jueves, 7 de diciembre de 2017

El Mármol o tu Espíritu.






Estaba cambiándoselos de una mano a otra - acariciando, pasando las uñas por su cara pulida- los dos pedazos de mármol rosado mirando, mientras, con fijación el Frontón y los Pórticos de Fidias en el Partenón, que estaba todo cubierto de una cúpula cristalina. Durante 2.500 años sufrió a los elementos hasta que se le protegió. Sin bajar los grados de alzada de su mirada giró la cabeza y le dijo a Andrés, su compañero de estudios- mientras levantaba las dos astas del Partenón.
- Mira, desde aquí – dijo señalando al mármol con el dedo indice de su mano opuesta- hasta nosotros. En el movimiento propio y esencial de la materia ha llegado a la conciencia de si misma. Se contempla. De ésto que tengo entre mis manos surgen tus amplios y omniabarcantes razonamientos filosóficos.
- Lucas, entre las piedras con las que juegas entre tus manos y yo, tú no lo sé – le dijo sonriendo en su amistad- hay, no una diferenia cuantitativa en la complejidad en la combinación las primeras partículas, sino una diferencia cualitativa. Tus partículas podrán ordenar el mundo en la progresión de forma logia, la misma de la que nos hablaban Frege o Wittgenstein, ahora bien, amigo, los bigotes de Dalíy sus elefantes no caben dentro de ningún potaje químico.
Era el año 3050. Vivían bastante mejor que los que vivieron digamos en el segundo milenio, pero su explicación vital sobre la misma no había ido más allá. La vida era más civilizada y tenia mucho más civismo y educación. Además, la paz mundial era total, pero esto no trajo la felicidad. Las dudas sobre nuestra naturaleza, esencia, destino, ocupación, realización y demás respecto a nuestra entidad entendida como seres humanos, seguían allí. Al menos, se flexionaba con normalidad sobre este tema y la pura acción de hacerlo, ya suponía un pequeño estado de embriaguez y felicidad en el placer de la sabiduría,
- Hicimos bien en venir aquí para ver el Partenón. Hace ya 3.000 años que aquí comenzaron las dudas y soluciones – le dijo asomándose a la polis de Atenas.
- Sí, pero entonces, nuestra existencia era un hecho evidente, trasparente, incuestionable, Nuestra existencia o el por qué de ella, no se planteo.
- ¿Demiurgo?
- Esa no es ninguna razón, es una acuarela del dios jugando.
- ¿Por qué tanto te cuesta aceptar nuestra solitaria dimensión material?, ¿te sientes perdido fuera del mundo de las razones?, ¿necesitas una obligatoriedad existencial para funcionar?,¿te sientes degradado?
Rieron los dos en el mismo momento que un Rastres bipolar pasaba por encima de ellos. Era un aparato volador de grandes dimensiones, éste de 10.000 metros cuadrados que, por fuerza electrodinámica, viajaba suavemente y sin ruido navegando entre las nubes.
- Sí, sí, mi espíritu está mucho más cerca de una divinidad que de ese pedazo de mármol – le dijo Andrés- cambiando, algo, el tono de su voz y el gesto de su cara. Así lo siento yo. Hay emociones y sensaciones que no tienen ningún orden que pudiera tener en ningún momento una existencias material. Hay momentos que las ideas, sensaciones, sentimientos y conclusiones siguen una reglas y leyes muy diferentes a la realidad y en el caso que se pudieran hacer la trasmisión a la inversa, dudo mucho que la gran, inteligente y siempre grande Natura, funcionara.
- El mármol o tu espíritu, Lucas, tú decides, yo ya tomé mi decisión.
- Vale, vale, Andrés, pero ¿eres consciente hasta donde puede llegar tuis razonamientos o la realidad que propones si damos como existente una entidad interactuante pero que no tiene forma física?
- Sí, totalmente.
Lucas subió su mano derecha hasta su oído y escucho atentamente.
- Andrés, el grupo está abajo ya esperándonos, vayámonos company, ah¡, y recuerda, mañana piénsate lo que me dirás respecto a tu deseado, pero solo imaginado espíritu.
- Sí, claro que sí, mientras que los electrones de calcio de tu cuerpo te lleven a términos abstractos.
Rieron los dos y bajaron rápidamente.



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