LA EDUCACIÓN.
Es
el tema menos discutido visto desde su funcionalidad, dimensión e
importancia.
Ni
hagamos ni enseñemos ideologías. Que sea en el ahora práctico y
utilicemos mecanismos y soluciones contextualizadas. No apliquemos
ideologías definidas y conductoras y tratemos sólo de educar mentes
pensantes, sanas y cívicas. Nunca tendrá ninguna consecuencia
negativa aspirar a la máxima perfección educadora.
Hay
que huir de este momento contextual, en el que nos encontramos, con
la intención de la mejoría. La preparación intelectual y humana no
puede entrar en el bucle de su autodidáctica y quedarse encerrado en
su cojera social actual.
La
teoría pura y dura, consistente y completa realizada por grandes
pensadores no funciona en la realidad pues está el componente humano
en la ecuación que distorsiona e imposibilita todo desarrollo
especulado y esperado con ello.
Todo
sistema con una construcción y planteamiento teórico total, no
funciona pero toda educación que busque un planteamiento y
construcción en la vida práctica, tiene necesariamente un
funcionamiento futuro.
La
educación tiene una exigencia en cuanto al contraste con la
actualidad, pero también y como elemento diferenciador y que
le da grandeza debe buscar siempre la mejora de la esencia y entidad
humana.
El
futuro es la educación.
Abramos
todos los ojos para otear correctamente en el horizonte del futuro.
Los
dirigentes actuales, en su cojera colectiva, en su ceguera general,
en sus deficiencias compartidas que no son capaces de entender ésta
realidad primera. Es evidente y clara pero su ostracismo en
inútiles cuestiones les impiden entenderlo.
O, la
educación es el futuro.
Nacemos
buenos pero sin preparación para una vida social y colectiva.
Nacemos
más o menos inteligentes, pero nuestra dote cultural es cero en
todos y en los mismos se construye.
Penoso
y nauseabundo se convierte el asunto de la educación hoy en día. No
hay un momento en el que, los dirigentes actuales busquen la mejora
educacional del individuo. Pensando
siempre más en derrotar al contrincante que en educar a los jóvenes.
El
tema educativo es un asunto secundario y subsidiario. Apenas aparece
en disputas pasionales respecto a otros temas, ya sean idiomas o más,
como consecuencia del problema o cuestión.
¡Qué
gran y dura antinomia!, pues hay
que
educar para educar.
articuloshiperbolicos.blogspot.com
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