitud con la
que te enfrentes a la vida es, sin ninguna ni la menor duda, el
elemento fundamental para su diaria valoración y actuación.
El es viejo y
repetido dicho de la ilusión fundamental con la que hay que trabajar
diariamente.
Pero os voy a llevar
más lejos, o con reflexiones que ya hicieron aquellos que ahora,
desgraciadamente para mi pues se les acota terriblemente, son
llamados filósofos y dos lo personal, interno y vivido, quiero
decir, unas puras y duras experiencias personales.
Sobre todo las
escuelas Helenistas, ya sean los Cínicos, Estoicos, Hedonistas,
Escépticos o Eclépticos, hacen una lectura Ética y comportamental
sobre la vida y nos tratan de indicar como enfrentarse a ella. La
vida conseguirá su realización fundamentalmente según cual sea tu
actitud con la actúes sobre ella. Saber permanecer aparte a los
movimientos que te arrastran de las pasiones, saber actuar por encima
de los formalismos sociales que se te imponen y te hacen desaparecer,
saber que estamos y somos seres nacidos, no para sufrir, sino para
disfrutar, entender que no hay una idea o modo absoluto y que podemos
obtener detalles de un sitio u otro y demás son los elementos que
barajan todas estas escuelas, con el objetivo de buscar una acxtitud
personal para obtener la realización como persona y la consecuente
felicidad.
Pero aquí no acaba
el tema y a lo largo de la historia y llegados al llamado
modernismo, el racionalismo o empirismo, nos hablarán de una
realidad construida tras pasar por el filtro de nuestra mente. No hay
una realidad absoluta, trabajamos y conocemos aquello que tenemos
dentro de nuestra mente y esto es construible y modificable. La vida
es una imagen formada y constrida por nuestra persona.
Y en tercer y último
lugar, y en esta posición sólo y únicamente por razones
narrativas, está la experiencia personal y el concluir y deducir que
según este mi corazón en ese día o aquella mañana veo a la gente
sonreír o las oscuras nubes de la soledad cubren el mundo de toda mi
persona.
Grandemente
convencido estoy de la totalmente manipulación propia de la realidad
circundante y esto será resultado de tu preactitud hacia la vida.
Ni los colores
existen ¡que verde tan bello!, me dijo aquel y yo me quedé pensando
que tendría el en la cabeza cuando señalaba aquello que yo estaba
mirando.
No hablo de un total
relativismo cognoscitivo, sino de un elemento Antropológico de
comprensión del mundo que nos rodea.
Aristóteles nos
definió y nos diferenció del resto de los animales por nuestra
sociabilidad y nuestra curiosidad por lo que nos rodea. Sí, cómo
no, el conocimiento físico, biológico, natural, matemático y
técnico es indispensable para nuestro desarrollo.
Pero y esto es un
principio indiscutible, la curiosidad y la búsqueda de la mejora
interior es sin la menos, si la mas pequeña duda, el camino y la
búsqueda de la mejora humana.
Podemos encontarnos
ante una persona absolutamente desgracia sin tener que hacer el más
mínimo esfuerzo para su sustentación en todos los niveles y seguro
que hay personas contentas consigo mismo y felices que tengan que
andar silbando un kilómetro para comprar un litro de leche.
La felicidad está
única y exclusivamente en tu actitud personal.
Nada, absolutamente
nada fuera de ti mismo te da la felicidad.
A no ser que decidas
ser un fantasma, sin sentido y sin lugar, deambulando entre las
riquezas físicas.
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