Hasta que no seamos capaces de aceptar
que ninguno de los que te rodea debe, por necesidad, tener más
razón, por diferentes intenciones y conclusiones en aspectos,
olvídate. No hablo de que un licenciado en Filosofía pretenda de
dar consejo del diseño del edificio.. Que esto lo tengo cerca.
Hablo de la perdida de miedo a expresar
tus ideas y sentimientos ante la gente, un pequeño grupo, cien, mil,
diez mil personas si se tercia por el temor que tienes ante el error,
suponiendo, siempre que aquella muchedumbre, con entidad y forma
propia, siempre tendrá razón. El individuo por vergüenza murió
entre las multitudes. Pero vivimos sometidos a la coacción y
observación que nos rodea. Lo sé porqué lo veo y me siento también
así y evito, ante la inseguridad, en ocasiones, de las miradas de
los demás.
Esto es lo que sentimos y nos pasa.
Pero, y lo más grave y preocupante, no
será la inoperancia e incapacidad de superar la visión de los demás
y nuestra vergüenza ante los demás, sino la existencia de entidades
supramateriales creadas, surgidas, nacidas, desarrolladas a los largo
de la historia.
No ha sido con intencionalidad, pero si
una dinámica propia del sistema creado, inevitable y consecuente con
sus conclusiones.
El mercado y el dominio que producen
las empresas publicitarias dadas en los grandes medios de
comunicación, nos configura y construye.
Pero ¿hubo alguna intencionalidad
producto de la corrupción en la búsqueda de aprovecharse e imprimir
a los demás?
Bueno, sí, algún caso nos podremos
encontrar de maldad, corrupción o patologías
mentales, pero el asunto es cuando la
maldad cobra entidad en forma de competitividad, control dentro del
mercado. No hay un acto consciente que lleve a más o a menos. El
encarcelamiento propia de cada uno no es más que producto del
sistema, que sin control avanza, nos configura y nos domina.
No hay beneficiados, ni ninguno que
ponga normas ni que tenga intenciones conscientes y voluntarias en su
continuidad. El mercado y aquellas relaciones sociales se desarrollan
por si solas ya. No se necesita acción alguna. El funcionamiento y
las normas han cobrado vida propia y actúan fuera de las decisiones
de las personas.
La solución no está en cambiar a las
personas, que ya somos solo que objetos de manipulación dentro de
estas estructuras convida propia. La única solución sera la
destrucción y aniquilación totalmente de aquel sistema.
A martillazos, pero y sobre todo,
martillear ante la mirada del resto de los dominados, como tú y como
yo, y despreciar y destruir todo esto montado y que nos venden como
realidad y corrección.
Observo las salidas y resoluciones de
algunos, insertados en la más absoluta ignorancia, respecto a lo que
hay, existe y somos.
La sumisión de los engañados es
nuestra sopa diaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario