miércoles, 7 de febrero de 2018

La poción mágica




Y aquel huevo frito que se asaba aburrido en el aceite, comenzó a bailar entre todo aquello que salpicaba cuando comencé a escuchar aquella música.
Seamos objetivos, veamos las cosas desde la distancia y concluyamos con la verdad: la música conforma nuestro mundo inmediato cuando la escuchamos.
Ahora, escuchando música mi alma se eleva hasta un lugar con el cual no había soñado que pudiese llegar esta mañana cuando iba en el autobús camino de casa.
La realidad se trasforma, cambia, puntualiza si una sucesión de ritmos armoniosos suenan a tu lado.
Quizás no produzca nada que ya no estuviera, pero si lo saca de aquel agujero que tan profundo lo escondía.
Y Bach atrapa a mi espíritu y comienza a flotar encima de mi cabeza, y Nirvana me lleva al pasado y me teletrasporta allá donde estuve, y Mozar me emociona, y los Beatles me llenan de ilusión, y Freddy me enferma de su pasión, y con Vivaldi mis pies se separan del suelo y comienzo a flotar y oigo a Sabina o Mecano y toda mi finca sabe de ello y de lo mal que canto y desde la distancia miro al mundo con Angie, los Rolling o Hotel california, Eagles..y así, mucho más.
La música, sin ninguna duda condiciona y le da tono y color a aquello que haga, vea o diga.
Y como no me considero nada especial, sino uno más, quiero entender que a todos nos pasa lo mismo.
Quizás haya algunos que sintamos más placer cuando la música te arrastra sin piedad allá por donde ella quiera hacerlo.
Puede que haya una explicación fisiológica y estas ondas acústicas pongan mas intensidad en la conexión de las dendritas de nuestras neuronas y nuestro pensamiento se acelere y coja atajos, pasando por lugares nuevos, o puede que no sea esto y que tengamos un espíritu que vive de belleza y en ella, la música, la encuentra.
También puede que la realización de ciertos actos llenos de divertimentos cuando ella sonaba, nos lleva a unos actos retroactivos y nos lleve, otra vez allí.
Sea cual fuere la razón, la música es una poción mágica que actúa directamente sobre nuestra persona y califica aquello que hagamos o allá donde estemos.
Yo, en mi caso particular, la utilizo como medicamento ante la sequedad y falta de sentimientos que encuentro con frecuencia aquí, en el mismo lugar que todos habitamos.
Además, tras las enseñanzas de Galileo y sus inicio del empirismo, escribo con y sin musica, sea esta cual fuere, y noto, veo, plasmo y leo la diferencia, entre un momento y otro.
Es posible que el termino música sea demasiado particular y debería de hablar del arte.
No os voy a decir lo que ahora, ya, en estos momentos, oigo y como sueño que estoy escribiendo algo que a alguno más que a mi le pudiera, al menos, interesar.



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