lunes, 13 de abril de 2020

La revolución pacifica, ordenada e inteligente.


(ahora no, pues estoy confinado en casa. De normal, tengo mucho trabajo. Si pongo publicidad y tuviera algún ingreso podría dejar alguna alguna actividad y tener más tiempo para escribir. Por el estilo de mis escritos, ¿creéis que los desvirtualizaría?, ¿que dejarían de tener el espíritu que trato de mantener?, ¿os resultaría molesto?. Decidme algo, por favor)


Y caminaba ocultando la vista y con los oídos escondidos. No quería que las flores espinosas se pusieran en su camino y le convencieran de su belleza mientras caminaba sobre ellas y sangraba entre sus pinchas. Quería levitar buscando el césped verde, suave y con rocío matutino de alguna lejana montaña. Pero sabia que para ello debía secar las plantas con sus flores espinosas, dejarlas sin abono, quitarles la tierra, es decir, nosotros somos su abono y nuestro dinero, su agua. Pero, a medida que hilachaba sus pensamientos, la solución iba tomando cuerpo.
Mirad, el control al que estamos sometidos es producto de nuestras acciones y en nuestras acciones, su solución. ¿Y quien tiene el control?, claramente y sin ninguna duda aquellos sistemas de comunicación que nos llevan allá donde quieren esas multinacionales que con su publicidad enajenan nuestra persona y nos dan como felicidad todo aquello que a ellos les hace rico. Puede que si que me hicieran feliz, pero me entristecen el corazón y me siento engañado y utilizado, de ver hasta que punto me arrastran cogiéndome del pelo en su dominio y mi consumo obligado. Mi libertad se va por el retrete cada vez que voy a éste. No creo en las revoluciones en las que sea el estado quien tome el control de toda actividad publica, pues también ensucia mi libertad y puesto que la naturaleza humana, en nuestro estudio Antropológico, naturalista e histórico, nos lleva a la irresoluble conclusión que el poder nos hace egoístas y agresivos.
Y todo del mundo vivía en la nube de los wpp, y los iconos de felicidad, de risas, de asombro, de figuras, de banderas, de gestos de la mano y otras cosas similares ocupaban todo el mensaje y éste era dos lineas sin ningún contenido y aquel, mirando con tristeza sostenía con pesadumbre y tristeza entre las manos su móvil sin saber que pensar. Se sentía solo. Se negaba a pensar que la gente fuera tan hueca e irreflexiva, que la belleza de las palabras se hubiera muerto entre las manos de un circulo amarillo y les pusieran tan lejos de la concepción de su esclavitud y miseria. Pero tal como el sol se le escondía entre las montañas al compás de sus lagrimas, fue la salida de una gran luna llena la que le hizo brillar de nuevo su sonrisa.
¿Y si nos ponemos de acuerdo en hacerse arrodillar a las multinacionales negando su consumo por turnos?, es decir ¿y si nos pusiéramos todos de acuerdo y los millones de personas, que me entienden, y realizásemos un boicot en aquel material, con el que nos estafa y domina el serpenteo de la vívora del mercado?. ¿Ustedes se imaginan si en todas el mundo, al menos hispano hablantes (lo digo, no más que por la comprensión de este mensaje) nos pusiésemos de acuerdo en no consumir cualquier, un producto de una gran multinacional durante un mes?, ¿una multinacional que mueva millones en ganancias pero también millones en perdidas?,¿alguna multinacional que no pudiera mantener, por la gran estructura, dos meses sin ventas?….la tendríamos cogida de sus “partes nobles” pues de no ser que aceptara algunas medidas en dos meses moriría en su propia miseria. Sería la acción individual, en la que nadie tuviera mas ganancias que cualquier otro y que cada uno pudiera elegir cualquier opción propuesta. Todos ganaríamos y solo unos pocos miserables perderían.
Bajando la ladera, camino de la ciudad, donde sabia que volvería a caminar entre las espinas de los poderosos, volvió a echar de manos algún pueblecito en el cual nadie le vendiera nada.

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