Estaba
cambiándoselos de una mano a otra - acariciando, pasando las uñas
por su cara pulida- los dos pedazos de mármol rosado mirando,
mientras, con fijación el Frontón y los Pórticos de Fidias en el
Partenón, que estaba todo cubierto de una cúpula cristalina.
Durante 2.500 años sufrió a los elementos hasta que se le protegió.
Sin bajar los grados de alzada de su mirada giró la cabeza y le dijo
a Andrés, su compañero de estudios- mientras levantaba las dos
astas del Partenón.
-
Mira, desde aquí – dijo señalando al mármol con el dedo indice
de su mano opuesta- hasta nosotros. En el movimiento propio y
esencial de la materia ha llegado a la conciencia de si misma. Se
contempla. De ésto que tengo entre mis manos surgen tus amplios y
omniabarcantes razonamientos filosóficos.
-
Lucas, entre las piedras con las que juegas entre tus manos y yo, tú
no lo sé – le dijo sonriendo en su amistad- hay, no una diferenia
cuantitativa en la complejidad en la combinación las primeras
partículas, sino una diferencia cualitativa. Tus partículas podrán
ordenar el mundo en la progresión de forma logia, la misma de la que
nos hablaban Frege o Wittgenstein, ahora bien, amigo, los bigotes de
Dalíy sus elefantes no caben dentro de ningún potaje químico.
Era
el año 3050. Vivían bastante mejor que los que vivieron digamos en
el segundo milenio, pero su explicación vital sobre la misma no
había ido más allá. La vida era más civilizada y tenia mucho más
civismo y educación. Además, la paz mundial era total, pero esto no
trajo la felicidad. Las dudas sobre nuestra naturaleza, esencia,
destino, ocupación, realización y demás respecto a nuestra entidad
entendida como seres humanos, seguían allí. Al menos, se flexionaba
con normalidad sobre este tema y la pura acción de hacerlo, ya
suponía un pequeño estado de embriaguez y felicidad en el placer de
la sabiduría,
-
Hicimos bien en venir aquí para ver el Partenón. Hace ya 3.000 años
que aquí comenzaron las dudas y soluciones – le dijo asomándose a
la polis de Atenas.
-
Sí, pero entonces, nuestra existencia era un hecho evidente,
trasparente, incuestionable, Nuestra existencia o el por qué de
ella, no se planteo.
-
¿Demiurgo?
-
Esa no es ninguna razón, es una acuarela del dios jugando.
-
¿Por qué tanto te cuesta aceptar nuestra solitaria dimensión
material?, ¿te sientes perdido fuera del mundo de las razones?,
¿necesitas una obligatoriedad existencial para funcionar?,¿te
sientes degradado?
Rieron
los dos en el mismo momento que un Rastres bipolar pasaba por encima
de ellos. Era un aparato volador de grandes dimensiones, éste de
10.000 metros cuadrados que, por fuerza electrodinámica, viajaba
suavemente y sin ruido navegando entre las nubes.
-
Sí, sí, mi espíritu está mucho más cerca de una divinidad que de
ese pedazo de mármol – le dijo Andrés- cambiando, algo, el tono
de su voz y el gesto de su cara. Así lo siento yo. Hay emociones y
sensaciones que no tienen ningún orden que pudiera tener en ningún
momento una existencias material. Hay momentos que las ideas,
sensaciones, sentimientos y conclusiones siguen una reglas y leyes
muy diferentes a la realidad y en el caso que se pudieran hacer la
trasmisión a la inversa, dudo mucho que la gran, inteligente y
siempre grande Natura, funcionara.
-
El mármol o tu espíritu, Lucas, tú decides, yo ya tomé mi
decisión.
-
Vale, vale, Andrés, pero ¿eres consciente hasta donde puede llegar
tuis razonamientos o la realidad que propones si damos como existente
una entidad interactuante pero que no tiene forma física?
-
Sí, totalmente.
Lucas
subió su mano derecha hasta su oído y escucho atentamente.
-
Andrés, el grupo está abajo ya esperándonos, vayámonos company,
ah¡, y recuerda, mañana piénsate lo que me dirás respecto a tu
deseado, pero solo imaginado espíritu.
-
Sí, claro que sí, mientras que los electrones de calcio de tu
cuerpo te lleven a términos abstractos.
Rieron
los dos y bajaron rápidamente.
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